Samara D'Angelo es una joven italiana que cree tener la vida controlada, sabe lo que quiere y es tranquila en su mayoría, Pietro Maggi es el Chico que la vuelve loca, no solo en el sentido amoroso, también en todas las formas
Ambos se complementan
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Samara D'Angelo
Estaba dando vueltas fuera de la escuela mientras mi padre me repetía una y otra vez lo que quería, pero yo solo escuchaba un, bla bla bla bla, todo el fin de semana busque una excusa para no ir a su casa pero ahora me estaba regañando por no querer pasar tiempo con el
La verdad es que si lo estaba escuchando, pero quería hacer de cuenta que no, me estaba pidiendo ir después de la escuela a marina grande, pasar la hora de la comida y a la cena con esa tal Emma mientras mi madre estaba sola
—Es que no puedo creer que este pidiendo eso, es ridiculo —exclamé por el celular mientras me recargaba en un árbol
La gente que pasaba a mi lado me miraba mal y susurraba cosas las cuales realmente no me importan
—No papá, no quiero conocerla—suspire—¿Enserio? ¿Como que porque?—
No podía creer que mi padre quisiera seguir su vida como si nada hubiera pasado, la verdad era que engaño a mi madre, el divorcio no estaba cerrado todavía y el ya vivía desde hace cuatro meses con su nueva "novia"
—Papá no es mi familia, no tengo que conocerla— me regaño y iba a reclamar cuando el hablo — ¿castigarme? ¿De verdad? ¡Ni si quiera vives conmigo!
¿Como se le podía ocurrir la idea de castigarme ? cuando no había pasado una noche conmigo desde hace siete meses
—Se que eres mi padre pero—hubo una pausa— ¿Llevarme a vivir contigo? ¿Por no querer conocer a la mujer con la que engañaste a mi madre?
Para este punto estaba segura de que ya había llamado la atención de más de un estudiante de marina pequeña
—Pero, papá, no— hice una pausa ante el intento de amenaza de mi padre y finalmente solté un suspiro —De acuerdo, pero llevaré a alguien—
Claro que a mi padre no le pareció la idea, pero yo no estaría todo el día con una mujer que no me agrada
—¿A quien?—no había pensando en eso —A Pietro—
Y sin saber muy bien la razón del porque dije su nombre pero ahora ya no me podía retractar
No importaba que no hubiera habido con el en un tiempo, parecía que nos volvíamos a acercar y fue la primera persona que cruzó en mi mente
—Okay, nos vemos—y antes de que dijera algo más colgué la llamada
Patee una pequeña piedra que estaba ahí intentando desahogar mi enojo, enojo que rápidamente se transformó en tristeza ya que mis ojos comenzaron a picar
No podía llorar, mucho menos enfrente de todos por lo que camine hacia la entrada de la escuela para ir al baño hasta que sentí como me jalaron de la mano deteniéndome
—¿Que pasa Samara? ¿Ya no eres la mujer de papi?—la pregunte de Arianna me hizo parar en seco y darme la vuelta
—No tengo tiempo para ti y tu cabeza hueca Arianna, ve a estudiar un rato o algo—