El éxodo de las dudas

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Roy se veía callendo, en un entorno muy apocalíptico, el estaba en una silla, él veía en cámara lenta como él, junto a la silla, caían de un edificio muy alto, había alguien frente a él, era una figura, era muy borrosa la imagen, Roy no sabía quién era, veía que aquella figura estiraba su mano, pero ya era muy tarde, Roy estaba callendo, sentado en esa silla, caía al fuego, tratando de alcanzar la cima de nuevo, el caía más, cada vez que el intentaba subir, bajaba más, y más, hasta caer dentro de una grieta en el suelo, perdiendo de vista el edificio, poco a poco, el fuego lo consumía, su piel ardía, y se sometía ante el poder inmenso del fuego, aquella figura se lanzaba junto a él al precipicio, Roy trataba de sacarlo de ahí, pero al estár callendo, ees imposible, Roy y la figura, juntos, caían más y más dentro de la grieta, al ver arriba, la cima del edificio parecía más lejano se lo que era en verdad, y Roy, como siempre lo había hecho, abandonó toda esperanza, y al ver abajo, veía la destrucción, si caía ahí, todo estaría perdido, y las paredes, eran duras, rocosas, y estaban calientes, cada cierto tiempo, su cuerpo se quemaba por un fuego que emergía del fondo, la sombra borrosa, parecía más asustada, más insegura de su futuro, y cómo siempre, Roy se despertada sudado, y bastante alterado, era un sueño, el mismo sueño recurrente desde que tenía diez años, seguía sin entenderlo, sin saber quien era la figura, por más que pensaba, no costaba qué quería decir.

Roy se quedó sentado en su cama, miro el reloj, un reloj cuadrado, era reloj digital, al ver la hora, sabía que se le hacía tarde para llegar a su escuela, él siempre iba, siempre lamentaba no descansar más, esta vez, no obedecería ningún horario, el pensó muy dormido, y con la percepción alterada todavía "yo les hago un favor al estár ahí, llegaré cuando yo quiera" se talló los ojos, aún cansado, anhelando poder dormir más, y con la espada encorvada, cerró sus ojos, se irguió en la cama, y pensó "sabes qué? Al diablo, que se jodan, no voy a ir hoy..." Sin hacer más, se acostó nuevamente en su cama, aún caliente por su cuerpo recostado durante la noche, se acurrucó, y cerró los ojos, Roy trató de dormir, después de un rato sin conseguirlo, se acomodó viendo hacia el techo, su vista, desenfocada, vio una mancha en el techo, preguntándose cuanto tiempo estuvo ahí, vio la hora, había pasando ya media hora, definitivamente, no llegaría a clase hoy, viendo el reloj, recordó cómo lo consiguió, era diciembre, hacía frío, él recordaba eso vívidamente, sus manos le helaban, al igual que su naríz, sólo llevó una chamarra delgada, porqué decidió creerle a los meteorólogos, decían que haría poco frío, "poco frío" era lo que esperaba, pero el clima decidió jugar con la humanidad. Estaba en casa de sus padres, él estaba guardando sus cosas, para ir a vivir con Cris, su roomie, si bien, ambos no estudiaban en el mismo campus, ese apartamento, les quedaba perfecto a los dos. Roy se estaba despidiendo, a pesar de que sus padres no estuvieron tan "alegres" con la decisión de su hijo para irse a vivir a otro lugar, y menos con un hombre, estaban felices por qué su hijo se independizara, Roy recordaba las palabras de su madre, muy bien, ella le había dicho: "hijo... Como sabes, no apruebo tanto el que te vayas de aquí, digo, estoy feliz, no quiero mantenerte hasta que yo me muera, pero..." Baja un poco la voz, jalando un poco a su hijo, para hablarle al oído "con un hombre? Espero que tú no seas de esos raros, por favor, prométeme que no vas a hacer nada... Raro, por favor..." Le dijo su madre mientras le tocaba el hombro. Su hijo no decía nada, en ese momento él no sabía exactamente lo que quería, en cuanto a una relación amorosa, pero sabía que no le atraían tanto las mujeres, así que sólo pensó "claro que no voy a hacer cosas raras, y menos con Cris, él no me atrae" pero en vez de decir eso, solo movió su cabeza de lado a lado con una sonrisa, luego volteó a ver a su padre, él siempre había sido mejor con Roy, su padre, con una expresión seria en su cara, sólo le extendió la mano, y le dijo "me alegra que no seas un vago aquí, y espero que no lo seas ahí, así que, para asegurarme que no lo seas, ten esto..." El padre de Roy le dió el reloj, Roy lo tomó, y después le dió la mano a su padre, agradecido por el regalo, creyendo que eso era todo, Roy soltó a su padre, pero su padre lo detuvo diciéndole "yo no crié vagos..." Su padre le dió un abrazo, diciéndole al oído "buena suerte, hijo mío...". Con eso, Roy se despidió de ellos dos, Roy los recuerda en el umbral de la puerta, moviendo una mano mano, despidiéndose, Roy se subió a un taxi, y se marchó de ahí.

