Justicia por mano propia || Kookv

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Recomendación: leer los capítulos al ritmo de la canción o con la canción, para que tenga más sentido los capítulos. Gracias.

Disfrutá.

El azabache se encontraba manejando por las calles teniendo sus ojos fijos en cada lugar que pasaba.

No tenía idea a donde estaba conduciendo, pero su instinto es como que le dictaba las calles para llevarlo a un destino que no sabía.

Dobló a la siguiente cuadra y siguió derecho.

Bajó un poco la velocidad al ver una cabellera rubia (que ya conocía) caminando por la vereda con libros pegados a su pecho y con la mirada al suelo.

Frenó un poco el auto y dobló para la vereda del lado contrario donde estaba el rubio caminando perdido en sus pensamientos.

Sonrió de lado al verlo tan bonito como siempre.
Pero su sonrisa se borró al ver cómo a un metro de distancia del rubio se encontraba una barra de chicos que iba tras él entre risas y bromas.

Quisó creer que eran alumnos de la misma facultad del rubio.

Apretó fuertemente el volante al ver que unos de los muchachos caminó casi corriendo donde estaba el rubio.
Su mandíbula se tensó. Sabía cuáles eran las intenciones de aquellos y Jungkook no lo iba a dejar pasar.

Volteó en sus cuatros alrededores para ver si había más gente alrededor de su entorno. No había nadie, las calles estaban despejadas, era su oportunidad perfecta para transformarse en JK y salir para defender al rubito.

Volteó para ver al rubio. Dió marcha atrás de a poco el auto y giró para ir lentamente atrás de la barra de los chicos que iban detrás del rubio.
Con una mano tomaba el volante y con la otra buscaba su máscara.

Iba a ponérsela, pero el rubio dobló a una esquina perdiéndose en su vista, y la barra de jóvenes siguió derecho cruzando la calle y yendo caminando hacia la otra vereda.

Jungkook levantó una de sus cejas. Confundido.
Soltó lentamente la máscara y posicionó de nuevo su mano en el volante.

Iba a doblar para encontrarse con el rubio y poder llevarlo a casa.
Pero a tan solo unos minutos de doblar, sus oídos se agudizaron, un grito ligero se escuchó en el exterior.
Sus sentidos se activaron de inmediato.

Frenó el auto de golpe, retrocedió y aceleró con velocidad hacia la dirección donde oyó el grito. Dejando atrás al rubio a la cuál seguía caminando con la mirada en el suelo.
Tensó su mandíbula.

Bajó un poco la ventanilla del auto para escuchar el sonido del exterior.
Otro grito escuchó. Esté era cada vez más lejano. Sus dientes empezaron a chocar con fuerza.
Debía ser rápido o sino llegaría tarde. No iba a permitir muertes de nuevo.

Dobló y aceleró. Cruzó varias líneas rojas en el camino. No le importó ni en ello lo más mínimo.

.

Bajó de auto, y cerró con seguridad al auto.
Corrió lo más rápido que se le permitía. En lo que iba corriendo de puso su máscara sin dejar que nadie lo viera.

Se encontraba corriendo en una clase de callejón, pero parecía un laberinto por todos los caminos que había.

Se puso su abrigo y la capucha. Sobre su abrigo se encontraba un cuchillo de cocina a la cual estaba con una funda así no estuviera el filo al aire y evitar otra herida sobre su piel.

Paró de golpe a no escuchar más ruido al alrededor. Dió un giro de 360° sobre su entorno para buscar un sonido alguno.

Se perdió. Perdió el rastro.