00126 | primera salida

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martina
☆   ☆   ☆

Tres semanas desde el nacimiento de Benjamín, tres semanas en las que mi mamá me ayudó en todo lo que tuve que hacer y en todo lo que me tuve que adaptar. Madison estuvo con Olí cada segundo, llevándola y yendo a buscarla cada vez que Enzo no podía, a la vez que pasaba tiempo con su ahijado llenandolo de amor como desde el día uno.

Thiago lo tiene a upa siempre, los tres más chiquitos de la casa lo miman cuando está tranquilo, Enzo que duerme con su hijo en el pecho, mi papa que viene solo los fines de semana y antes que saludar a alguien vé a su nieto, mi mamá que me enseña todo y Madison que todavia no se acostumbra y de vez en cuando quiere llorar. Y yo feliz de tener tanta ayuda pero sabiendo que en breve esa ayuda se va a terminar y todos van a volver a su vida, que yo voy a tener que hacerme cargo al cien de todo cuando Enzo no esté conmigo.

Todavía nadie lo conoció, porque todavía no salimos y su primera salida será hoy al partido de Enzo, solo porque juega contra el United y va a estar Eva.

En fin, el despertador de Enzo suena y me despierta a mi pero a él no... increíble. Aprovecho para ir al baño para hacer toda mi rutina, rápido como tuve que acostumbrarme, e ir a alzar a Benjamín del pecho de Enzo para después despertarlo moviendolo por el hombro, ya ni delicadeza ni amor.

Él se despierta mientras yo cambio al bebé, deja un beso en mi frente y comienza su día.

–Buen día —Madison me saluda apenas entro a la cocina—. ¿Llevo a Oli y traigo algo para desayunar?

–La llevo yo, ¿Te quedas con Benja? No quiero molestar a mi mamá y hace tres semanas no salgo a la calle... lo necesito.

–Obvio, yo lo cuido.

–Gracias, te dejo la mamadera por las dudas... si tiene hambre todo el tiempo.

Es la mejor del mundo.

Voy a despertar a Olivia y luego de unos cuantos intentos abre los ojitos. Va al baño, la cambio, desayuna y con Enzo la llevamos al jardín.

–¿Van todos hoy? Ayer Mateo me dijo que le regale una camiseta.

–Si obvio, Mateo va a estar vestido desde ya.

–Todos con la camiseta, incluida vos —me mira riendo—. Joda, ya se que vos no te pones otra camiseta que no sea la del Barça.

Y la de Miami, una enorme excepción.

–¿Cuando vas a ir a Barcelona parque los chicos lo conozcan?

–En dos semanas, maso... así después ya voy a Buenos Aires y no hago tanto viaje volviendo para acá.

Dejo a Enzo en la concentración del Chelsea, paso a comprar para el desayuno y vuelvo a casa dónde ya están todos despiertos.

–Les traje comida —miro a mis hermanitos sonriendo.

–Tu hijo —Mateo niega con la cabeza—. Lloró desde que te fuiste.

–Mi bebito —lo agarro de brazos de Madison—. Gracias amiga.

Me siento al lado de mi papá a desayunar con mi hijo en brazos.

Pensar que hace un año, o un poco más, estaba en lo peor y alejada del mundo y ahora estoy rodeada de tanto amor que no se cómo explicarlo y como devolverlo de la manera en la que me dan.

–Con tu papá vamos a buscar a Oli y de paso la llevo a la plaza con Matu y Ciro... Thiago no va a querer ir, no se quiere despegar de vos.

–No, pero no me dejes sola.

iconic ; enzo fernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora