martina
☆ ☆ ☆
Tres semanas pasaron desde la última vez. ¿Por dónde empezar?
Principalmente, mi papá se va de la peste que es París y firmó con el Inter de Miami, así que ahí está nuestro próximo destino. Es más lejos que Barcelona pero es más lindo que París así que no me quejo.
Fui a ver los partidos de la UEFA con Enzo tomándolo como parte de nuestras vacaciones, porque Madison decidió estar muy mal como para acompañarme. Y ahí tenemos un punto, con Enzo bien pero ya hace muy evidente el querer que vaya a vivir con él y yo lo sigo esquivando de la mejor manera así que no insiste. Y el otro punto, Madison, me contó que Leandro le dijo toda la verdad a Camila, quién está totalmente furiosa y con ganas de asesinar a ambos... lo que todavía no me cierra es el porque le contó, ninguno me quiere contar y lo respeto pero soy chusma y quiero saber.
Ahora, estamos en París en la última noche de mi familia en esta casa y está ciudad, última cena con todos los amigos de mi paoa y con Enzo a quien invitó y a quien ya lo ama porque siempre lo tiene presente.
–¿Podemos hablar?
Madison me mira y asiento.
–Te amo con mi vida pero yo no voy a permitir que sigas mintiendole a Enzo... sos mi hermana y nunca te cambiaría, pero a Enzo lo quiero y no merece esto.
–¿A qué va esto?
–Dile la verdad...
–Yo no voy a mandarme al muere.
–Le dices o le digo yo.
–Yo jamás me metí en tu relación, así que no te metas en la mía... te lo digo en serio.
–No te tengo miedo, Martina... y esto te lo estoy diciendo de verdad.
La miro fijamente esperando que de el brazo a torcer pero no lo hace.
–Le dices toda la verdad sola o se la digo yo... y no lo hago por mi, lo hago por tu bien.
–Ese no es mi bien, no te metas.
–Si es tu bien y el de Enzo, te mientes a ti misma y a Enzo... lo mejor es terminar con esta relación, ir a terapia y después retormarla, cuando estés bien mentalmente porque ahora no lo estás.
Me deja en el pasillo del hotel, dónde nos estamos quedando con Enzo porque en mi casa ya no hay prácticamente nada de lo que solía haber por la mudanza.
Con, como siempre, Madison, Enzo y Olivia subimos al auto que maneja Enzo hasta mi casa... empiezo a pensar que nosotros somos como una familia porque siempre estamos juntos y medio que Mads es nuestra hija.
El reloj marca las ocho de la noche cuando entramos a mi casa, Olivia en brazos de Madison, mal porque me cambió por mi mejor amiga, y Enzo junto a mi.
–¿Que hacen acá? —miro Enzo señalando con la cabeza a Leandro.
–No sé, no sabía que venían.
–Si te querés ir decime y nos vamos a cualquier lado —miro a mi mejor amiga la cual asiente. Podrá haberme hecho enojar pero yo siempre la voy a proteger.
Saludo a todos, incluyendo a Camila quien le pasa por al lado a Madison ignorandola completamente, y me quedo en el sillón junto a mi mamá. Veo como Leandro le señala disimuladamente la escalera a Madison y ambos suben para volver a bajar a los pocos segundos con ella lagrimeando, quiero acercarme pero Enzo me gana y va a abrazarla así que solo me quedo detrás de ellos.
–¿Podes confiar en mi? —miro a mi mejor amiga.
–No pasa nada, en serio... tranquila.
–Mads —la miro y ella me abraza.
–¿Estás bien? —mi mamá la mira preocupada para luego abrazarla—. Madi, no llores... ¿Que pasa?
–No te pongas mal por ella, te va a contar cuando quiera.
–¿Y porque te cuenta a vos?
–Con vos es distinto, a mí me lo dijo de pasada... tranquila, te amo —me da un corto beso y me abraza.
Miro a Madison y juntas vamos hacia la cocina... no fue la mejor decisión porque ahí está Camila junto a Jorgelina.
–¿Vamos? El ambiente está bastante pesado.
Camila mira a Jorgelina, quien la mira a Madison y le devuelve la mirada a ella.
Yo, como soy bastante fácil de hacer enojar cuando se meten con gente que quiero, agarro a Camila del brazo y la dejo en frente mío.
–No es con vos, Marti, no te metas en esto...
–Es conmigo porque la estás metiendo a ella, ¿Que te pasa?
–De verdad, a vos te quiero y no estás en el medio.
–A mi me querés porque sabes que si me decís algo de más y mi mamá te borra, eso es lo que te hace respetarme... y eso es de cagona que es lo mismo que haces con Madison, que decís las cosas por atrás y no te le animas a la cara.
–Dejá Mar, vamos —Madison niega con la cabeza.
–Hacele caso, anda.
–Todo el mundo estuvo con tu marido y vos te haces la boluda, hasta yo estuve y ahora si tenes motivo para odiarme a mi.
Me mira tiesa, y ríe pensando que es chiste pero no lo es y se lleva una sorpresa.
–Y después de enterarte de esto seguramente no lo dejes.
–Dos nenas no van a hacer que termine mi relación.
–Yo en serio no puedo creer que seas tan pelotuda de ser una cornuda consiente y que aparentes tener una familia feliz —niego con la cabeza—. Te rebajas tanto que das asco, por una vida en Europa y ropa de marca dejas que te caguen y pisoteen... yo no entiendo que tan poco amor propio tenés.
No dice nada y llega Enzo a mirarnos a ambas sin entender el porque de la charla pero poniéndose a mi lado.
–Ay Martina, basta.
–A Madison no vuelvas a hablarle, tirarle indirectas y ni a mirarla porque no me vas a querer tener en contra... si vas a odiar a alguien, odia a tu marido que tiene la culpa.
Enzo me toma por los hombros y me aleja de la situación a mi, porque sabe que si reacciono va a ser para peor, y a Madison luego de abrazarla.
–¿Viste que distintas somos? Yo si te defiendo de todo —miro a Madison.
–Amor...
–¿Qué? —miro a Enzo.
–¿Que pasa?
–Nada, cosa nuestra.
Revolea los ojos y vuelve a abrazarme mientras yo miro a Madison a quien después de unos minutos la abrazo porque yo no puedo enojarme con ella.
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iconic ; enzo fernandez
Fanfiction☆ y me pueden decir diez mil cosa' de ti pero yo pongo mi alma en el fuego por ti nadie sabe, lo que yo haría no saben que ni con cien mencione' van a hacernos mal que tengan envidia se me hace normal porque saben, porque to' el mundo lo sabe ☆
