00036 | londres

5.3K 332 18
                                    

martina
☆   ☆   ☆

Por la mañana llegamos a Londres con Enzo y Olivia que durmió todo el viaje encima de su papá, al llegar Enzo fue directamente a entrenar y con Olivia fuimos a su casa, nos recibió Marta y se llevó a su nieta a dormir y yo quedé sin saber que hacer.

–¿Cuánto te quedas? —Marta pregunta mientras me pasa el mate.

–Domingo a la tarde ya me voy.

–Enzo cumple el diecisiete... ¿Venis?

–Estaba pensando en venir por el día, porque empiezo el colegio... pero seguramente si y me vuelva a ir a la noche.

–Yo no puedo creer escuchar la palabra colegio —dice provocando mi risa.

–A Enzo no le importa, nosotras no más somos.

–¿Cuando cumplis dieciocho?

–El veintiuno, poquito después que él.

–Ahora que me acuerdo él me dijo que ese día jugaba y que no sabía si iba a poder ir a verte.

Con el alcohol en sangre que voy a tener seguramente no recuerde quien va ir a verme y quién no.

Desayuno con los padres de Enzo hasta que Olivia aparece en el comedor recién despierta, en pijama, despeinada y con chupete va junto a su abuela y queda sentada hasta que activa y comienza a desayunar.

–Mar, ¿Querés ir a buscar a Enzo al entrenamiento con Oli? —pregunta Marta—. Yo me quedo acá haciendo algo.

Ni siquiera tengo licencia pero asiento... un día de estos voy a terminar presa porque tampoco conduzco tan bien.

Marta viste a Olivia de rosa, tan princesa, y me la entrega junto con algunos juguetes. Juntas subimos al auto y comienzo a manejar hacia el centro del entrenamiento del Chelsea.

–¿Y papá?

–Entrenando... ahora vamos con él —digo sacándola de su silla.

–Podemos jugar ahí —señala las gradas.

–¿Vos venis a ver a tu papá? —la miro y asiente—. ¿Con quién?

–Con la abuela.

Menos mal que dijo que con su abuela y no con otra. O sea, Enzo en todo su derecho de haber tenido otra antes de mi... pero que Olivia haya querido a otra, eso no.

Llegamos a las gradas y ella baja de encima de mi, se descalza y comienza a sacar sus juguetes de su mochila, los pone sobre el cesped y se sienta a jugar mientras yo la miro.

–Oli, mira —señalo a Enzo quien está sentado dentro del campo de juego y busca la mirada de su hija.

–Mi papá —me mira sonriendo a lo que asiento de la misma forma y ella corre a la red para saludarlo.

Olivia le tira besos los que Enzo responde de la misma manera hasta que ella vuelve a jugar y Enzo a entrenar.

Casi media hora después Enzo ya sale del entrenamiento y su hija sale corriendo para abrazarlo y quedarse con él, junto los juguetes y voy junto a ellos dos. Solo porque es Olivia, si eran de mis hermanos los dejaba ahí.

–Yo las hacía durmiendo a las dos juntas —dice Enzo luego de saludarme.

–Ahora la siesta si la dormimos juntas.

–Vos ya me sacas de tus planes, mira vos.

–Sos el tercero vos, supéralo.

Y debería entenderlo.

iconic ; enzo fernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora