5 - Primer encuentro.

2.1K 340 12
                                    

La pareja dio vueltas en la pista, danzando como si hubieran nacido para ello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La pareja dio vueltas en la pista, danzando como si hubieran nacido para ello.

Maegor sostenía la delicada cintura de su hermana menor mientras la joven giraba con gracia y destreza, los ojos de la corte centrados en ellos. La sincronía de sus movimientos era innegable, un espectáculo que irradiaba la majestuosidad y poder de la sangre del dragón.

Aenys, sentado al otro lado de la pista, sentía el interior de su mejilla en carne viva de tanto morderse. Ver a su hermana Daena bailando tan cerca de Maegor lo irritaba profundamente. Aunque intentaba no mostrarlo, la tensión era palpable en su cuerpo. A su lado, su esposa, Alyssa Velaryon, acariciaba su vientre de cinco meses con una sonrisa triunfante, lo que solo intensificaba su repulsión. Aenys sentía una furia latente cada vez que la veía presumir de su embarazo. Quería acabar con la mujer que lo llenaba de tanto resentimiento, pero no había encontrado la oportunidad adecuada.

Alyssa, sin embargo, no percibía la hostilidad de su esposo. Radiante y orgullosa, sostenía el brazo de Aenys mientras mostraba su vientre ante toda la corte. Los festejos del torneo organizado en honor a su cuarto año de matrimonio y la llegada del heredero al trono eran una celebración perfecta. Aunque esperaba un varón, también se alegraría si fuera una niña, solo por el placer de desplazar a Daena del centro de atención.

Daena, por su parte, reía y disfrutaba de su danza con Maegor. La calidez de la mano de su hermano en su cintura le transmitía una extraña sensación de confort. Aunque no tenía ganas de asistir al banquete al principio, Maegor la había convencido. Si podía irritar a su buena hermana Alyssa durante la velada, ya valdría la pena su presencia.

—Tengo sed, volvamos a la mesa —pidió Daena entre risas. Maegor asintió y la condujo de vuelta a la mesa real. Al pasar por el asiento de su padre, Daena depositó un cariñoso beso en su mejilla, provocando una sonrisa en el serio rostro del Rey Aegon.

—Daena —la reprendió suavemente su madre, la Reina Visenya. Pero Daena, sin hacer caso, también besó a su madre en la mejilla.

—Bailemos, Muna —pidió, con una sonrisa en el rostro. Visenya, aunque renuente, se dejó arrastrar por su hija hacia la pista de baile. Ver a la Reina Guerrera bailando con su hija era un espectáculo impresionante, uno que no se veía todos los días, y la suave sonrisa de Visenya solo lo hacía más memorable.

Desde la mesa, Alyssa observaba con desdén. —Parece que el banquete es para ella —exclamó de manera ácida.

Aenys, harto del constante malhumor de su esposa, solo suspiró y tomó un sorbo de vino. La tensión entre Alyssa y Daena era evidente, pero no había mucho que pudiera hacer para mediar. Por otro lado, Maegor se levantó de la mesa sin prestar atención a la conversación de su cuñada, dirigiéndose a charlar con algunos nobles en otra parte del salón.

—La sangre del dragón siempre se alza por encima de todos, no es culpa de mi hermana llamar la atención simplemente por ser más bella que tú —soltó Maegor antes de irse, sin disimular su burla.

La Joya Del Reino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora