Ninfomanía [KM]

028

Jimin

Los días han seguido su curso, cuando el doctor dijo que la cama sería mi mejor amigo, el lo hizo enserio.

Taehyung a venido a quedarse junto a Hoseok, la mansión está aún más rodeada de guardaespaldas y Jungkook ha estado demasiado ocupado manteniendome en la caja de cristal que ha construido para mí.

Nuestra habitación, limpia y cálida.

Esa mañana me despierto gracias a la claridad, necesito orinar con urgencia, así que me levanto con el debido cuidado que debo tener y camino hacia el baño, no puedo aguantar mi orine ni un minuto, en el proceso me imagino con mi panza grande y siento mi corazon latir con demasiada fuerza.

Lo estoy haciendo bien, cumplo con mi horario en cuanto las pastillas, también hago exactamente lo que Jungkook me dice y me mantengo quieto sin hacer ninguna brusquedad que comprometa la vida de mi bebé.

Realmente quiero que nazca sano y salvo.

Pero tengo un augurio en mi corazón, se que Jungkook me apoya, lo hace a su manera pero me deja constantemente solo en la habitación, he sentido su ausencia e incluso a la hora de dormir, es como si durmiera al lado de un bloque de hielo.

Termino de orinar y camino al lavabo, mi reflejo muestra que he descansado mucho, no hay ojeras y estoy realmente radiante con rizos alborotados por doquier. Estoy esperando un bebé, si estoy esperando a mi bebé con Jungkook.

La remota idea me hace reír y quisiera que el se sintiera de la misma manera y no como si estuviera cuidándome por obligación.

Joder

Estoy hipersensible y tener a mi hombre lejos de mi no ayuda en lo absoluto.

Escucho sus pasos y como la puerta es abierta e inmediatamente cerrada, se aproxima a buscarme una vez no me encuentra en la cama y nuestras miradas se cruzan a través del espejo.

Suspira con tranquilidad, pero no sé acerca, no me toca ni me abraza, es abrumante.

– Buenos días.

– Buenos días bebé, ¿Cómo te sientes?

– Estoy bien.

Asiente y no deja de mirarme, se que no ha dormido lo suficiente, se que está teniendo muchas que ni siquiera yo entiendo y necesito que me diga que está pasando.

– Le diré a Lea que suba tu desayuno.

– ¡Oh espera!.- Se detiene y voltea a verme.- ¿Podrías desayunar conmigo?

Lo piensa por unos segundos y luego asiente, ese será el momento perfecto para hablar, entonces me cepillo los dientes, lavo mi cara e intento peinar mis rizos.

Camino a la cama y espero pacientemente por el, cuando la puerta se abre veo su imponente figura alta entrar con una bandeja, no lleva el traje completo Pero que bien se ve esa camisa arremangada a sus codos y pegada a tu trabajado torso, estoy embobado con su físico y jamás me había parecido tan varonil y exuberante.

– Te he traído las vitaminas matutinas y este jugo verde que Lea te prepara todos los días. - Agradezco y lo veo tomar asiento frente a mi, es mucha comida por lo tanto si desayunará conmigo y me emociona compartir tiempo a su lado.- Debes comerlo todo, es bueno para tí y el bebé.