Shoto llegó a la casa familiar en una tarde tranquila. Había planeado pasar las vacaciones con su familia, y aunque sabía que todos llegarían más tarde, decidió adelantar su llegada para disfrutar del ambiente acogedor del hogar. El silencio en la casa le resultaba reconfortante; el lugar parecía más grande sin las risas y conversaciones que solían llenarla.
Sin embargo, en lugar de sentarse a esperar, algo en él lo impulsó a hacer algo distinto. Con calma, caminó hacia la cocina, revisando los ingredientes que había en la despensa, se detuvo un momento, mirando el espacio que, hasta donde recordaba, había sido siempre dominio de su hermana y madre, aunque a veces tan bien de cierto rubio de ojos dorados. Después de un rato de pensar, se decidió, cocinaría algo para sorprender a su familia.
Abrió la despensa y comenzó a revisar lo que había. No pensaba demasiado, sólo actuaba. Tal vez era el deseo de sentirse útil, tal vez sólo quería sorprenderlos. El caso es que, en poco tiempo, tenía ingredientes sobre la encimera y el delantal atado con descuido.
El sonido rítmico del cuchillo cortando vegetales, el suave chisporroteo del aceite caliente… todo eso rompía la quietud con una armonía casi meditativa. Shoto se movía con una calma que contrastaba con su habitual indiferencia. No cocinaba por obligación ni por rutina, sino con una intención sencilla y honesta, darles algo cálido a su regreso.
Cuando terminó, la cena estaba lista. Sirvió un solo plato y se sentó a comer, en silencio, no tenía intención de esperar a nadie, no porque no quisiera, sino porque, por una vez, el momento era solo suyo.
Pasaron unos minutos cuando, de repente, la puerta principal se abrió. El bullicio habitual de su familia llenó el aire, sus voces riendo y conversando mientras entraban en la casa.
— ¡Shoto, ya llegamos! —se escuchó la voz de su hermana resonar desde la entrada.
— ¿Dónde está? —añadió Natsuo, buscando a su hermano menor con la mirada mientras todos se despojaban de sus abrigos.
Keigo, quien llegó con Enji, cerró la puerta detrás de todos y se adelantó, notando algo inusual al entrar al comedor.
—No recuerdo haber preparado algo antes de salir —dijo perplejo, mientras se detenía en seco.
Los demás lo siguieron rápidamente. Touya y Tenko fueron los primeros en llegar al comedor, y sus rostros mostraban una mezcla de confusión y sorpresa al ver a Shoto sentado tranquilamente en la mesa, con un plato frente a él.
— ¿Qué estás haciendo? —preguntó el azabache incrédulo—. No me digas que … ¿Tú cocinaste eso?
El menor levantó la vista lentamente, con una expresión tranquila, como si lo que estaba haciendo no fuera nada fuera de lo común.
— Sí. ¿Quieren un poco? —respondió, señalando hacia la cocina donde aún quedaba más comida lista.
Hubo un momento de absoluto silencio, todos intercambiaron miradas, tratando de procesar lo que veían. Natsuo fue el siguiente en hablar, con los ojos bien abiertos.
—¿Tú cocinaste? ¿Tú, Shoto Todoroki, el niño de papá? —se acercó a la mesa para examinar el plato.
Keigo soltó una risa suave y se pasó una mano por el cabello.
— Esto es... inesperado, por decir lo menos. ¿Desde cuándo cocinas, Shoto? —dijo, aún sonriendo, mientras se acercaba al comedor con Rei y Enji detrás de él.
Fuyumi se acercó con pasos cuidadosos, como si esperara que la comida desapareciera si la miraba muy de cerca.
—Siempre huías de la cocina —murmuró, inspeccionando los platos—. ¿Qué te hizo cambiar?
Rei, por su parte, se inclinó hacia él, observándolo con una mezcla de sorpresa y orgullo.
— Sabía que tenías habilidades ocultas, pero esto... —murmuró, sentándose a su lado mientras miraba la comida—. Estoy muy curiosa por probar lo que has hecho.
Tenko, que se había mantenido en silencio, se acercó también, lanzándole una mirada a su pareja antes de centrarse en el menor. Era raro verlo sonreír, pero en ese momento, sus labios se curvaron apenas.
—Bueno, bueno... el niño prodigio también sabe cocinar. Sorprendente.
Touya se echó a reír, todavía incrédulo.
— Lo veo y no lo creo, te he subestimado todos estos años, hermanito. Pensaba que no sabías ni hervir agua, y resulta que sabes cocinar como todo un chef —dijo, acercándose a la mesa para servirse lo que quedaba.
Enji, quien había observado todo desde la puerta, no pudo evitar sonreír con orgullo. Sabía que su hijo menor siempre había sido sorprendente de muchas maneras, pero esto era algo nuevo incluso para él.
— Nunca dejas de sorprenderme —comentó el mayor de la familia mientras se acercaba a la mesa.
Natsuo ya estaba sirviéndose una porción, aún sin poder quitarse la expresión de asombro.
— Honestamente, pensé que tendríamos que sobrevivir a base de comida para llevar cuando llegáramos, pero esto... —tomó un bocado y sus ojos se abrieron de par en par—. ¡Está increíble!
Fuyumi probó también un poco, asintiendo en silencio mientras lo hacía.
—Esto es más que bueno, Shoto. Está delicioso.
Keigo se sirvió una porción después de la chica, todavía riéndose por la sorpresa. Mientras tanto, Rei miraba a su hijo con ojos brillantes de orgullo.
— Tienes que enseñarme cómo lo hiciste —dijo la albina con una sonrisa—. O mejor... no. Prefiero que sigas siendo el que nos sorprenda en la cocina.
El menor solo se encogió de hombros mientras terminaba su plato, no sentía la necesidad de explicar nada, simplemente disfrutaba el momento. La sorpresa de su familia, las risas, la incredulidad... todo hacía que aquella tarde fuera aún más especial. Era raro que todos se quedaran sin palabras, y mucho menos por algo tan simple como una comida casera, pero en ese momento, no importaba lo que Shoto hubiera hecho o no antes. Lo importante era que estaban juntos, disfrutando de algo inesperado, y eso lo hacía perfecto.
Mientras la conversación volvía a fluir en la mesa, todos compartiendo historias de las últimas semanas, el joven bicolor observaba a su alrededor con una ligera sonrisa en el rostro. Sabía que la noche apenas comenzaba, y con su familia reunida, cada momento sería mejor que el anterior. Aunque claro está que tenía que agradecerle a cierto rubio.

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Intruso
Fanfiction-¡¿Tienes novio?! . . . . . . . . . . . . . . . . . Si ya se, muy original de mi parte. Mención del Dabishiga y Endehawks. Si no te gusta no leas