Invisible parte 3

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En un momento de la noche, vi a Billy superar el récord de Steve en el juego del barril de cerveza. Lo vi inclinar la cabeza hacia atrás, vaciando el contenido con una facilidad asombrosa mientras la multitud lo aclamaba. Cuando terminó, fue coronado como "el rey del barril", con Tommy . y Carol aplaudiendo más fuerte que nadie. Todos felicitaron a Billy, y cuando se dirigió hacia mí, con una sonrisa arrogante y un brazo sobre mis hombros, no pude evitar sentirme incómoda. No era solo porque Billy estuviera demasiado cerca; era porque estábamos dirigiéndonos directamente hacia donde estaban Nancy y Steve.

Mi corazón comenzó a latir más rápido cuando los vi. Steve estaba vestido como Joel Goodson de Risky Business con su camisa blanca y gafas de sol, mientras que Nancy estaba disfrazada de Lana. Parecían una pareja de ensueño, aunque había algo raro en sus expresiones. No quería estar allí, no cuando Steve y Nancy estaban tan cerca. Con un rápido movimiento, quité el brazo de Billy de mis hombros.

—Voy a buscar a Sarah —dije apresurada, antes de desaparecer entre la multitud.

Caminé rápido, tratando de calmar mis pensamientos. No podía enfrentar a Steve, no con Nancy a su lado. Mi corazón se hundió un poco, aceptando la realidad que había intentado evitar: Steve nunca se fijaría en mí. Él estaba con Nancy, y esa era su historia, no la mía.

Cuando volví a encontrarme con Sarah, ambas seguimos bailando y tratando de divertirnos. La música llenaba el aire, pero mis pensamientos estaban en otro lugar. Fue entonces cuando vi algo que me sacó de mis cavilaciones: Nancy, claramente borracha, con un vaso de ponche en la mano, tambaleándose un poco. Steve intentaba quitarle el vaso, preocupado, pero en el proceso, el ponche se derramó accidentalmente sobre la blusa blanca de Nancy 

—¡Oh, no! —murmuró Sarah a mi lado, mientras ambas observábamos la escena.

Steve tomó a Nancy de la mano y la llevó hacia el baño, claramente intentando controlar la situación.

Pasaron unos minutos, y de repente vi a Steve salir del baño, solo, pero lo que más me impactó fue su expresión. Sus ojos estaban llorosos, y su rostro reflejaba una tristeza profunda que me hizo sentir un nudo en el estómago. ¿Qué había pasado entre él y Nancy?

Sarah me dio un codazo suave.

—Deberías ir a hablar con él —me susurró—. Se ve mal, Tn. Quizás solo necesite a alguien con quien hablar.

Dudé. Todo mi cuerpo me decía que no me involucrara, que no me acercara a Steve en un momento tan vulnerable. Pero al mismo tiempo, una parte de mí quería estar allí para él, aunque solo fuera para escuchar.

Finalmente, tomé una decisión. Caminé hacia la salida de la fiesta, buscando a Steve. Cuando lo vi, ya estaba alejándose, dirigiéndose hacia su auto. Me detuve en seco, viendo cómo se alejaba. El momento para hablar con él se había ido, y no tuve el valor de seguirlo. Simplemente no podía enfrentarme a esa conversación, no cuando sabía que probablemente no cambiaría nada.

Unos minutos después, Sarah me encontró fuera. No dijo nada, solo me miró con una mezcla de comprensión y empatía.

—Vamos —dijo suavemente—. Te llevo a casa.

Nos subimos al auto en silencio, y mientras Sarah conducía, mi mente seguía en la imagen de Steve, con los ojos tristes y el corazón roto. No sabía qué había pasado entre él y Nancy, pero esa noche, algo en mí cambió. Dejé de aferrarme a la idea de Steve como mi imposible. Y aunque aún no sabía lo que eso significaba, supe que algo nuevo estaba comenzando, tanto para él como para mí.

Los rumores sobre Steve y Nancy estaban por toda la escuela, y nadie sabía si eran verdad o solo habladurías. Algunos decían que habían terminado después de la fiesta de Halloween, pero ni Steve ni Nancy habían confirmado nada. Steve caminaba por los pasillos con la mirada perdida, y aunque yo trataba de no fijarme demasiado, era imposible no notar su tristeza. Mientras tanto, Billy seguía rondando, coqueteando conmigo a cada oportunidad. 

Lo intenté. Traté de ser amable con Billy, de no ser grosera ni rechazarlo de mala manera. Sabía que él podía tener una personalidad fuerte, pero también sabía que no quería una relación con él. 

—Billy, no estoy interesada en una relación —le dije un día después de clases, cuando se me acercó de nuevo en el estacionamiento—. Eres genial, pero no busco nada de eso ahora.

Él me miró con una sonrisa ladeada, aunque sus ojos mostraban un destello de frustración.

—Entiendo, Tn. No te preocupes, no quiero hacerte sentir incómoda —respondió, aunque su tono sugería que no estaba del todo convencido. Se encogió de hombros y, para mi alivio, se alejó sin más.

Cuando llegué a casa ese día, algo en el ambiente se sentía extraño. Mi hermano Dustin estaba encerrado en su cuarto, lo cual no era raro, pero había algo diferente en su comportamiento. Se escuchaba un sonido raro, como si hubiera un animal pequeño en su habitación. Lo curioso es que Dustin no tenía más mascotas que nuestra vieja tortuga, y las tortugas definitivamente no hacen ese tipo de ruido.

Me acerqué a la puerta de su cuarto y le di un par de golpecitos.

—¿Dustin? ¿Todo bien ahí? —pregunté, intentando sonar casual.

—¡No entres! —gritó desde el otro lado—. Estoy ocupado, no puedes ver esto.

Frunció el ceño. Lo conocía lo suficiente para saber que algo estaba tramando, algo que probablemente no quería que descubriera.

—¿Qué tienes ahí? —insistí, pero no me dio ninguna explicación.

—Solo no salgas de tu cuarto, ¿sí? —respondió, su tono casi suplicante.

Asentí, aunque sabía que no me veía, y me alejé, aunque mi curiosidad seguía picando. ¿Qué estaba escondiendo? Además, hacía unos días, nuestro gato, Mews, había desaparecido y mi mamá estaba desesperada buscándolo. Pensé que tal vez Dustin sabía algo, pero cuando intenté preguntarle antes, también lo negó.

Pasaron un par de horas. Estaba sola en la casa, Dustin había salido por alguna razón y yo me sentía inquieta. No había nada interesante en la televisión, así que decidí dar una vuelta por la casa, tratando de sacarme esa sensación extraña de encima. Cuando pasé frente al baño, sentí una especie de impulso. No sabía por qué, pero algo en mí me dijo que abriera la puerta.

Lo que vi me dejó paralizada. Había una criatura dentro del baño, una cosa pequeña, pero monstruosa. Su piel era viscosa y se movía de manera inquietante. Pero lo peor de todo, lo que me hizo querer gritar, era que estaba devorando a Mews, nuestro gato. La criatura no se parecía a nada que hubiera visto antes, parecía sacada de una película de ciencia ficción o, mejor dicho, de una pesadilla.

💕Steve Harrington's One shot 🏀💕Where stories live. Discover now