Nadie me quiere a excepción de los villanos.

Capítulo 59

—Saludos al pequeño maestro del imperio. Esta es Lucy, la jefa de las doncellas y quien está a cargo de la mansión rosa blanca... Señorita, le he traído el té.

—Soy Fran, la criada que le ayudará.

Justo a tiempo, Fran y Lucy entraron apresuradamente al salón, tirando de un carrito en el que estaba colocado el juego de té.

Me preocupaba que no tuvieran tiempo, pero se las arreglaron de inmediato para traer bocadillos, pasteles, mermelada de frutas y crema.

Cuando la elogie con la mirada, Fran sonrió alegremente.

—... ¿Aún no estás dispuesta a venir voluntariamente al palacio imperial? —me preguntó Lucas, que bebía con tranquilidad el té preparado por Lucy y Fran.

Era muy persistente, per asentí con la cabeza.

—Todavía soy joven, así que no tengo motivos para ir al palacio imperial.

—Esperaba que vinieras voluntariamente...—murmuró Lucas un poco sombrío y sacó una tarjeta de color rosa.

Quizás porque estaba rociada con polvo de joyería, la tarjeta brillaba al sol.

—Esto es...

Lucas me tendió la tarjeta. Cuando intenté entregársela a Windert, sacudió la cabeza.

—Es tuya.

—¿Mia?

Como dijo Lucas, yo era la destinataria de la tarjeta.

El remitente era... ¿la princesa Azela?

< ¿Azela me envió una tarjeta?>

Mi cuerpo, que estaba a punto de ablandarse bajo la cálida luz del sol, se enfrió al instante. Y la barrera de mi corazón, que fue sacudida por la aparición del joven Lucas, también se había vuelto más sólida.

< ¿Cómo puedes darme la tarjeta de Azela?>

Por supuesto, Lucas no sabía nada. Lo que Azela le hizo a Shuelina ni qué tipo de incriminación se le dio a Shuelina en el original. Sin embargo, me sentí traicionada.

Pensé que no tenía ninguna expectativa sobre Lucas, pero parece que estaba fascinada por su apariencia. Sobre todo con la palabra mágica "mi hermana menor" por las que me llamaba constantemente y los ojos tristes que parecían apelar.

—¡Miiaau! —Mia lloró en voz baja y se estremeció entre mis brazos, como si hubiera oído el perturbador golpeteo en el corazón.

Leí la tarjeta mientras acariciaba la redonda cabeza de Mia.

[Estás invitada al baile imperial de Año Nuevo]

La declaración dorada en la tarjeta lisa de color rosa claro parecía espectacular a la vista. La tarjeta, con el aroma a flores parecía muy elegante y bonita, pero el color se eclipsó debido al remitente.

—ShuShu, ¿qué te pasa? Tu cara se ha puesto blanca. — Delane, desconcertado, me agarró de la manga.

Al ver la tarjeta, mi tez debió de haberse vuelto pálida.

—Es una invitación de la princesa, me ha invitado al festival de año nuevo.

El rostro de Windert instantáneamente quedó inexpresivo ante mis palabras.

Mis hermanos sabían que Azela me había estado robando mi poder espiritual.

Los ojos de Windert y Delane se volvieron feroces, como si fueran a apuñalar la tarjeta.