010

662 51 7
                                        

Nadie entendía la mente de Aleksi Dovell, desde que llegó al psiquiátrico fue catalogado como un retrasado mental y tratado como tal, los maltratos comenzaron por los mismos enfermeros, personas incapaces de hacer su trabajo, burlándose de los pacientes más vulnerables, haciéndolos menos en aquel lúgubre lugar.

Hubo momentos en que tenía arrebatos de ira, los cuales Loomis catalogó como "berrinches" , simples rabietas que cualquier niño inmaduro podía causar 

Tiene una mente de un niño pequeño, es normal que tenga berrinches – había dicho una vez, justificando su arranque de ira lo cual terminó con una enfermera con fuertes mordiscos en uno de sus brazos, las marcas de dientes fueron visibles durante tres semanas. 

Entonces conoció a Kalina, aquella chica que se convirtió en su figura materna, nunca nadie lo había protegido con tanta ferocidad, pero ahí estaba ella, su mirada endurecida en posición defensiva frente a él, gritándole a los enfermeros y enfermeras, todo en ella gritaba peligro, pero la mente de Aleksi ignoraba aquello, viéndola como un ángel salvador.

Luego conoció a Molly, la única del miembro del personal que ganó su confianza, era una enfermera novata, llegando a aquel psiquiátrico para completar sus pasantías, asignándola a Aleksi, su primer encuentro fue tenso, Lina nunca abandonó su lado, analizando y estudiando a la pálida chica con la mirada

–LinLin

La chica en cuestión, levantó la mirada del castillo de bloques que estaba construyendo, su mirada ablandándose y una sonrisa tirando de la comisura de sus labios 

–¿Qué sucede cariño? 

Aleksi la miró con un adorable sonrojo tiñendo sus mejillas, sus manos tiraban del borde de su gastado chaleco de lana 

–Quiero yo tu – soltó en un balbuceo 

Lina parpadeó lentamente, digiriendo aquellas palabras pronunciadas por el inocente y tímido Alek.

A Kalina siempre se le dificultó expresar sus emociones, el cariño era algo que solo recibió por parte de su madre hasta que ella falleció cuando tenía tres años, teniendo vagos recuerdos de ella, ya no podía recordar lo que era sentirse querida, apreciada. 

Sabía que Aleksi solo buscaba el amor que su verdadera familia le negó desde su nacimiento, Alek solía seguirla como cachorrito, buscando su atención y aprobación en casi todo lo que hacía, aunque aquello era más soportable que tener a un fornido guardaespaldas de mirada gélida, Myers era sin duda otra cosa. Sabía que Alek solo quería alguien que lo amara y Lina estaba dispuesta a darle todo lo que él quisiera. 

Kalina estaba dispuesta a hacer el mundo arder con tal de mantener el bienestar de Aleksi.

–Yo también te quiero Alek – habló por fin, ver aquella sonrisa brillante adornando sus labios, ese brillo de emoción en sus ojos, fue suficiente para calentar su corazón – Yo también te quiero – repitió en un susurro, extendiendo una de sus manos para acariciar sus cabellos, Alek sin dudarlo se inclinó ante su toque, como un cachorro gustoso ante las caricias que su dueño le proporcionaba, sus ojos de ciervo la observaban con tanto amor que la hacían preguntarse que carajos hizo en otra vida para ganarse a una persona tan hermosa como Aleksi.

Aleksi era parte de su familia y ella jamás abandonaba a su familia.

Mientras ella siga respirando, mientras la sangre continuara corriendo por sus venas y su corazón continuara latiendo, Aleksi Dovell tendría a alguien que lo protegiera. 

(...)

Entró sin siquiera tocar la puerta o anunciar su llegada, alzó una ceja observando a Magnus desparramado en su cama con su mirada fija en el techo descolorido de su habitación. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Enfermizo amor -Michael Myers-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora