Atte...

13.7K 885 472
                                    

Sam iba corriendo rápidamente mientras evadía a cuanta persona se le cruzase, era su primer día de clases en segundo año de secundaria y llevaba diez minutos de retraso.

A pesar de que el reloj corría, no era justamente el regaño lo que lo tenía preocupado, sino que eran las ansias por ver a su mejor amigo. Tenía algo muy importante que decirle, y no podía esperar.

La campana sonó y la primera clase comenzó. Sam llega cinco minutos tarde al salón, y con la voz agitada saluda a la maestra, la cual lo deja entrar.

Un rápido recorrido al aula y lo encuentra. Con su típica sonrisa y señalando de manera casi exagerada el asiento desocupado a su costado, su mejor amigo Ashton lo llama.

Sam ríe y camina hacia su nuevo pupitre.

Todo un verano sin ver a su mejor amigo, todo un verano tratando de decidirse por decirle lo que tan importante es para Sam. Pero no podía decirlo así y mucho menos ahí, así que se decidió por el segundo receso, sería ahí que le diría.

La clase transcurrió entre anécdotas de verano entre los amigos y risas por montones. El primer receso llegó y ambos salieron, Ash lo invita a sentarse bajo un árbol para seguir hablando y Sam acepta.

El chico no puede evitar sentirse nervioso por lo que le va a decir a su amigo, desde que se conocieron, hace exactamente un año, o sea, en el primer día de primer año de secundaria, son inseparables, más inseparables que cualquier otro par de amigos que puedan conocer.

Nunca creyó que pudiese llegar hasta ese punto de la vida, pero aun así no se lo ocultaría a la persona más importante dentro de ella.

Un inusual quejido por parte de Ash le extrañó a Sam, su mano estaba en el centro de su pecho mientras hacia una mueca de dolor. Al preguntar, Ashton le explica que le pasa seguido los últimos meses, pero el médico le había asegurado que no era nada grave, Sam insiste en que vaya a enfermería, pero Ash continúa diciendo que estaba bien, así que solo lo ignoraron.

La segunda clase pasó normal, entre más risas y palabras, Sam más y más se emocionaba por decirle de una vez lo tan importante a su mejor amigo.

El segundo receso llegó y su corazón se detuvo. Respiró profundamente antes de salir del salón tras su amigo.

—Hey, Sam. Vamos a las canchas, voy a jugar futbol con los chicos.

—Eh... seguro.

No podía. Simplemente no podía. Mordió su labio, inquieto. Ash notó que su amigo estaba nervioso, caminó hacia él y lo miró.

—¿Estás bien?

—Sí, lo estoy.

—¿Vienes?

—Claro.

Ashton sonrió y tomó la mano de su amigo, haló de ella para llevarlo corriendo directo a las canchas.

Sam hizo un gesto de incomodidad ante la acción del otro. Tenía que decírselo, era ahora o nunca.

—Ash. —El joven se detuvo, justo frente a las puertas del gimnasio. Volteó a verlo.

—¿Qué sucede?

—Eh... yo...Tengo algo que decirte. —Se soltó del agarre de su amigo y bajó la cabeza.

—Dime, Sam.

—Es que...

—¡Hey, Ash! ¡Vamos a comenzar sin ti! ¿Vienes o no? —Se escuchó de parte de los chicos al interior del gran gimnasio.

—¡En un segundo voy! —Les contestó Ashton—¿Entonces? ¿Piensas decirme, o no? —Sonrió.

—Es que... Yo, solo... Te deseo un buen partido. Eso. —Sonrió Sam.

One Shots/Bl/Yaoi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora