Familias C.A.S.O. Perdido

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Conozco personas que viven aterrorizadas porque su hijo, su primo o su hermano tienen conductas afeminadas, inmediatamente lo relacionan con la homosexualidad y esparcen su preocupación a los amigos cercanos en busca de ayuda... Hay muchos remedios, según cuentan: basándonos en los hombres podemos darnos cuenta de que un padre llevando a su hijo a un prostíbulo ya es una tradición en muchos lugares, "no se vaya a hacer puto", dicen ellos aquí en México, mejor llevarlo con las putas. Por otro lado, yo soy una mujer, o por lo menos eso dice mi seguro médico, mi mayoría de edad, mis pechos grandes y mis caderas anchas... también el albañil que me chifló el jueves pasado. (No existe tal albañil porque también estoy un poco pasada de peso).
(Tampoco sé que día de la semana es hoy, porque me la he pasado en Netflix).
A mi nadie me preguntó sobre mi sexualidad, ni la cuestionaron; nunca me dijeron "Si no te pones labial, te gustan las mujeres", y estuve bastante cómoda con eso... Tampoco me habría afectado que me lo dijeran, quizá porque uso labial, corrector, base, polvo, blush y delineador.
(Trato de entender si todo lo que estoy hablando es con el propósito de evadir cuándo comenzó todo para mi, o si realmente creo que contar mi proceso de maquillaje es importante).
Como sea, es cierto que muchas veces a los familiares les afecta la situación solo por la condición... Y no hablo de la homosexualidad, porque esa no es una condición, hablo de la condición de la sociedad.
¿Cómo puedes vivir sabiendo que las personas juzgarán a alguien que amas solo por ser él mismo? Porque ese es el segundo hecho irrefutable: Las personas siempre van a juzgar.
A las familias que no saben manejarlo bien, les denomino CASO, por sus siglas "Cógete Al Sexo Opuesto", y su existencia representa un papel importante en mi frustrante y efímera historia de amor.

Hablando de Paula, mi gran amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora