—Todavía no has visto a la maestra, ¿verdad? —No la veía como una persona que no puede mentir.
Para cualquier persona que pudiera verla, diría que estaba temblando hasta el punto de parecer extraño. Como diciendo; "¡Averigua lo que me traigo entre manos!"
—¡Claro que no! Soy alguien que tiene mucho tacto.
—Está bien, cuéntame. ¿Qué ha pasado?
Entonces Fran se dejó caer inmediatamente sobre sus rodillas.
—Señorita, sálveme. No me habría acercado a ella de haber sabido que era así.
—Entonces, ¿qué está pasando? —volví a preguntar.
Fran extendió un frasco morado de medicina con sus manos temblorosa. Era pequeño, brillante y muy bonito, como un frasco de perfume.
Tomé el frasco que me entregó y lo olí ligeramente. Entonces, giré inmediatamente la cara. Si fuera un aroma peligroso, habría sido un gran problema.
<Oh, este aroma es...>
El aroma quedó atrapado en la punta de mi nariz por unos segundos y luego desapareció. Era un aroma muy dulce. Un aroma muy débil, pero que recordaba emanaba de la maestra Rima.
—Me dijo que escondiera esto en el tocador de la señorita. De lo contrario, sería perseguida y echada.... Era obvio que se trataba de algo peligroso.
—Acabas de recibirlo, ¿verdad? Ya que te dijo que lo escondieras en mi cuarto.
—Sí, sí...
Pese a que la había regañado con solo una advertencia, Fran parecía saber lo aterrador que sería esto. Debe de haber sido amenazada con su posición como mi criada personal, así, si era atrapada habría consecuencias.
—Me dijo que, si no lo hacía bien, les diría a todos que había estado cotilleando sobre usted, y que me echarían.
—Pero ya se eso.
Fran asintió repetidas veces mientras yo suspiraba. Fran se erizó, diciendo que no sabía que la maestra era una persona tan mala que explotaba las debilidades de los demás. Para ser honesta, no sé cómo esta chica le abrió su corazón a una persona grosera que habla mal de los niños.
<De todos modos fue en un buen momento. Me alegro mucho.>
Si Nina hubiera encontrado el franco, me habría metido en un buen lío sin darme cuenta.
—Dile a la maestra que lo escondiste bien. Y si te pide algo otra vez, hazlo, pero primero dímelo a mí.
—Está bien, lo entiendo.
—¿No quieres hacerlo? —Fran negó con la cabeza mientras me miraba con ojos de desaprobación. Parecía saber que, si decía que no, le iba a quitar el puesto de criada directa.
<Bueno...al principio la engañé porque lo necesitaba.>
La verdad es que me molestó que hablara mal de mí y que por los celos haya hecho cosas feas. Pero también me parecía bastante lindo que Fran, un bulto de deseo, intentara ganarse mi favor.
Nina, que me cuidaba mucho y sólo pensaba en mí, también pensaba que Fran se esforzaba lo suficiente por sus ambiciones.
<Supongo que Nina todavía no la quiere...>
No creo que sea tan mala como pensaba.
Dejé a Fran sola, volví a tomar la botella morada y la miré. ¿Qué demonios era esto para esconderla en mi habitación?
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Nadie me quiere a excepción de los villanos.
Spiritual"¿Por qué te obsesionas con rechazar favores?" Extras sacrificados por la niña favorecida. La princesa Shuelina es abandonada por su verdadero padre y su hermano. ....Ahora soy la protagonista de esta extraña historia. Mi única esperanza es que aun...