Roy recordaba con nostalgia la casa de sus padres, luego, al ver que no podría dormir, tomó su celular, y vio sus notificaciones, la mayoría eran cosas que no le interesaban, pero una le llamó la atención, era un mensaje de Lum, Roy colocó su huella digital en el lector, y al desbloquearse, fue directo a la app de mensajes, llamada WhatsNew, eran tres nuevos mensajes se Lum, que decían:

"8:00/ dónde estás? Vas a llegar tarde, otra vez..." "8:20/ no vas a venir hoy? Estás enfermo? O qué pasa?" "8:21Ya voy a entrar, no te puedo esperar, no quiero llegar tarde, dime qué pasa". Roy leyó las notificaciones, atentamente, no sabía si contestarle, o no hacer nada, Roy un poco incómodo, comenzó a escribir "perdón, no pude ir hoy, si quieres, puedes venir hoy a mi apartamento? por favor... 🥺".

Roy pensó "seguro con eso lo convenzo". En ese momento, Roy se sentó, listo para iniciar su día, al las nueve de la mañana, en ese momento, Cris, (cómo siempre, entró a su cuarto sin tocar) al entrar Cris, vió a Roy sentado, en ropa interior, Cris abrió sus ojos mucho, y se sonrojó un poco, y volteando la mirada.

- Oye, ya que no te vas a ir hoy, puedes hacer las tareas que te escribí en la hoja? Yo me voy a trabajar - Dijo Cris saliendo del cuarto, pero se detuvo antes de salir por completo - Y... Voy a ir a una fiesta con mi novio, tal vez me quede en su casa todo el fin de semana... - Cris sonrío un poco - disfruta el apartamento solo...

Roy, asintió, y Cris salió de su cuarto, Roy se levantó, tomó un short, unas pantuflas, y bajó con una camiseta puesta, salió de su habitación, que estaba frente a la de Cris, mientras veía unos vídeos muy tontos, quería olvidar todo lo que había visto de Lum la noche anterior, al bajar vió a Cris salir por la puerta, este no lo vió, y Roy salió corriendo, y vió la lista que había mencionado Cris, él la vió, y leyó atentamente, ya le había pasado que por no leer bien una 'lista de tareas de Cris', terminaba regañado, así que con cuidado, leyó cada viñeta:


. Número uno: Lava los trastes de ayer, no quiero verlos cuando regrese.

. Número dos: Barre el apartamento, está muy sucio, y es tu culpa, así que lo quiero impecable.

.Número tres: Por favor, no comas tanta azúcar, ya sabemos cómo te pones luego.

Roy leía la lista, la analizó varias veces, solo por diversión, después de procrastinar un poco, se levantó, y fue a lavar los trastes, recordando la tercera viñeta, se rió un poco, era cierto, a él le encantaba le azúcar, los dulces, en general, le encantaba ir a una dulceria, cerca de su colegio, era una muy grande, y le encantaba gastarse una gran parte de su dinero ahí. Siempre llegaba con una bolsa llena de dulces, dulces agrios, picantes, dulces duros, suaves, de chupar, de morder, que eran polvo, palomitas dulces, saladas, dulces que se quedaban atorados entre tus dientes, que tenían sorpresas adentro, chocolates de leche, chocolates blancos, chocolates negros. Le gustaban de todo tipo de dulces a Roy, pero no podía comer tantos, era cierto, era adicto, pero lo podía controlar.

Fue directo a lavar los trastes, puso un poco de música, y los lavó, así se pasó su mañana, haciendo quehaceres del apartamento, si bien, era su culpa, no le gustaba barrer, o trapear o incluso lavar los trastes, era un martirio para él. Recordaba cuando era niño, no tenía que hacer nada, solo jugar, divertirse, y estudiar. Sus padres le dejaban jugar en el patio, o en la computadora por el tiempo que estudiara, así que él estudiaba una hora al día, y sus padres lo dejaban ir, Roy pensaba más, retrocedió un poco más en su mente, recordando como era ser un bebé, él, por más que pensó, no logró recordar como era ser un bebé, Roy se sentó, exhausto por limpiar, sonrió un poco, recordando su pasado, viendo su mano, la cerró en un puño, con el pulgar de fuera, preguntándose cómo sería tenerlo dentro de su boca, él nunca fue un niño que se chupara el dedo, pero nunca lo intentó. Viendo su pulgar, oyó el timbre de su puerta, era Lum, había llegado.

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