00134 | año nuevo otra vez

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martina
☆   ☆   ☆

Ya pasó la Navidad y por ser la primera de Benja la pasamos con mi familia y la de Enzo en Buenos Aires, no hace falta decir la cantidad de regalos que tuvo mi hijo de parte de mis papás, cosas que va a usar en meses o años pero igual ellos se trajeron la jugueteria entera.

Hoy, todavía en Buenos Aires, es Año Nuevo y la vamos a pasar con algunos amigos del plantel de Enzo. Ya tuvimos problemas por eso pero ya les contaré.

Olivia y Benja duermen la siesta ya bañados luego de que la mayor haya estado todo el día jugando en la pileta y el bebé despierto mucho más de lo que suele hacerlo. Así que tienen para dormir unas horas más.

Por mi parte, me baño y ya preparo todo para vestirlos en la noche. Cierro la puerta de la habitación rezando para que Benja no se despierte porque me costó tanto que duerman solo en su cuna.

–¿Pueden bajar la voz y el volúmen que Benjamín se durmió? —miro a Enzo que juega a la play en el living—. O la próxima lo dormís vos.

–Ningún problema de dormirlo.

Responde sin mirarme y yo prefiero no responder porque lo haría de mala manera.

–Ay amiga, estás re linda —Madison me sonríe apenas entro a la cocina. Si me dice que soy linda a cara lavada y en conjunto de fútbol imaginen lo que me diría si me ve más arreglada.

–Si hermosa, ni te cuento —asiento poniendo el baby call sobre la mesada.

–¿Por qué tenés la necesidad de tirarte abajo siempre? Estás hermosa.

–Gracias, te amo... ¿Mate?

Asiente y pongo a calentar el agua mientras miro mi teléfono y respondo algunos mensajes hasta que la pava corta y me siento frente a Madison.

El teléfono suena por un Facetime de Fermín y apenas atiendo están todos mis amigos totalmente en una festejando el año nuevo. Pongo el celular en la mesada para que nos enfoque a ambas y hablar con ellos, si es que recuerdan como hacerlo.

–¿Dónde están?

–¡Feliz Año! ¡En Ibiza!

–¿Cómo que Ibiza? Yo quiero estar en Ibiza... pensé que estaban en Barcelona.

–Si pero como a último momento dijeron que no estarían —él se enoje de hombros.

Triste.

–¿Dónde está mi bebé? —pregunta mi mejor amigo.

–Durmiendo, cansado de ser un gordo feliz —responde Madison.

–¿Que te pasa, Martina?

Increíble que se de cuenta de todo.

–Tomo mate... ¿Marc también está ahí? ¡Están todos, Dios!

–Si, así que si el otro está jodiendote ya sabes dónde buscar consuelo —dice Fermín riendo—. Ya en serio, ¿Que pasa?

–Nada gordo, disfruten ustedes que acá morimos de aburrimiento.

Y no es una exageración porque los únicos que la pasan bien son Enzo y Leandro.

Luego de que ellos cortan la llamada seguimos tomando mate las dos solas mientras hablamos de lo que sea para pasar el tiempo escuchando el barullo que hacen los otros mientras juegan a la play.

–Es el segundo fernet que se bajan —Madison señala una botella vacía.

–Este forro me hace lo mismo que el año nuevo pasado y lo hago cagar —digo haciendo alusión a Enzo.

iconic ; enzo fernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora