flor salvaje

Uno

¡Buenas noticias, Wen Ruohan a muerto!

Y esta vez, solo hay una persona lamentando su muerte...

Cuando el rojo toca el blanco, la combinación empieza. En el silencio de Receso en la Nube, de la secta Gusu Lan, dos hombres se encontraban en la soledad de un Jingshi, uno de ellos, abrazando la cintura del otro con un delicado cinturón rojo, acomodándolo en las pequeñas caderas y cerrándolo con seguridad. No había mucho que hacer, después de todo, estaba hecho a su medida.

Mientras aquel joven, no podía quitar su mirada del espejo, no era un hombre orgulloso, pero sus ojos siempre caían en el pedazo rojo entre sus túnica azules pálidas. Un color tan llamativo en la simpleza de su bata que sino fuera contra el decoro Lan, hubiera girado en una vuelta, tratando de ver cada parte de su cuerpo.

Era discordante, algo tan fuera de su estilo.

-Está hecho, Joven Qiren - el recién llamado, solo gira para ver al hombre mayor, antes de hacer una pequeña reverencia al diseñador de sus túnicas.

-Muchas gracias, Mayor, ese sería todo su servicio - el mayor solo asiente, caminando hasta la entrada de Jingshi, yéndose.

El Lan menor mira de nuevo su reflejo en el espejo, en su rostro perfilado, de ojos pequeños y pómulos llamativos, labios rellenos, en un ceño neutral con facciones masculinas, de un buen ver resalta en el pedazo de tela roja que enganchaba sus caderas, apretando el cuerpo ligeramente musculoso.

No puede evitar tocar la tela, tomándolo con la punta de sus dedos y analizándolo como si fuera fuego puro a punto de tocarlo. Apretaba, y pesaba en sus caderas, pero el joven no estaba seguro.

Si era tela, o el significado detrás de ella.

-¿Es tan interesante el cinturón de matrimonio? - Lan Qiren no se asusta, pero no puede evitar sorprenderse cuando sigue la voz detrás.

-Xiongzhang - hace una reverencia al hombre en la puerta de su habitación, ni siquiera lo escuchó entrar.

-A-Ren - el líder de Gusu Lan, Qing HengJun, niega, levantando una mano para detener la otra reverencia - disculpa molestarte.

-Jamás es molestia tus visitas, Gege - entonces el hombre con una gran sonrisa y ojos caritativos, entra a la habitación, deteniéndose frente a su hermano menor, mirando del espejo hasta el hombres, curioso.

-¿Ves algo que yo no veo, Didi?

Lan Qiren solo quita la mirada.

-El cinturón matrimonial te queda bien, A-Ren - el Lan menor niega.

-Es estúpido, es una costumbre tonta del clan Wen - el líder solo suelta una pequeña risilla, sin insinuar de que acaba de romper un par de reglas Lan. Él entiende.

Más era necesario, de parte de aquella secta que piensa contraer matrimonio, había una tradición de años. La esposa necesitaba usar el cinturón rojo en sus caderas en representación del Clan Wen días antes de la boda, como forma de mostrar su matrimonio a punto de ser, nadie podía tocar su cuerpo porque su cuerpo ahora era propiedad de ese Wen.

Lan Qiren piensa que es totalmente innecesario, como este maldito matrimonio obligatorio.

-Y aún así, te vas a casar, hermano. Costumbres son costumbres.