-Dazai-san -lo llamó el menor, y el castaño se volvió hacia él, acercándose con una sonrisa que iluminó su rostro. Era una expresión que siempre lograba tranquilizar a Atsushi, aunque en este momento, la tensión en el aire era palpable.
-¿Qué pasa, Atsushi-kun? -preguntó Dazai con curiosidad, observando cómo el albino jugueteaba nerviosamente con sus dedos. La mirada del mayor era cálida y atenta, como si cada palabra que Atsushi dijera fuera un tesoro que él quería escuchar.
-Quería saber si te gustaría ir conmigo a un... em... parque de diversiones -dijo Atsushi, mirándolo con una expresión suplicante. Su voz temblaba un poco, y la ternura del menor hizo que Dazai se emocionara aún más, sintiendo cómo su corazón se aceleraba ante la invitación inesperada.
-¡Claro que sí! ¿Cómo podría negártelo? -exclamó Dazai, y Atsushi se sonrojó al sentirse abrazado de repente por el mayor. El abrazo fue cálido y reconfortante; Atsushi cerró los ojos por un momento, disfrutando de la cercanía.
-E-eh, entonces nos vemos el sábado -respondió con un tono nervioso, su mente ya comenzando a imaginar cómo sería aquel día lleno de risas y diversión.
-¡Sí! -Dazai estaba lleno de emoción, pero se alejó un poco para mirarlo mejor. -¿Voy a tu casa y te recojo?
-No es necesario, iré a tu departamento. Emm... ¿podrías decirme dónde vives ahora? -Atsushi sabía que Dazai se había mudado después de su ruptura con el peli naranja. Era un tema delicado, pero sentía que era importante tener esa información.
-Está bien, si me lo pides así, no puedo negarme -respondió Dazai, separándose un poco al notar lo nervioso que estaba el menor. Con una sonrisa traviesa, le dio su dirección con la tranquilidad de alguien que tiene todo bajo control.
El castaño le dio su dirección y número de apartamento. Atsushi le agradeció efusivamente y se despidieron para regresar a sus respectivos trabajos. Aunque estaba muy nervioso por la cita inminente, también se sentía feliz; la invitación era un rayo de esperanza tras haber sido rechazado anteriormente por su novio. Había decidido arriesgarse con Dazai y ahora no podía creer lo afortunado que había sido.
Los días transcurrieron con normalidad; continuaron almorzando y cenando juntos en la oficina. Dazai siempre lograba hacer reír al menor con sus chistes absurdos y su humor desenfadado. Atsushi disfrutaba cada momento compartido; era como si todas las preocupaciones desaparecieran cuando estaba cerca de él.
Finalmente llegó el día acordado. Atsushi se arregló meticulosamente; eligió ropa cómoda pero cuidada, sabiendo que estarían en movimiento y que el día estaba soleado. Akutagawa había salido temprano esa mañana, comentándole que iba a ver a un "amigo", dejándolo solo con sus pensamientos emocionados sobre la cita.
Salió de su departamento y se dirigió al hogar de Dazai. Para su sorpresa, los departamentos no estaban tan lejos; quedaban aproximadamente a cuatro cuadras, así que no tardó mucho en llegar. Caminó rápido pero con una mezcla de ansiedad y anticipación palpitante en su pecho.
Al llegar al edificio donde vivía Dazai, la recepcionista le dio permiso para pasar con una sonrisa amable. Atsushi estaba algo nervioso; podía sentir cómo las mariposas revoloteaban en su estómago mientras tocaba la puerta. Esta fue abierta por Dazai, quien lo recibió con una sonrisa brillante.
-Vaya, Atsushi-kun -dijo Dazai, reflejando la misma mezcla de nerviosismo y emoción del albino. Le encantaba pasar tiempo con él; siempre era muy divertido.- Pasa, pasa -le indicó mientras le hacía un gesto para que entrara.- Espera aquí un momento; solo necesito buscar un abrigo y podremos ir -le invitó a sentarse en el sofá.
Atsushi asintió con una sonrisa mientras observaba cómo Dazai desaparecía por unos momentos tras una puerta. Su corazón latía aceleradamente; cada segundo parecía una eternidad mientras esperaba ansiosamente.
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•~INFIELES~•
RomanceDespués de descubrir la traición de Chuuya Nakahara, Osamu Dazai decide poner fin a su relación y comenzar una nueva vida. Sin embargo, en el camino, se encuentra enamorándose de su compañero de trabajo, Atsushi Nakajima. El problema es que Atsushi...
