Shen Qingqiu (Shen Jiu) despierta sabiendo cuál será su futuro.
Terminar con todo esto sería muy fácil, se lamenta en su mente mientras mira la afilada espada de Xiu Ya, pero todavía hay mucho por hacer.
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Liǔ Qīngg...
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Shen Qingqiu se siente pesado y dolorido. Lo último que puede recordar es cómo cayó, más exhausto que somnoliento, después de una nueva pelea con Liu Qingge. Como de costumbre, el bruto no se contuvo. Pero no es su cuerpo lo que le duele, al menos no más de lo habitual. Este dolor es nuevo. Es otro tipo de malestar en el que le duele la cabeza y el pecho, las piernas y los brazos están entumecidos y no puede respirar correctamente. Se siente sin aliento, pero no tiene fuerzas para respirar más profundo o más rápido.
Como de costumbre, escanea sus meridianos y tampoco se trata de una desviación del Qi. Sus meridianos están desordenados, el desorden habitual, así que no es eso.
No saber qué le está pasando le da miedo. Odia perder el control de sí mismo, incluso cuando ya debería estar acostumbrado. Pero esto... esto es otro tipo de cansancio y vacío. Eso es todo; se siente vacío. Es como si alguien le hubiera arrancado el alma. Y no es que no se sienta vacío con bastante frecuencia; sin embargo, esto es más profundo y se siente increíblemente físico.
Se tumba en la cama unos minutos más, de lado, en posición fetal, con el cuerpo entero enrollado y la espalda apoyada contra la pared. Duerme así desde niño, al menos las pocas veces que consigue dormir. Se convence de que, pase lo que pase, no puede volver a caer en la nada. Quiere hacerlo, pero podría ser peligroso porque nadie le respaldará si lo hace. Nadie lo hará nunca. Así que, tras respirar conscientemente tan profundamente como puede, se obliga a abrir lentamente los ojos y lo que le da la bienvenida es una visión borrosa de su habitación en la cabaña de bambú.
Entonces se da cuenta de que está borroso porque está llorando (no se había dado cuenta). Aun así, su mente llama o recuerda una visión de otro tiempo, pasado o futuro, no lo sabe. Simplemente lo ve y lo siente. Su cuerpo parece recordar la sensación de cada visión.
¿Es un futuro?
Uno oscuro, lleno de miedo, dolor, muerte y pérdida.
"Me enviaron a un demonio para morir, para ser..." No puede detener sus lágrimas ni moverse mientras todo su cuerpo le duele terriblemente al recordar la tortura por la que pasó. Aun así, sabe que la culpa no es toda suya. Él también se entregó a ese monstruo. Realmente pensó que sería suficiente que la bestia hiciera sufrir a Shen Qingqiu, que el mestizo perdonaría a la Secta, aunque solo fuera por Ning Yingying.
Shen Qingqiu se entregó por el bien de la Secta. Fue su propia decisión, una mala decisión porque dejó a todos los demás desprotegidos y los hizo perecer. Les falló a todos una vez más.
Esas visiones deben ser ciertas, está seguro. Muestran un final apropiado para alguien como él, que no debió abandonar el fango, que nunca será más que una rata, que terminó condenando a todos los demás. En ellas, decidió pagar por sus pecados, aunque el juicio fuera obviamente amañado y parcial. Probablemente estaba siendo egoísta porque una parte de él simplemente se ofreció porque estaba cansado de vivir. Tal vez fue una excusa para dejarse morir. El hecho es que no se defendió exactamente. Aceptó su destino, cansado de luchar contra los cielos. ¿ Para qué?
