✨ capitulo 1 ✨

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Jayden Hendrix:

Me examino con meticulosidad frente al espejo, cuidando que cada detalle de mi atuendo sea impecable. Mi traje negro de gala cae con precisión sobre mi cuerpo atlético. Mis ojos recorren cada línea y pliegue del traje, asegurándome de que no haya imperfecciones que puedan arruinar mi apariencia. Mi cabello, rojizo como el fuego, enmarca mi rostro de piel clara, resaltando mis ojos azules. Mi porte es el de un rey, no puedo evitar sentirme satisfecho al ver reflejada mi imagen. Los que se atrevan a mirarme no podrán evitar quedar fascinados.

Con sumo cuidado, coloco mi corona de rubíes sobre la cabeza. Cada joya brilla intensamente, añadiendo un toque de extravagancia a mi atuendo. Estoy listo para enfrentar las quejas diarias, que son una constante en la vida de un monarca. Siempre es lo mismo: súplicas, demandas, problemas que parecen no tener fin. Pero, a pesar de todo, un rey como yo debe vestirse con dignidad, no solo para mí, sino para mantener la imagen de poder que mi manada espera. Sin embargo, debo admitir que son un verdadero dolor de cabeza; sus problemas mundanos siempre parecen ocupar más tiempo del que me gustaría.

Al abandonar mis aposentos, recorro los pasillos de mi magnífico castillo, una obra que yo mismo diseñé con atención meticulosa a cada detalle. Las paredes están adornadas con detalles en oro, y tapices que narran la historia del linaje Hendrix por cientos de generaciones.

Cada escultura, detalles en las paredes, y pinturas exuberantes, gritan lujo como antigüedad, dándole un toque único a mi humilde hogar.

El eco de mis pasos resuena en el mármol pulido, mientras me acerco al comedor principal. La vista del candelabro de diamantes que cuelga del techo me irrita. Antaño lo consideré una joya, pero ahora su presencia me parece anticuada. Debo recordar ordenar que lo reemplacen por algo más moderno, algo que se ajuste a la imagen que quiero proyectar.

Me siento a la cabecera de la larga mesa de roble oscuro, esperando con ansias mi comida favorita: la carne. Solo imaginar su textura jugosa me hace estremecer. Y mi lobo interior, gruñe, por esperar demasiado tiempo el exquisito platillo.

Salgo muy pronto de mí alucinación, cuando huelo dicho platillo acercarse a mí, calmando de inmediato mis ansias de ingerir el trozo de carne. La comida es servida con esmero por mis sirvientes, las cuales observan expectantes mi reacción.

Tomo los cubiertos con precisión y comienzo a disfrutar del festín. Cada bocado es un deleite, una explosión de sabor en mi boca. La carne está en su punto exacto de cocción, su suavidad se desliza sobre mi lengua, mientras el jugo impregna cada fibra de mi ser. Me tomo mi tiempo, saboreando con calma, permitiéndome disfrutar del momento. Al terminar, limpio mis labios con una servilleta de lino y me levanto, satisfecho, dispuesto a continuar con las obligaciones que el día me depara.

Me dirijo a la sala del trono, el lugar donde escucharé las quejas y peticiones de mi manada. El camino está envuelto en un silencio sepulcral, roto únicamente por el eco de mis pasos. Sé que lo que me espera será tedioso, pero es parte del deber de un rey. Al entrar en la sala, mi trono me recibe, imponente y majestuoso. Me siento en él, dejando que el respaldo alto me envuelva como un símbolo tangible de mi poder.

Llamo a una sirvienta para que coloque una mesita a mi lado, para organizar los papeles del día.

La joven se apresura a cumplir mi solicitud, y no puedo evitar notar su disimulado sonrojo al acercarse. Patética. Una sirvienta no debería mostrar tales emociones, al menos no en mi presencia. Comienzo a revisar los documentos, el murmullo de mis pensamientos se entremezcla con el sonido del papel al ser movido. Finalmente, encuentro la primera queja del día.

—Ethan Black —elevo la voz, dejando claro que estoy listo para escuchar—, ¡que pase!

La puerta se abre y un hombre corpulento entra en la sala. Es un granjero, claramente fuerte por el trabajo físico, pero su postura es sumisa. Se inclina, y agachando la cabeza en señal de respeto. Su figura imponente contrasta con la fragilidad de su posición.

✨ Noches de Luna y Deseo ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora