PASIÓN MORTAL || FREENBECKY (G!P)

41. Sin Piedad

BECKY

El silencio en la habitación era casi palpable, mientras mi mente daba vueltas intentando asimilar lo que acababa de escuchar.

Estoy embarazada.

Las palabras resonaban una y otra vez en mi cabeza.

Voy a tener un hijo... con Freen.

La doctora me miraba, esperando alguna reacción más, pero yo solo podía enfocarme en la revelación.

Un hijo.

Un bebé creciendo dentro de mí.

Mi bebé.

:- Armstrong, ¿está bien? - preguntó la doctora, con cierta cautela, interrumpiendo mis pensamientos.

:- ¿Dice que mi bebé está bien? ¿No hay riesgo? - mi voz salió más dura de lo que esperaba, casi temerosa de lo que podría responder.

:- Según los exámenes, no hay riesgo inmediato, pero necesita tomar reposo. Recibió muchos golpes en el abdomen... un poco más y su bebé no lo habría resistido, —respondió la doctora con un tono profesional, pero percibí el nerviosismo en su voz.

Sentí mi rostro endurecerse al procesar sus palabras. Un fuego comenzó a encenderse en mi pecho, recorriéndome con una ira que hacía eco en cada rincón de mi ser. Mis manos, que hasta entonces estaban quietas, se cerraron en puños sobre las sábanas.

:- ¿Me está diciendo que esas perras estuvieron a punto de matar a mi bebé? - dije con mi voz llena de rabia.

La doctora dio un paso atrás, sorprendida por mi cambio repentino. Vi cómo tragaba con dificultad, claramente incómoda ante la intensidad de mi mirada.

:- Sí, fue un riesgo muy alto, - asintió, manteniendo su postura profesional, pero el miedo en sus ojos era evidente.

:- ¿Cuánto tiempo necesito para recuperarme de las lesiones? - pregunté.

:- En una semana estará mejor físicamente, pero debe cuidarse mucho más - advirtió la doctora, como si no se diera cuenta de que ya no la escuchaba realmente.

Mi mente ya estaba en otro lugar. Recordaba cada uno de sus rostros. Esas malditas no sabían con quién se habían metido. Trunky y sus secuaces. Pensaban que podían hacer lo que quisieran sin sufrir consecuencias.

Estaban equivocadas.

Cerré los ojos, visualizando la forma en la que haría que cada una pagara por lo que habían hecho.

Nadie se mete con mi bebé

:- Te metiste con la persona equivocada, Trunky- murmuré para mí misma, mientras la doctora me observaba en silencio, claramente incómoda con mi expresión.

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La puerta de la celda se abrió lentamente, el chirrido metálico resonando por el pasillo oscuro. Me dejé caer en la cama, sintiendo cada moretón en mi piel arder al contacto con el colchón. Friend me siguió, observando mis movimientos con preocupación.

:- ¿Estás bien? - su voz era suave, casi temerosa.

:- Me duele todo, pero solo necesito reposo, - respondí con la voz ronca, sin mirarla directamente.

Ella asintió, pero su inquietud era evidente. Permanecí en silencio, observándola por unos segundos antes de romper el incómodo silencio.

:- ¿Por qué estás aquí realmente, Friend? - pregunté, mis ojos fijos en los suyos.