00132 | cansancio

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martina
☆   ☆   ☆

Hace un día llegamos a Argentina, luego de estar en Barcelona, para el partido de eliminatorias y el festejo de la última Copa América y de paso los dos años del mundial.

Todavía es de mañana pero todos decidieron amanecer a las ocho y hay que entretener a cuatro criaturas, así que Oli juega en la pileta con mis hermanos, Benja durmiendo en su mecedora y con mi mamá en los sillones.

Por mi parte, me levanté con el otro pie y no aguantando a nadie. No quiero escuchar a nadie, ver a nadie y cuidar a nadie pero soy madre y me tiene que valer la falta de sueño porque igualmente tengo que seguir con mi papel totalmente sola. En fin, una sonrisa en la cara porque nadie tiene la culpa.

–¿Te probaste el vestido? Yo quiero acompañarte algún día.

–Si pero le llevé los modelos que quería y vimos las telas recién, a la próxima vamos juntas... fui sola con Madi.

–¿Y el lugar?

–Enzo eligió, a mí me daba igual solo quería que tenga pileta —digo riendo—. Para terminar la noche ahí, el fin de mi vida sin ser casada.

–Ay no digas eso que siento que tengo sesenta años... y recién tengo 36.

–Pasa por tenerme a los dieciséis, casi diecisiete.

–Y te va a pasar lo mismo... a todo esto, ¿Y Madison?

–Y Madison anda por ahí, hoy la verás con Leandro y sus hijos cuál familia... la quiero matar.

–Dejala ser feliz si ella quiere estar con él, está perfecto... ya es grande y sabe lo que hace, ambos están solteros y pueden estar juntos.

–¿Y el quilombo que va a hacer la otra cuando vea que está con sus hijos?

–¿Vos pensas que va a atreverse a decir algo siendo que Madi tiene mensajes, audios y hasta llamadas de cosas que ella le decía cuando supo que estaba embarazada? Obvio no le conviene porque ella no va a querer quedar mal.

–Menos mal ya parí y puedo agarrar de los pelos a quien se haga la viva.

Me mira mal y yo riendo. Ella se toma tan en serio todo, yo no me ensuciaría las manos con gente así.

–Igual estoy enojada con Madison... le dije que hoy pasemos el día con Eva y Enzo chiquito, acá en casa, y me dijo ay no puedo.

–Madison no es tu gemela, ella también tiene su vida.

–Igual Eva me dijo que si venía, chau Madison.

¿Yo? Celosa mal.

Enzo me llama por Facetime y atiendo, lo primero que ve es a cierta chiquita tirándose de bomba del borde de la pileta y luego a mí con la mejor cara de sueño.

–Amor, son las nueve de la mañana... ¿Que hace tirándose en la pileta?

–Hacen treinta y cinco grados, Enzo... muero de calor porque ni siquiera hay viento.

–Si sé, ¿A qué hora se despertó?

–A las ocho casi, desayunó y se fueron a la pileta los cuatro... que se cansen así duermen la siesta.

–¿Ben?

Lo enfoco mientras duerme plácidamente en su mecedora mientras tiene puesto un gorrito y un body de Argentina... amo todo.

–Él desde la panza vive con ruido y música fuerte, mira lo acostumbrado que está.

Y si, si gracias a que yo salí de fiesta y tomé todo lo que encontré nos dimos cuenta de que él venia en camino. Claro que está acostumbrado al ruido fuerte y duerme como si nada.

iconic ; enzo fernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora