~CAPÍTULO 15~¿Quién engaña a quíen?

Comenzar desde el principio
                                    

-¿Señorita? ¿Señorita?—un golpecito en mi cabeza me hizo despertar adolorida, cayendo en cuenta que el maestro estaba a mi lado y al parecer estaba llamándome desde hace mucho.

-Lo siento—Mordí mi labio—No prestaba atención—

Y de verdad que no lo hacía. Ni siquiera sabía qué diablos estábamos haciendo en clases el día de hoy.

El receso llegó, y para mi mala suerte; Luna se disponía a querer charlar conmigo nuevamente.

-(TN)—Llamó al mismo tiempo que me ponía de pie- ¿Podemos charlar?—

Sacudí la cabeza, un poco molesta y desganada.

-Lo siento. Estoy ocupada y tengo hambre. Búscame en otro momento o comunícate con mi secretaria para sacarte una cita y separarte un espacio de mi tiempo ¿Quieres?—

-No lo creo—Vaciló ella—Tengo una propuesta para ti. Créeme. Es mejor que me escuches—

Recogí mi cartera y metí un pequeño cuaderno de apuntes, apresurándome a marcharme.

-Lo siento. Ya te dije que no puedo—Me abrí camino entre las demás chicas para disponerme a salir y alejarme de todo ese revoltijo que lo único que hacía era molestarme aún más—

-Sé lo de tu nuevo prometido—Gritó Luna antes de que saliera.

Mierda. El idiota de Jin ya debe habérselo soltado. Podrán saber lo de mi prometido, pero no saben que de verdad es novio mío... soy una maldita zorra. ¡Maldita sea!

Caminé lejos de allí, ignorando a Luna. Solo hay una cosa que sabía con firmeza: que ella me propondría algo con tener que terminar con Jimin y ayudarle para que ella esté con él. Realmente ha de estar jodida sí creía que se lo voy a permitir por segunda vez. Caminaba pensativo por los pasillos. Los alumnos hacían un gran alboroto y varios de ellos me observaban mientras pasaba. Giré el pasillo hacia la derecha pero sin previo aviso, alguien tiró de mí y me jaló a sus brazos. Recostándome contra los casilleros.

Solté un gritito de sorpresa, pero al encontrarme con sus ojos negros, observándome pervertido, guarde silencio.

-¿Te he asustado, muñeca?—susurró sobre mis labios—venias tan distraída que ni siquiera has notado que venían a unos pasos tras tuyo—

-Me has asustado—confesé presionando mis labios sobre los suyos, y empezando a sentirme tan pequeña en sus brazos. Me gustaba que me tenga contra su cuerpo, me gustaba tener el contacto de su cuerpo con el mío, separados solo por la tela de nuestra ropa—

-Te extrañado—Susurró mordiendo mi labio inferior y ocasionado que soltara un leve gemido en su boca. Mis manos ya se ubicaban tras su nuca, empujándolo hacia mí para poder besarlo con tranquilidad. Su lengua atacaba mi cavidad bucal y llegaba hasta mi garganta, generando que soltara gemidos ahogados. Sus manos ya estaban en mis caderas, introduciendo los pulgares por debajo mi ropa para acariciarme la piel de manera tan lenta que solo rosaba mi piel, generándome sensaciones aún más excitantes.

-¿Vamos a comer?—cuestioné tratando de detener el beso—

-¿Comer?—Su voz sonó tan ronca, incluyendo el énfasis pervertido que le dio a sus palabras, dando doble sentido a su pregunta—

-Tengo hambre, Jimin. Estoy hablando de alimentarse y llenarse el estómago—Vacilé abriendo mis ojos para observar los suyos: ojos tan negros y profundos.

Jimin accedió y en menos de un minuto ya hacíamos en el comedor, comprando un par de hamburguesas. Se sentía extraño volver a ser el centro de atención de todos, pero ya no por ser la niña chillona, como me decía Jimin; si no, que ahora era por estar con Jimin; integrante de un grupo de vándalos con la peor fama de la zona. Pero ahora ni siquiera eso ya me importaba, aunque quizás debería importarme.

Jin... Luna. Estaban por allí, cerca. Y una cosa era ya seguro... mi madre no demoraría en enterarse y llegaría a casa. Mi vida era una mierda.

-Muñeca—Habló Jimin mientras jugueteaba con mis dedos y acariciaba mis nudillos—Nada de secretos ¿Verdad?—

Tragué saliva sintiéndome inquieta. ¿Secretos?

-No. Nada de secretos—Respondí tratado de sonar lo más convincente posible—

-Mañana no vendré a clases. Ya oíste esta mañana. Tengo un poco de trabajo con V. ¿Quieres dormir esta noche en mi casa? No te veré en un día y yo solo quiero estar contigo—Un cosquilleo atacaba mi vientre, haciéndome delirar y generando estremecimientos por todo mi cuerpo. Definitivamente no había tomado la decisión incorrecta. Jimin era a quien yo quería—

Asentí sonriendo e inclinándome para besarlo. Labios carnosos y dulces. Labios delicados y suaves. Amaba el sabor de su boca. ¿Cuántas veces lo he repetido?

-¿Terminaste?—preguntó Jimin introduciendo la mano por debajo de mi polo— ¿Podemos ir al menú?—Vació pervertido y dándome a entender a la perfección lo que pretendía—

Sujeté su mano y lo jalé conmigo para empezar a caminar en dirección a los vestidores de porristas. Y como era normal, este estaba vacío. Abrí la puerta e ingresé con Jimin, volviendo a cerrar bien a la puerta y echando a Jimin sobre mí. Apretó mis manos y me empujó contra pared, generando que todo mi cuerpo hirviera... deseaba tanto a Jimin... ¿El deseo y el amor pueden ir juntos?—

War of hormone- Boy in luvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora