Lum, la luz al final del camino

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- Debes dejar de lloriquear...¿¿¿¡¡¡¡eres un hombre!!!???

Le preguntaba esa voz, que a ojos de Lum era más borrosa de lo que era, le costaba verle la cara,pero parecía como si le estuvieran reclamando de algo injusto.

- ¡¡¡¡No puedes esperar que la gente vaya por ahí haciendo todo por tí!!!! Tienes que aprender a ser duro con la gente, defiéndete, defiéndete de mí.

- Espera, no deberías ser así con él, solo tiene siete años déjalo, no lo golpees...

Decía otra voz, a la distancia, que parecía ser la voz de la razón de ahí, Lum quería aferrarse a esta, pero simplemente el camino estaba bloqueado, al mirar hacia arriba, Lum se encontró con una vista horrorosa, era un hombre bastante musculoso, y grande, tenía una barba, y un cigarro en la boca, no sería tan horrible, pero debido a el temor que le tenía en ese momento, preferiría ver cualquier otra cosa, esa figura, era su padre, ya lo recordaba, y le dolía aún más

- Eres un idiota, yo no tuve la culpa de que nacieras así, por qué tenías que ser tan... Tan... ¡¡¡Te odio!!!- Dijo propinándole una patada en la cara, haciendo que Lum saliera de su trance, y volviera a la realidad.

Ya pasaron unos meses, desde que Lum y Roy se conocieron, y se volvieron amigos

Inconscientemente, estaba tomándose su pecho, podía sentir como le dolía, a pesar de que ya habían pasado más de catorce años, le seguía doliendo. Al voltear a ver a su alrededor, pudo ver que todos en su aula ya se habían ido, intentó levantarse, para irse, y en ese momento, todos sus pesares se disiparon, cuando vió a Roy, con su mirada de siempre, algo cansada, pero alegre, lo vio pasar por la puerta, y tocándola, mientras le sonreía, y se recargaba en esta.

Lum al verlo, lo saludó con una energía contagiosa, pero que no afectó a Roy en lo más mínimo, Lum tomó sus cosas, y dejó de tocarse el pecho, como si se le hubiera olvidado porqué le dolía.

- ¿Por qué viniste por mí? Ya sabes que siempre te voy a buscar...- Dijo Lum, levantando la mirada, viendo el techo de la instalación con curiosidad, esperando la respuesta de Roy.

- Bueno... Tú siempre vienes por mí, quería hacer algo diferente, por qué te quedaste ahí, pasó algo malo?- Dijo mientras levantaba sus brazos, y los recargaba en sus hombros.

- No, no pasó nada, Emm... Me temo que hoy me voy a ir solo, tengo cosas que hacer, pero nos vemos mañana, te parece?

- Sí, claro, está bien, nos vemos- Dijo algo desilucionado, mientras se despedía de él.

Lum se despidió, y se fué, dejando a Roy solo en el edificio, este sonrió hasta ver a Lum marcharse, y en ese momento, cayó contra una pared, algo triste, pero después de quién sabe cuánto tiempo, él sintió como si debiera estar en algún lugar, como si su vida dependiera de ello. Sin esperar ni un minuto, abandonó el lugar, y solo se dejó llevar por su instinto.

Después de un momento de correr hacia quien sabe dónde, su mirada se vio atraída por una casa, que desprendía luces de color pastel, pero un poco más pálidos, recuperando su aliento un poco, caminó hasta esa casa, y sin saber si debería, se asomó un poco, las cortinas estaban cerradas, pero había un hueco, dónde él podía ver un poco, se quedó viendo lo que pareció un minuto, pero fue mucho más tiempo de lo que le pareció.

Roy no se dió cuenta de cuánto tiempo pasó ahí, sin ver nada más que esas luces, a punto de apartar su mirada, vio a alguien, era una persona con un cabello muy llamativo, que resaltaba en el ambiente, estaba sin playera, era un cuerpo delgado, y joven, Roy se sentía algo atraído por ese cuerpo, Roy estaba tan embobado, que perdió el equilibrio un poco, y se tropezó, pero al momento de poner el pie para no caerse, su vista se movió, y su perspectiva cambio, antes, la cintura del cuerpo, que estaba de espaldas, su vista estaba bloqueada por el agujero en la cortina, pero ahora, la vista por debajo de su cadera estaba disponible, y lo que tenía puesto, era algo blanco, con puntos azúl marino por toda su superficie, "parece ropa interior muy cómoda" se dijo Roy, pero después de analizarlo, esa 'ropa interior' que le llamaba Roy, se parecía a los pañales que usaba su abuelo, solo que esos eran mucho más delgados, y no tenían patrones que los hacían ver tan infantiles, era un pañal.

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