14.

36 2 0
                                    

Hoy la empresa andaba como simpre. Habían mínimo cincuenta personas en un elevador y Maya sentía que se estaba quedando sin aire.

Hace tres dias, regreso a su asqueroso, aburrido y deprimido apartamento. No podía seguir abusando de la amabilidad de Edward, así que se le paro en frente y le dijo "Edward vuelvo a mi apartamento". Pero obvio la cosa no fue asi de fácil.

Le echó la la bronca del siglo. "No puedes volver ahí" "Es una locura" "¿Quien va a cuidarte?" "No no no, me niego a que salgas de mi casa"

Y eso no fue lo peor. Cuando le dijo que quería volver a trabajar por poco le da un infarto. Se negaba a dejarla trabajar, pero le dio argumentos necesarios para dejarla hacerlo. Aunque tiene un poco de miedo. Hill de seguro ya se entero donde esta y va a por ella. Solo le queda estar prevenida y muy atenta a las personas que la rodean.

Salió del trance cuando las puertas del ascensor se abren haciendo su típico "tin". Todas las personas, incluyéndola, salieron deprisa. Unos van hacia sus puestos, otros hacia la cafetería. Ve a esas mujeres hermosas, con sus cabellos rubios bien planchados, sus cuerpos llenos de cilocona hasta la medula pero que aun así se ven hermosa.

Ve sus ojos, todas, sin excepción alguna, son rubias o pelirrojas, de ojos azules, verdes o grises. Lo que le hace pensar que no encaja ahí, con su cabello rizo y negro, sus simples ojos negros, su piel no es sedosa y mucho menos blanca, es morena y para colmo tiene cicatrises, lo que hace que su piel sea horrible.

De pronto le entran ganas de llorar. No sabe porque pero al verlas a ellas, todas perfectas la hacen sentir menos. No es hasta que siente, todas las miradas sobre ella. No sabe si es por su atuendo blanco o por que no la vieron en la empresa hace tres días. Esas dos opciones se van al drenaje cuando escuchó la voz de Jessica. ¿Que hace ella aqui?

Su sonrisa se agrando al verla y enseguida supo que algo se traía entre manos.

-¡Miren quien llegó, la ofrecida de la oficina!-

Ella no lo esta gritando pero lo dice lo suficientemente alto para que todos lo escuchen. De repente todas las miradas de los hombres y mujeres están sobre ella y lo peor es que Edward esta en una reunión muy importante justo ahora. Esta jodida porque sabe que Jessica va a hacer un escandalo.

La miró fijamente, sabe lo que viene y no se va a dejar.

-¿Que quieres Jessica?- habló sin que sus palabras le afectarán

-Nada querida, de ti nada....oh pensándolo bien- Jessica sostenía una hoya de sopas bastante humeante en sus manos, podía ver el humo saliendo de esta-

-Quiero que te alejes de Edward, "Mi" Edward ¿entendiste?, el no quiere nada contigo, ¿Que no lo ves? El jamas se fijaría en alguien de bajo nivel, pobre, fea, que ni si quiera se sabe arreglar, tan débil y que para colmo se le ofrecía a los hombres, ¿Crees que el se fijaría en una puta ofrecida como tú?- habló

Sus palabras son como balas que van directo a su corazón. Ella no sabe nada de la vida de Maya, ni siquiera se imagina por todo lo que ha pasado.

Jessica esperaba llanto, verla sufrir, nada más satisfactorio que verla sufrir por sus crueles palabras, pero en cambio se le río en la cara.

Maya reía fuerte. Lo que empezó finjido término siendo divertido. Trato de controlar su risa, respiro profundo y miro a Jessica. Ella reía por la sarta de estupideces que salían de su boca, en serio, ella no se respeta.

-¿¡Qué es tan gracioso estúpida!?- rabió

Su cara roja como el mismo infierno, si fuera una caricatura ella estaría echando humo por las orejas.

-Hay Jessica, cariño, ¿por qué sigues humillándote?, mirate, estas haciendo una escena en la empresa de tu jefe, el cual esta en una reunión muy importante, si tratas de humillarme delante de ellos diciendo estas cosas, ¿adivina que?- una sonrisa de formo en la cara de Maya- No lo estas consiguiendo, solo logras que el poco respeto que te tenían se vaya a la mierda-

«Acepta que estas muerta de envidia querida, tratabas de conseguir a Edward insinuandotele, ¿que clase de mujer hace eso? Estas ardida porque en menos de un mes conseguí la confianza de el, algo que tu no has podido hacer en tres años, por lo que se, Edward te ha dejado muy en claro en estos tres años que NO quiere nada contigo, lo único que has logrado conseguir de el es que te deteste, deberías aprender el significado de la palabra NO, no has conseguido de el ni unos buenos días, ni un beso en la mejilla, acepta tu derrota y dejame en paz de una maldita vez, date a respetar y deja de humillarte»

Maya sentía los latidos de su corazón en sus orejas, estaba muy ajitada y sentía una sensación de alivio, sacó todo lo que sentía y aguanto por tanto. Este fue el detonante y si Jessica no se callaba le iba a dar la cachetada de su vida. El silencio reino, todos estaban sorprendidos, jamás alguien había puesto en su lugar a Jessica, nadie se atrevía ya que ella era la "Tocame y saldrás perjudicado"

-¿¡Y tu que sabes zorra!?- grito, la hoya en sus manos tembló- ¡Tu eres la que se le ofrece a los hombres como la puta que eres!

-¿No será al revés?-

Contraatacó Maya. Entonces Jessica hizo algo que le sacó las lágrimas. De un solo empuje, derramo toda la sopa hirviente en el cuerpo de Maya, quemando cada parte de su piel morena. Esta soltó un grito de dolor. Las lágrimas no tardaron en derramarse como cascadas por sus mejillas mientras cía al suelo.

-Así que ¿Va a hacer negocios con nosotros!-

Habló uno de los empresarios, Edward estaba pensadolo bastante, no estaba convencido y por la mirada de Chaz, sabía que el tampoco lo estaba. Justo cuando iba hablar el teléfono suena.

-Diga- habló

-Perdone la interrupción señor Phill, pero es muy importante lo que tengo que decirle-

Marta era una de las personas que vio lo que sucedió, era una señora de 50 años y le tenía mucho cariño a Maya. Por eso fue a su cubículo y llamo a Edward.

-¿Que sucede Marta?-

Noto que su voz era muy nerviosa. Edward no estaba al tanto de lo que había pasado afuera ya que, la sala de juntas estaba insonorizada. Su padre, cuando era joven decidió hacerla así para poder disfrutar del cuerpo y de los placeres sexuales que le ofrecía su esposa en aquel tiempo. Edward no lo comprendió hasta hace algunos meses que su padre lo confeso.

-Es Imalay señor, ella esta ardiendo, literalmente

Déjate Amar(Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora