Theo lo miró fijamente un momento, algo sorprendido por su apasionada
defensa.—No quise decir «estúpido» exactamente —dijo con voz suave, que esperaba fuera humilde—. Más bien… sin sustancia. Incluso lady Whistledown me llama encantador.
—¿Qué hay de malo en eso?
—Nada —repuso él, irritado—, si no lo hiciera día sí día no.
—Sólo publica su hoja día sí día no.
—Exactamente lo que quiero decir —replicó Theo—. Si ella pensara que hay algo más en mí aparte de mi encanto supuestamente legendario, ¿no crees que ya lo habría dicho? Neville estuvo un buen rato en silencio, y al final dijo:
—¿Importa realmente lo que piense lady Whistledown?
Theo se inclinó y se golpeó las rodillas con las palmas, y tuvo que aullar de
dolor cuando esto le recordó (tardíamente) lo de la herida.—No lo has entendido —dijo, haciendo un gesto de dolor al volver a
presionarse la palma—. No podría importarme menos lady Whistledown. Pero nos guste o no, representa al resto de la sociedad.—Me imagino que hay bastantes personas a las que ofendería esa
afirmación.Theo arqueó una ceja.
—¿Entre ellas tú?
—En realidad, pienso que lady Whistledown es bastante astuta —dijo él, cogiéndose recatadamente las manos en la falda.
—¡Esa mujer te llamó un melón demasiado maduro!
Aparecieron manchas rojas en las mejillas de ella.
—Un cítrico demasiado maduro —dijo entre dientes—. Te aseguro que
hay una gran diferencia.Theo decidió en ese instante y lugar la mente de un Omega es un órgano
extraño e incomprensible, uno que ningún Alfa debería intentar comprender jamás. No había ni una sola o solo Omega viva capaz de pasar del punto A al B sin pararse en C, D, X y otros doce entre medio.—Neville —dijo finalmente, mirándolo incrédulo—, esta mujer te insultó. ¿Cómo puedes defenderla?
—No dijo otra cosa que la verdad —repuso Neville cruzándose de brazos—. De hecho, ha sido bastante amable desde que mi abuela comenzó a permitirme que yo eligiera mi ropa.
Theo emitió un gemido.
—Me parece que estábamos hablando de otra cosa en algún momento.
Dime que no era nuestra intención hablar de tu guardarropa. Neville entrecerró los ojos.—Creo que estábamos hablando de tu insatisfacción con la vida del
hombre más popular de Londres.
Elevó la voz en las últimas palabras, y Theo comprendió que acababan de
reprenderlo, de verdad.Y eso lo encontró extraordinariamente irritante.
—No sé por qué pensé que lo entenderías —dijo, mordaz, detestando el matiz infantil que se le metió en la voz y no logró eliminar.
—Lo siento, pero me resulta algo difícil estar sentado aquí oyéndote
lamentarte de que tu vida es nada.—No dije eso.
—¡Sí lo dijiste!
—Dije que no «tengo» nada —corrigió Theo, y trató de no hacer un mal gesto
al darse cuenta de lo estúpido que sonaba eso.—Tienes más que cualquier persona que yo conozca —dijo Neville,
enterrándole un dedo en el hombro—. Pero si no lo ves, entonces tal vez tienes razón, tu vida no es nada.

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Seduciendo a Mr. Theodore Nott
FanfictionAbril está casi sobre nosotros, y con ello una nueva temporada social aquí en Londres. Las Madres Ambiciosas pueden ser encontradas en tiendas de vestido, todos a través de la ciudad con sus queridas Debutantes, impacientes por comprar aquel el vest...