010

5.6K 715 69
                                    

El sol había salido, un nuevo día cálido acababa de empezar.

Tan cálido e incluso menos, que aquel cuarto de baño siendo testigo de dos cuerpos entregándose sin pudor alguno.

El menor con su frente apoyada en las baldosas, sus manos siendo sujetadas por el hombre detrás de el, mientras empujaba frenéticamente en su interior.

Incluso una risa salió de sus labios cuando recordó como inicio todo.

Y es que no era un secreto que Jimin podía ser un poco fetichista, sobre todo cuando ve al imponente hombre profundamente dormido a su lado con erecciones matutinas demasiado notables, en ese estado las felaciones son tan satisfactorias.

– ¿Y te ríes? Eres un descarado.- Soltando sus manos y tomando su cabello, Jeon empezó a aumentar la velocidad de sus estocadas, mirando como el contrario levantaba su cara y abría su boquita pasando la lengua por sus gruesos labios.- Que puto sueño eres Jimin, Dios...

Cerró sus ojos y se concentro en esos gemidos que tanto le gustaban, sintiendo como apretaba en su interior, abrió su boca y echó su cabeza hacia atrás.

Dejándose ir en un orgasmo, siendo el segundo de esa mañana, debería estar agotado, deberia darse un descanso, sin embargo Jeon sentia que cada vez que lo hacía con su bebé, es como si renovará su existencia.

¿Es así como se siente el colágeno que tanto dicen?

Volviendo a su realidad bajó la mirada hacia la unión de sus cuerpos, soltando su cabello, escuchó la fuerte respiración de su bebé.

– ¿Estás bien amor?

– Ha sido intenso y delicioso.- Con una sonrisa y la respiración pesada, salió de su bebé y le dió la vuelta para inclinarse y abrazarlo a su cuerpo.

– Buenos días mi bebé.

La mejor parte de tener un hombre como Jeon, era que este lo cuidaba, lo consentía y lo follaba tan bien. Era un sueño, era el sueño de jimin.

Y siendo así, se vistieron después del baño, desayunaron en la tranquilidad de su hogar y luego tuvieron que despedirse.

Jeon tenía que trabajar.

Y ahí la incertidumbre de Jimin, sabía que su amado hombre era un puto Gánster, no era imbécil, las posibilidades de que un día Jeon no regresará a sus brazos no eran imposibles, todo podía suceder en ese mundo.

Con el corazón latiendo a millón por segundo, vió su espalda ancha envuelta en un largo abrigo de marca, protegido por hombres a su alrededor, sigue siendo una imagen inquietante y aunque le cueste decirlo en voz alta. Por un instante quisiera una vida normal.

...

Al llegar a su despacho en el bar perteneciente a si mismo, Jeon retira su abrigo y toma asiento encendiendo un cigarrillo para darle una calada, mientras espera pacientemente a Hoseok.

De último minuto un pequeño inconveniente ha surgido, por el cual ha tenido un molesto dolor de cabeza.

– Buenos días.- Mirando a su amigo, asiente y deja el cigarrillo a un lado en la cenicera.- Lo he conseguido.

– ¿Qué tienes para mí?

– El hombre que ha estado buscando registros de Jimin, es Siwon, hermano de tu difunto suegro.

El rostro de Jungkook se torna serio y suspira con molestia.

– Es un político Jeon.

– Mierda.

– Lo sabes hermano, tiene algún motivo, a menos que sea un tío preocupado por su sobrino, de no ser así entonces busca llamar tu atención.

– No es tan imbécil para hacer algo así, si su interés fuera hacía mi estuviera frente a mi.

– Entonces... ¿Qué hago?

– Investigarlo, quiero que investigues a los familiares de mi Jimin, quiero saberlo todo.

– Si señor.- Hoseok sonrie y se levanta.- Oh, Taehyung me ha dicho que Yoon quiere hablar contigo.

– ¿Ha llegado a la ciudad?

– Lo hizo, así que prepárate para tener a señor amargado en persona.

Jeon rueda sus ojos, Hoseok había establecido una relación amorosa con su primo Taehyung hace años, Yoongi era el hermano mayor de Taehyung y también una de las personas en la que Jeon más confiaba.

Dirigía negocios en Japón a su nombre y jamás le había fallado, además de ser los miembros de su familia que jamás han querido opinar en su vida y se mantienen al margen de sus asuntos personales.

No lo admitía en voz alta, pero eran sus primos favoritos.

Y tal como dijo Hoseok, Yoongi llegó después de una hora, con su actitud de pocos amigos y cara de perro amargado, imponiendo una actitud frívola pero sobre todo respetable, una que desapareció al cerrar la puerta de aquel despacho.

– ¡Hombre creí que no volverías por aquí!

– ¿Crees que dejaría a Taehyung casarse con Hoseok? Tengo que vigilar a mi hermano.- Con una sonrisa se abrazaron y luego tomaron asiento frente al otro.- Los negocios han ido muy bien, a este punto extenderemos un poco, quizás hacia Tokio, es una buena zona para un casino ¿No crees?

– Es tu área, haz lo que creas conveniente.

– Eres mi jefe, de todas formas debía informarlo.- Con una sonrisa se apoyo del escritorio, su semblante cambio y aclaró su garganta antes de continuar.- Taehyung me informó acerca de la ultima reunión.

– Oh, eso.

– Jungkook, tienen razón hermano.

– Yoon, tú no.

– ¡Solo escúchame! Sabia que no ibas a escuchar a nadie más que a mi, debes entrar en razón, el tío te confío esto porque sabia que eras leal, sabía que ibas a mantenerlo bien hasta tu muerte, pero es inevitable pensar en el que pasaría si tú no pudieras hacerlo más.- Los ojos de Jeon fueron a aquel retrato de su bebé en su escritorio.- ¿Qué tal si un día decides que no quieres esta vida? ¿Qué tal si te casas con Jimin y quieres darle algo mejor? O peor aún hermano. ¿Qué tal si tú mueres en esta mierda?

Llamando su atención fijo su mirada en el hombre frente a el.

– No quedará nada de ti, se que Jimin no es un doncel, se que no puede quedar embarazado, pero ¡Tu necesitas un puto heredero! ¿Sabes la guerra que se volverá esto? ¿Lo sabes verdad? Todos van a pelear por esto, no hablo por mi, me mantengo y mantendré a Taehyung fuera de esto, pero hay más primos, incluso nuestros tíos están vivos esperando lo más mínimo para atacar en tu contra, joder hombre se que no quieres lastimar a Jimin pero necesitas tener esa charla con el, y el debe entender, tienes un negocio que cuidar en todos los sentidos.

Cerrando sus ojos y respirando con frustración Jeon dejo caer su cara en sus manos. Le costaba admitir que Yoongi tenía tanta razón, el realmente necesitaba un sucesor, porque así lo hubiera querido su tío, que todo siguiera bajo su control absoluto y tener a un heredero criado por el, enseñado y educado por el, aseguraría que los deseos de su tío siguieran siendo cumplidos, pero sobre todo que las cosas siguieran marchando a la perfección.

Jeon debía tener un hijo.

Ninfomanía [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora