Capítulo 21

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Después del test pre-temporada, mi rostro estaba en todos lados y la gente empezó a corear mi nombre en las calles. Por primera vez me sentí aceptada en un lugar y me sentí aún más feliz cuando supe que el mayor apoyo venía de otras mujeres, quienes hacían lindos carteles, sujetaban camisetas con mi nombre y me pedían autógrafos en la calle. Su cariño me impulsaba a seguir esforzándome, pero incluso si no las conocía del todo, ellas creían en mí. 

Yo aún no era nadie, pero me hacían sentir tan especial cada vez que se acercaban a tomar una foto, que no pude evitar tomarles aprecio.

Sin embargo, no podía pensar todo el tiempo en eso. Sobre todo hoy, que era la primera carrera del año.

Krieger obtuvo la pole el día de ayer  y a pesar de que yo quedé en segundo lugar, todos confiaban en que le daría una batalla digna al tipo más temible de la parrilla que ahora era mi compañero de equipo.

—Hoy tenemos una rueda de prensa antes del primer gran premio de la temporada —dijo Alice mientras veía su iPad para analizar mi horario—. Harán algunas preguntas sobre cómo sobrellevar este cambio, la polémica y quizás algunos chistes sexistas, pero mantén la frente en alto y responde lo que creas pertinente. El mundo tiene los ojos en ti, así que… suerte.

—Gracias, Alice. Trataré de no causar más polémicas.

—No, linda. Di lo que tengas que decir incluso si eso le pone fuego a la situación.

Tenía miedo de lo que pudiera pasar porque era la primera vez que hacía esto. En el pasado, Xander se encargaba de los medios y yo estaba tras bastidores. Ahora tendré que hacerme cargo de ambas cosas, y para ser sincera, no tenía nada de experiencia siendo “famosa”. 

Bajé del auto y mientras caminaba hacia la entrada del paddock, varios fotógrafos se aglomeraron para obtener algunas buenas tomas de mi rostro. Los saludé por cortesía y luego ingresé. 

Alice me llevó hacia el pequeño edificio en donde sería la entrevista y antes de que subiera al pequeño escenario, se encargó de acomodar mi cabello y sonrió como una madre orgullosa.

—Lo harás bien, así que no tengas miedo. 

Krieger y yo subimos y nos sentamos en una mesa larga en donde estaban nuestros nombres y varias botellas de agua. 

Estar cerca de él me hizo sentir poderosa, ya que tiene una gran presencia y es difícil ignorar quién esté a su lado.

Uno de los entrevistadores se levantó y lo reconocí de inmediato: se trataba de un pelirrojo con gafas redondas y mejillas regordetas que le daban un aspecto más joven de lo que probablemente era. 

EL GRAN CIRCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora