Capítulo 37

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La desesperación tiene un eco que nunca deja de resonar en la mente.

Cole.

No entiendo ninguna maldita palabra que sale de la boca de Dystran, mis pensamientos están en otras partes como por ejemplo en el coño de mí prometida.

—Francesco quiere que un gran por ciento de la fábrica.— suelta Dystran mientras no concentramos en el tablero.

—Eso no sucederá Dystran.— me mira como si me hubiera crecido otra cabeza.

—El es un muy buen capo Torrance. Además forja muy buenas alianzas, no creo que sería justo que calentáramos las cosas con él.

—Yo soy el jefe, no necesito mantenerme frío con mis capos.— muevo mi peón de Reina y luego mi peón de Rey.

—Si, pero a veces es bueno mantenerlo felices.— Si, Dystran tiene algo de razón en esa parte.

—Francesco está siendo algo habilidoso. Nuestra fábrica produce uno de los mejores Wisky escocés exclusivamente en escocía, esa fábrica lo era todo para mi abuelo.—Aparte produce miles de millones de dólares cada 4 meses.

—Lo entiendo Señor.—Dystran frunce sus cejas observando el tablero.

—Otra maldita jugada mala.— suelta riendo.

—No, no hay jugadas mala Drystan, es solo oportunidades para aprender.— finalmente muevo mi Reina en diagonal hasta h5, matando al rey de Dystran sin haber capturado ni una sola pieza.—Creo que tú Rey ya estaba atrapado.

—Entonces tú respuesta a Francesco es un no.— tomo de mi escritorio un puro y me tomo mi tiempo encendiéndolo, con toda la calma mientras Dystran espera frustrado mi última palabra.

—Dile que no, y que no es personal, solo es negocio.

Una de las empleadas de confianza de mi madre habré un poco la puerta de mi despacho, Brenda.

—No recuerdo haberte solicitado.— los empleados tienen prohíbo estar cerca de mi despacho sin que lo solicite.

—En eso estoy segura señor. ¿Puedo hablar con usted?.— me quedo unos minutos en silencio observándola. Brenda muchas veces se me a insinuado y ahora que lo pienso nunca me la e follado, tampoco lo haría, de hecho es atractiva. Simplemente se me hace extraño, antes no me importa con quien follaba y desde que Emily entró en mi vida, el sabor de su coño en mi lengua es lo único que me mantiene con los pies en la tierra.

—Espero que lo que tengas que decirme sea importante.— me levanto y rodeo mi escritorio.

—Creo que lo es. Es sobre Emily.—una de mis cejas se levanta.

—Señora Emily para ti, no es menos que nadie en esta casa.— quiero que traten a Emily con el mismo respeto que tratan a mi hermana e incluso a mi madre, ella no es menos.  Brenda baja la mirada a sus pies.

—Es todo por hoy Dystran.— nuestras miradas se encuentran y él me mira interrogativo hasta que luego asiente.

Espero un momento hasta que Drystan sale de mi despacho cerrando la puerta, escucho como sus pasos se van alejando.

—No tengo mucho tiempo, habla.— ella se acerca a mi pasándose el pelo detrás de la oreja.

—No quiero ser una chismosa. Pero... recuerdo siempre las veces que su madre nos ha dicho que todo debemos informárselo ya sea a usted o a ella.— su voz, respiración, el mínimo jesto que hace Brenda me irrita.

Peligroso Deseo +18 [libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora