Capítulo 1

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Esa era una mañana aparentemente normal para Derek Hale, el día parecía perfecto y había llegado a su oficina a su hora puntualmente como era su costumbre.

Se sentó en su cómoda silla mientras prendía su laptop junto con su monitor listo para comenzar una ardua jornada laboral más, estiro su cuello un poco y una vez que la maquina encendió por completo no tardo para comenzar a leer sus pendientes descritos en su calendario ubicado a un lado de su escritorio para comenzar a organizarse, algo que hacía religiosamente antes de empezar su día.

De acuerdo con lo que tenía escrito, ese día sería únicamente de reuniones con su equipo y con los líderes de otros departamentos para tratar el tema de productividad y resultados semestrales, así que ese día prometía ser uno de esos donde el estrés y la ansiedad no estarían presentes o por lo menos tan asfixiantes como lo eran otros días donde trataba con clientes o trabajadores problemáticos.

Derek sonrió mientras daba un sorbo a su café caliente y contestaba los primeros mensajes de su correo para dar seguimiento... sí, definitivamente podría apostar que ese día sería tranquilo y si lo era, iría a comer en la terraza del edificio, cosa que consideraba un privilegio tomando en cuenta que la mayoría de las veces lo hacía en su oficina (para su disgusto).

Solo que sus planes se vieron derrumbados tan pronto como vio a Peter Hale entrando a su oficina con toda la poca educación que este tenía y se sentaba en su silla de invitados sin ser propiamente un invitado.

—Necesito que me ayudes —gruño con enfado, actuando todo maleducado poniendo sus pies arriba del escritorio de Derek, sin importarle lo más mínimo de que sus acciones fueran irrespetuosas considerando que ambos eran gerentes y de que estaban en un lugar de trabajo.

—Buenos días a ti también Peter —respondió frunciendo el ceño y dejando su café de lado mientras movía sus cosas para que los sucios zapatos de su tío no estropearán todo.

—Sí, sí. Lo que sea —remilgó el hombre con una expresión desinteresada—. Ayúdame con algo, o mejor dicho con alguien.

Derek soltó un largo suspiro mientras comenzaba a sentir los estragos del estrés recorriendo su estómago, cuando su tío llegaba a su oficina tan temprano en la mañana solo significa problemas, mayormente relacionados con un posible despido... y más trabajo innecesario para él.

—¿Ahora qué ocurrió? —dijo finalmente rindiéndose ante la situación, pero sin dejar de contestar los mensajes importantes de su correo.

—Bueno, hay un chico nuevo —comenzó el hombre mirando distraídamente sus uñas—. Y me está tocando los cojones, ¡Ya me tiene harto! Anda por ahí y por allá distrayendo a todo mundo y tiene un mal carácter, es uno de esos que se vuelven insubordinados. Es fastidioso.

—¿Tienes pruebas de eso? —interrumpió Derek mientras redactaba un correo a un cliente importante—. ¿Has hablado con él o algo así?

Peter puso los ojos en blanco y comenzó a rascarse desinteresadamente su barbilla, como si estuviera pensando si alguna vez habló de algo con su empleado.

—No he tenido oportunidad de hacerlo —confesó Peter finalmente, como si no omitierá eso un sinfín de veces—. El tipo es tan insoportable que creo que lo mataría en medio de la retroalimentación, por eso estoy aquí Der der. Creí que podrías ayudar a tu viejo tío a lidiar con esto como gerente de R.H...

Derek puso los ojos en blanco, su tío siempre lograba sacarlo de sus casillas.

Peter Hale era el gerente del departamento de marketing y no era precisamente el mejor en su trabajo, siempre se quejaba de los nuevos empleados o de los becarios que contrataba la empresa, por lo que regularmente Derek tenía reuniones con ellos con el afán de evitar la rotación de personal (que era alta en esa área particularmente) así que estaba acostumbrado a ello, aunque no fuera una cosa que le gustase hacer.

El despreciable gerente de R.H (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora