Capítulo 2

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ALMA

La noche ya había caído y el aborto se hizo notorio al otro lado de la puerta. Las chicas deambulaban ansiosas por la noche tan larga que nos esperaba. El bullicio se hizo eco de mis pensamientos y por momentos deseé que aquel día nunca hubiera ocurrido. No me molestaba el ajetreo, pero sí el sonido que producían las pisadas y las voces de algunas chicas que vociferaban inquietas. Muy probablemente porque era su primera noche de hogueras, sus primeras novatadas y no sabían lo que les iba a deparar la velada.

La noche de los ángeles caídos.

Una tradición que se celebraba el primer viernes antes de que comenzaran las clases el lunes siguiente. Una especie de novatadas para los alumnos nuevos que formaban parte de secundaria. Cada curso se encargaba de organizar las suyas y algunos podían llegar a ser muy crueles. En mí caso, los encargados de montar todo aquel pitoste fueron Pau y sus amigos, como pasó el año anterior.

Tenía las expectativas bastante altas puesto que ellos mismos organizaron sus propias novatadas y no defraudaron a nadie. Al mismo tiempo sentí miedo porque los conocía bastante bien como para saber que eran capaces de cualquier cosa y que dentro de ellos, existía un aura un tanto perturbadora donde el poder y el mal estaban a la orden del día.

Me puse un poco de vaselina en los labios y sonreí satisfecha de cómo me había quedado el maquillaje aquel día. Me hice un eyeliner fino que rasgaba muy bien mis ojos azules, me puse máscara de pestañas y un poco de colorete para darle algo de vida al rostro. Ya estaba peinada y vestida porque en un principio no me iba a maquillar, pero en el último momento cambié de opinión.

Nunca fui de vestirme y arreglarme para agradarle a los chicos y aquel día no entraba en mis planes, pero por momentos se me iba la vida pensando en Pau. Y me arreglé para mí, pero también para él y me sentí estúpida intentando buscar su aprobación cuando realmente me importaba una mierda lo que pudiera llegar a opinar de mí.

Me ondulé la melena y me vestí con un traje de lentejuelas azul marino oscuro que era de mi madre cuando era joven. Me puse un top fino blanco con una manga al aire y en los pies me puse mis bambas blancas de confianza. Me hubiera puesto mucho más sencilla si no hubiera habido una cena de gala primero que por desgracia teníamos que asistir todos.

Así eran las normas. Primero cenábamos y luego nos dejaban desmadrarnos hasta las tantas de la mañana. No era del todo un hándicap ir a cenar, pero sí que impacientaba a todos y alargaba la espera para que diera comienzo la función.

Me eché perfume y antes de abandonar la habitación, me encontré con un folio en el suelo que alguien había colado por la puerta. Quité la música y me agaché para poder leer lo que había escrito.

Nos vemos a las 2:45 en la iglesia. No faltes.

Doblé el folio y lo rompí en pedazos. Tiré los trozos a la papelera y antes de unirme a la multitud, cogí una de las carpetas y busqué la lista que una vez me tocó custodiar y donde todos habían escrito su nombre. Solo me interesaba saber que no se trataba de Will y suspiré aliviada al ver que no era la misma letra, no tenían nada que ver.

Lo de aceptar planes de desconocidos no era lo mío, pero mentiría si dijera que no me llamó la atención aquel mensaje en clave. Sentí curiosidad y aunque no tuve claro si iba a acudir a la cita o no, algo dentro de mí disfrutó del miedo irracional que me provocaron aquellas palabras.

Royal ▪︎ PAU CUBARSÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora