Baekhyun se enamora del doctor Chanyeol, pero nada termina como ambos creen... O al menos, como Baekhyun creía.
Chanyeol tenía más responsabilidades sobre sus hombros de las que decía, y aún así, prometió ser el hombre que haría feliz a un joven cas...
—Si, tu hijo me debe una cena. Estaba en una cita y luego ambos se fueron discutiendo. Dile que me pague.
—¿Con quién estaba discutiendo? — su curiosidad hacía fruncir el ceño a la otra persona.
—No lo sé. ¿No deberías saberlo tú?, eres su padre. — dijo aquello con un poco de disgusto.
—Todos tenemos una vida tan privada que ni nuestros padres lo saben. Tú deberías saber eso.
—Oh claro. Aunque mi vida privada sea más del mundo que mía. — el hombre frente a él frunció el ceño. —Solo dile que me pague por la cena.
—¿Cuánto te debe?
—No. Tú no me pagarás, lo hará él. Dile que me pague.
—Tendrás un nuevo guardia para mañana, Jeon. —dejó una cantidad grande de dinero sobre el escritorio y lo miró. —Mi hijo ya no te debe nada y tampoco tiene porque verte.
—No tienes que hacer esto. — susurró extendiéndole el dinero al mayor. —Necesito hablar con él. Solo eso.
—Tendrás al nuevo guardia aquí mañana a primera hora.
Kim caminó hasta la puerta y la abrió para después de darle una mirada al menor decir.
—Es tú hermano... —y salió cerrando la puerta.
Joder.
Él tenía mucho que decirle a Baekhyun. Mucho y más.
—¡Joder! —lanzó el dinero al otro lado de la oficina.
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—¿Estás despierto? — preguntó en un susurro, el menor asintió. —¿Tienes calor? —el castaño negó. — ¿Sigues enojado?
—Solo duerma. Mañana tiene que trabajar y estará varios días fuera. Descanse y no piense en mí. —habló en un susurro y encogiéndose en la fina cobija.
—Baekhyun, tenemos que hablar. No podemos seguir así. —susurró.
—No hay nada que hablar, señor Park. —el castaño seguía en su misma posición, bastante alejado del cuerpo del mayor pero aún en la misma cama que él.
—Si lo hay.
—No. No lo hay.
—Baekhyun- —el menor lo interrumpió.
—Me iré a la otra habitación. Buenas noches.
Se puso de pie y se fue. La habitación que desde un principio estaba destinada para él y ahora es de invitados, estaba limpia, fresca y ordenada.
Se lanzó en el colchón y acomodó sus almohadas. Aguanto todas y cada una de sus ganas de llorar. Estuvo todo el día escuchando a Chanyeol hablar por llamada con Sooyoung. Joder. A pesar de que podía ver indiferencia en la cara del pelinegro, y escucharla en su voz, no quitaba que doliera. Porque joder, como duele.
