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Jimin como era de costumbre admiraba los rosales que adornaban el jardín, siendo observado por los hombres que custodiaban el lugar.

Ignorando completamente el caos que habia adentro, un Jeon enojado gritando a unos hombres que reconocía como importantes hombres de las fuerzas armadas del pais.

Sin embargo aun y estando absorto de la situacion, Jimin podia escuchar sus gritos.

En otras sircunstacias se hubiera preocupado, pero el estaba lidiando con sus propias inquietudes. Las pesadillas nuevamente.

Hace años cuando se mudo con el señor Jeon, habia empezado su loco apetito sexual, esto se debia a la cercania que tenia con el hombre de sus sueños húmedos, pero también habian empezado una serie de pesadillas que no lograba entender.

Risas estruendosas, hombres con trajes y las voces de sus padres.

"Alejate de el Minie"

"Es un hombre malo"

" Mira lo que nos hizo"

Y todas ellas terminaban en lo mismo, su mismo reflejo ensangrentado sin vida ante sus ojos.

– ¡Ayyy! - Su quejido llamó la atención de sus hombres que corrieron rapidamente hacia el, mirando el dedo que habia pinchado con una espina de aquellas rosas.- Lo siento, no es para tanto.

Conforme con aquello se retiraron dejandolo chupar su dedo tranquilamente.

Los hombres uniformados salieron del lugar dando grandes zancadas, con sudor en sus sienes y caras tan coloradas como un tómate mismo. Entonces Jimin supo que ya podía volver a casa sin sentirse aturdido por los gritos.

Entrando a la misma, encontro a Jungkook, sin el saco, el chaleco perfectamente abotonado y su camisa arremangada hasta sus codos, bebiendo un vaso con whisky a las nueve de la mañana.

Hubiera corrido hacia el, si no fuera porque este tenia una actitud frívola con el desde aquel acontecimiento.

– ¿Está todo bien?

El mayor bebió todo el contenido del vaso de cristal dejandolo a un lado, se acercó lentamente mientras limpiaba sus labios.

– ¿Jungkook?

– No puedes hacer eso Jimin.

– ¿Eh?

– Te pedi que volvieras a casa, pudo haber sido una emboscada, no tenia suficientes hombres en ese momento para defenderme. ¿Cómo voy a cuidarte si no obedeces cuando deberias hacerlo?

La mirada fria del mayor hizo sentir repentinamente inseguro a Jimin.

Aun asi.

– No lo entiendes.

– ¿Qué deberia entender? ¡¿Qué todo tiene que hacerse a tu manera o si no, no lo haces?!

– ¡Que no tengo a nadir mas que a ti! ¿Crees que tu familia tendrá compasión conmigo si tu llegas a morir? ¡Van a matarme hombre!

Los ojos de Jungkook se clavaron en aquellas dos perlas brillosas que emanaban tristeza al hablar, Jimin podia ser un poco relajado e incluso aniñado en algunos aspectos, pero era demasiado inteligente para comprender el mundo en el que vivía.

– No pueden tocarte.

– ¡Pero lo haran! jodidamente lo haran, porque me odian, porque odian que alguien como yo esté a tu lado.

– ¿Alguien como tu?

– Un niño inmaduro, tonto e infantil, eso han dicho.

Entonces jeon cerró sus ojos tratando de respirar calmado y no dejarse llevar por los instintos asesinos de querer matar a su propia familia.

– Debes entender mis ganas de aferrarme  a ti, eres lo unico que tengo.- Finalizó Jimin para darse la vuelta e irse a su habitacion.

No era una relacion de ensueños, tenian personalidades distintas, y también una crianza distinta.

Jeon fue criado para ser un asesino, para ser la cabecilla de un negocio familiar.

Jimin fue consentido y cuidado como un dulce niño, en una burbuja de amor.

Definitivamente eran distintos, pero...

– Amor.

Un Jimin encerrado en el baño de su habitación, se miraba en el espejo.

Su apariencia no era la de un infante, quizás algunas actitudes si, pero definitivamente no lo parecia.

– Bebé abre la puerta.

Era el bebé de Jeon Jungkook. ¡El mismo lo había cuidado de tal manera!

Quitando su ropa bajo su atenta mirada en aquel espejo. detalló su cuerpo, tenía una cintura pequeña, sus caderas eran anchas y su abdomen duro y plano.

Era jodidamente perfecto para su hombre, el contraste de blanco y negro, del bien y el mal.

Eran un equipo.

Decidido a ignorar al mayor, se fue a la ducha tratando de darse un baño relajante, sin embargo al cerrar sus ojos la imagen de el muerto en sus sueños, llegaban como recuerdos que lo hacían saltar de la impresión.

¿Era una señal? los sueños casi siempre tenian significados, entonces... ¿Ese seria su final?

No.

Debía borrar esas inseguridades y miedos de su ser. Nadie en su sano juicio seria capaz de tocarlo, no mientras el sea el bebe de Jeon Jungkook.

Solo asi se relajó y despues de minutos salió del baño, con dos toallas, una alrededor de su cadera y la otra en su cabello. Mirando a Jeon sentado en el borde de la cama con sus ojos atentos a cada movimiento suyo.

– Cariño...

– ¿Ya entraste en razón? ¿No quieres ser frio e intimidante conmigo?

Caminando hacia su gavetero, busco sus bragas de encaje dejando caer la toalla a sus pies.

Pero claro que sabia que estaba haciendo.

Jungkook trago grueso cuando la imagen de las curvas perfectas de su bebe y su trasero llenito, le dieron la bienvenida.

– Tienes que entender mis razones.

– ¿Y quien entiende las mias?

– Yo lo hago bebe... creeme que ahora lo hago.

– Claro.- Doblándose dando una imagen perfecta de su entrada a Jungkook, Jimin empezo a pasar las bragas desde sus pies hasta sus piernas.

– Oh mierda, no puedes enojarte así conmigo.

– ¿Quién dice que lo estoy? simplemente te trato como tu a mi.

– Jimin.

El menor volteo para saber que queria, pero al ver a este apoyado en sus brazos, con sus piernas abiertas y su polla dura marcandose en su pantalon, todo se fue a la mierda.

Su cuerpo empezó a temblar y el cosquilleo se apodero de su sistema nervioso.

– Puedes enojarte conmigo, pero ¿Lo haras con el?

Manipulador.

Esa era la descripción perfecta, pero para Jimin, Jungkook era un hombre bueno, leal, imponente, sexy, pero sobre todo... Jeon era el amor de su corazón y el hombre de sus más profundos anhelos.

Era una relación difícil de entender, era una completa locura, pero era a la manera de ambos y así eran felices.

Aúnque...

🤧

Ninfomanía [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora