—Salud
Dos chicas chocaron sus copas de vino con una sonrisa en el rostro. Para Alice era la primera vez que bebía vino y se podía percibir el aroma intoxicante en el vaso, tomó un sorbo lento, el sabor era diferente al que había imaginado.
—¿Cómo está? —preguntó Daphne con expresión ansiosa y rápidamente bebió medio vaso de vino.
—Huele extraño, pero no sabe como esperaba.
—No te corta la garganta, ¿verdad?
—No, es suave y terso. Pensé que sería difícil de beber.
—También los hay que te cortan la garganta, pero es bueno que puedas beberlo.
Alice bebió otra copa de vino antes de llevarse la lasaña a la boca. El queso y la carne se mezclaron suavemente. Además había una ensalada para cortar la grasa.
—¿No has pensando en abrir un restaurante? —La pregunta de Alice hizo reír a Daphne. Alice continuó: —Lo digo en serio. Si pudiera comer comida deliciosa como esta todos los días, Definitivamente ganaré peso.
—Entonces quizás tenga que empezar a cocinar alimentos saludables.
Esta vez fue Alice quien se rió. La mujer continuó bebiendo durante la deliciosa cena haciendo que su corazón se emocionara.
—¿Te molestaría poner algo de música?
—No es molestia. Lo pondré ahora mismo.
Daphne tomó su teléfono y puso música, era una canción que Alice nunca había escuchado antes pero tenía una buena vibra que la hizo mover la cabeza.
Aunque en realidad se habían quedado en el dormitorio, se sentía como si estuvieran comiendo en un restaurante elegante.
—Por cierto, casi lo olvido —Alice le contó a Daphne sobre la tienda mayorista a la que fue esa tarde y también sobre las dos amigas tailandesas de las que se había hecho amiga antes de cerrar con una pregunta: —¿Puedes comer comida picante?
—Si te refieres a comida picante como la tailandesa, nunca la he probado antes. Tampoco estoy segura. ¿Por qué?
—Quiero preparar carne de cerdo picada salteada con albahaca para que la comas —Alice mostró fotos de la comida en su teléfono para que la otra parte las viera.
—Oh, ¿Alguna vez haz visto como la hacer?— Los ojos de Daphne se abrieron, con una expresión de deleite en su rostro.
—Compré albahaca en polvo salteada —sonrió secamente, —yo misma no soy buena cómoda picando pero creo que esto deberías poder comerlo.
—Quiero probarlo —Daphne sonrió dulcemente mientras tomaba un sorbo de vino. Alice no podía recordar cuántos vasos había llenado la otra persona.
‘Nunca he hecho esto antes, pero haré todo lo posible para que quede delicioso’, pensó Alice para sí misma. No había necesidad de preocuparse por el polvo del éxito: —¿Vamos a beber toda la botella de vino?—
Daphne estaba recargada en su barbilla jugando con una copa de vino. Sus ojos eran diferentes a lo normal, la chica se preguntaba si la otra parte ya estaba borracha o no.
—No todo, todavía queda casi la mitad —dijo Daphne, dándole a Alice una dulce mirada. —¿Quieres más?
Alice le entregó el vaso a la otra persona. Probablemente era su segundo trago, la chica no sabía lo que era estar intoxicada, pero en ese momento estaba completamente consciente. Aunque habia un olor a alcohol mezclado con el aliento.
