||Capítulo 4.

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Doncaster, Reino Unido.

Doncaster era una ciudad extrañamente bella, moderna y antigua al mismo tiempo, pero si hablamos del centro de ella nos referimos a una zona llena de diversión para jóvenes en busca de la acción de un viernes por la noche.

Bares, table dances, discotecas, prostíbulos. Todo aquello se encontraba allí, claro, si sabías dónde buscar. Había muchas personas que iban constantemente a liberarse de tensiones, a pasar un rato agradable o a gozar de los placeres prohibidos que no se podían mencionar en voz alta.

Para suerte de la comunidad gay había una pequeña pero conocida Zona Rosa, lugar dedicado al libertinaje homosexual, en donde continuamente asistían los miembros de la comunidad, era la primera vez que Jeff, Nick y Harry asistían a ella.

—No puedo creer que me estén obligando a buscar una pareja un día como hoy —dijo Harry suspirando con resignación, siendo empujado por sus dos amigos mientras recorrían el centro de Doncaster.

—Vamos Harry, será divertido —dijo Jeff queriendo animarlo—, nunca sabes qué pasará un viernes por la noche. Quizá encuentres al amor de tu vida —Jeff le guiñó un ojo a Nick sin que Harry se diera cuenta.

El chico rizado simplemente se encogió de hombros ligeramente, realmente no tenía cabeza para pensar en ligar esa noche, ni siquiera quería ligar o hacer algo respecto a encontrar ''el amor'' en una discoteca. Comenzaba a hacer frío y se arrepentía de no haber traído una chaqueta, se iba a congelar si seguían así. 

Y en fin, allí estaban esos tres chicos, recorriendo las calles de Doncaster en busca de diversión y una posible distracción. Los tres no tenían mucho tiempo en la ciudad, acababan de mudarse apenas hace dos o tres meses, y jamás habían pasado por ahí hasta ese día. Harry, Nick y Jeff miraban extasiados todo lo que se cruzaba a su paso; luces, brillantina, música por doquier e inclusive atuendos que no dejaban nada a la imaginación.

Harry comenzaba a replantearse seriamente si aquello había sido una mala idea, al parecer no, puesto que empezaba a pasarla bien en compañía de sus amigos. Esa noche definitivamente no iba a buscar el amor, sólo iba a divertirse. 

Finalmente divisaron la famosa discoteca gay, había un letrero gigante encima de ella indicando su nombre, la palabra ''Sweet'' resplandecía entre letras rosas y cursivas. Allí era a donde querían entrar. Había muchas personas fuera, y la música resonaba fuertemente en las bocinas atrayendo al público, todos bailaban y se divertían, tomaban bebidas de colores. Harry observó todo desde otra perspectiva.

—Quizá la idea de salir un rato no sea tan mala —les comentó Harry.

Enseguida se escabulleron entre el gentío para poder ingresar.

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—Vamos bebé, estoy aburrida, hay que salir —Eleanor hizo pucheros entre los brazos de Louis quien tenía puestos los brazos al rededor de su diminuta cintura. 

Eleanor era hermosa, realmente lo era. Tenía una figura delgada (quizá demasiado) pero era muy atractiva, tenía unas largas pestañas, unos labios delgados y unos ojos muy lindos, sin embargo su actitud era la de una chica mimada y odiosa de quince años, a pesar de tener veintidós. Eso no le importaba a Louis, la quería, tenían cinco años de noviazgo y parecía que la relación iba a durar más tiempo. A la madre de Louis le urgía saber si Eleanor era la indicada para un casamiento.

Louis sentía que no era momento, que debía esperar. Pero, ¿qué debía esperar? Ni siquiera él mismo sabía lo que estaba esperando. Así que abrazó a su novia y escondió su rostro entre su cabello castaño, era muy suave.

Detrás del arcoíris ||L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora