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Mirando atentamente a su chico ojear una revista. Tras aquella propuesta Jimin se había emocionado tanto con la idea de casarse, que se perdió por completo en revistas con ideas de "La boda perfecta".

Los jardines jamás se habían visto tan resplandecientes como ahora, con un lindo chico lleno de rizos castaños acostado en el cesped, bajo la sombra, rodeado de rosales que el mismo adoraba.

Jungkook sentía un nudo en su garganta, desde su despacho la carpeta con aquellas imágenes desgarradoras de la muerte de sus suegros, era una cruz que cargaba en sus hombros, una culpa inmensamente enorme que lo invadía.

Jamás había tenido remordimientos por nadie, ni siquiera Park los necesitaba, el realmente lo había traicionado.

Pero saber que eso podría afecta a su niño amado lo hacía sentir temeroso y débil.

– ¿Señor? - Volviendo a la realidad miró a uno de sus hombres asomado en la puerta, haciendo una señal lo dejo ingresar al despacho.- Los policías han dejado esto, para usted, al parecer descubrieron camaras a varios metros de distancia del lugar donde asesinaron a Lee, dos hombres altos de color estaban fumando fuera de su auto con la atención puesta en el auto de Lee, una vez el paró y salió a hablar por teléfono, estos se miraron y asintieron caminando hacia Lee.

El vídeo en el monitor revelaba exactamente lo que su hombre había dicho, todo era tan complejo, efectivamente esos hombres tenían como meta esperar a Lee y luego ir hacia el.

Sin embargo.

– ¿Cómo sabían dónde iba a estar Lee?- Su pregunta fue directa, mirando al hombre, este abrió sus ojos y luego cayó en cuenta de las suposiciones de su jefe.- Creo que alguien está abriendo demás su boca ¿No crees?

– Le juro que los he vigilado, hasta ahora ninguno parece sospechoso, por lo menos no los que están bajo mi mando.

– Sabes que confío en ti Hoseok, pero necesito al soplon con una bala en la cabeza ¿Lo sabes no?

– Me encargaré de ello.

– Cuánto antes, yo...- Su garganta se aclaro retirando la usb de su computadora.- Voy a casarme, quiero que Jimin tenga un dia de ensueños, nada puede salir mal.

Hoseok sonrió mirando a su jefe y amigo de muchos años, era realmente impresionante ver como alguien tan pequeño como Jimin había dominado completamente a un semental como Jeon Jungkook de más de treinta años.

– Felicidades, realmente lo mereces.

Entonces levantando su mirada encontró esa sonrisa, contagiandose con ella.

– Ya hombre, ve a trabajar.

– ¡Señor, si señor!

Volteando sus ojos Jeon le hizo señas, haciendolo salir del despacho, mientras que al abrir la puerta una maraña de rulos entró corriendo.

– ¡Amor mira esto! - Mostrando la imagen de una boda en un gran jardín decorado con demasiadas flores y telas blancas, Jimin se encontraba emocionado por los escenarios mentales de su futura boda. – Quiero casarme en un jardín, con muchas flores y luces.

Emocionado con sus mejillas coloradas, descalzo y su cabello desordenado. Jeon sonrió asintiendo hacia el

– Pide lo que quieras, yo te daré la boda de tus sueños.

Con sus ojos mieles brillosos salto al regazo del mayor para besarlo, con fuerza, con ganas, con pasión.

– Eres el mejor, ¡El mejor novio del mundo!

Con una sonrisa Jeon movió su brazo para envolver la cintura de su pequeño, sin embargo en su descuido golpeó aquel sobre haciéndolo caer al suelo.

Llamando su atención Jimin miró en esa dirección.

Park

Rápidamente Jungkook recogió el sobre y lo dejo en una gaveta, cerrándola con llave.

– ¿Qué era?

– Asuntos de trabajo, vamos muéstrame tus ideas, estoy tan emocionado como tú.

Entonces olvidando el asunto Jimin volvió a poner su atención en la revista en sus manos.

¡Iba a casarse con el hombre de sus sueños!

...

"Hermano mírame, ya se andar en bici"

" ¡Hermano has llegado! Mira lo que la tía Hye me enseñó!"

" ¿Hermano? ¿Eres tú?"

Sobresaltado despertó Jeon, en medio de una madrugada fría y silenciosa, hace mucho no soñaba con su pequeño hermano.

Jeon tenía la creencia de que Kiung era su ángel guardian, cada vez que soñaba con el cosas pasaban en su vida, quizás era demasiado supersticioso, pero recordaba perfectamente haber soñado con el antes de que su tío muriera, luego antes de la muerte de Hye, ahora...

Su cuerpo se envolvió en un escalofrío que lo hizo envolverse en si mismo.

¿Qué pasaba?

¿Era acaso ese peso de su consciencia o el mal presentimiento que tenía?

Sabia que alguien estaba atentando contra el, que quizás uno de sus hombres sea un soplon, y eso era un gran lío.

– Déjame dormir, cállate ya.- Murmuró el menor a su lado, su frente estaba sudorosa y no dejaba de rodar de un lado a otro.

¿Qué está perturbando tu sueño, cariño mío?

Mirando al techo cerró sus ojos y suspiro, no debía perder la calma ni los estribos, el seguía siendo el maldito Rey de su mierda, nadie podia contra Jeon Jungkook.

Porque la única persona que podía destruirlo era ese que dormía a su lado, desnudo y tan divino como siempre.

Solo así Jeon pudo volver a acostarse, abrazando a su bebé desde su espalda, aspirando el olor de su cuello y dejando su mano en su abdomen.

– Perdóname, perdóname vida mía, no te merezco, eres demasiado bueno para mí, pero no puedo vivir sin tí, solo perdóname y quédate aquí por siempre, por favor.- Susurró dejando un beso en su cuello, abrazándolo con más fuerza a su cuerpo.

Sin siquiera saber que el menor estaba despierto, son su mirada clavada en la nada misma, escuchando aquellas palabras.

Jimin sabía que Jeon tenía un secreto oculto, sabía que Jeon había hecho algo grave.

Quizás no estaba listo para darse el golpe de realidad o simplemente no quería hacerlo.

El lo amaba tal cual era, el aceptaba a Jeon como era, sin embargo empezaba a picar su curiosidad.

¿Qué estás ocultandome?

¿Por qué crees que puedes perderme?

¿Qué me hiciste?

Ninfomanía [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora