Levi

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Silencio.

Todo era silencio en aquella oficina antagonista de la vida ajetreada del ejército. El viento soplaba con fuerza y el sol era apenas visible entre tantas nubes grandes y grises repletas de agua que, según las malas lenguas, son un mal augurio para quienes sienten las tormentas despiadadas como un hogar al que no han vuelto en mucho tiempo y de alguna manera, existe la probabilidad de que sea verdad. Las personas de este lugar han perdido más de lo que se ha podido ganar y la lluvia limpia incluso hasta las almas más corruptas. Es liberación.

"Agradable" pensó Levi mirado el cielo y olvidó por un momento todo el papeleo que tenía que leer y sellar. Los músculos debajo de su piel estaban tensos y adoloridos, pero aún tenía la fuerza para ponerse de pie. En su mente sabía que siempre la tendría y la confianza en si mismo se filtra en sus acciones porque eres lo que haces cada día y maldición, él es el mejor maldito soldado que hay en este mundo. Una lluvia traicionera no lo detendría, así que posó una mano bajo su mentón y observó mejor hacía afuera cuando de repente, el sonido de un fuerte llanto atravesó su umbral del dolor con la fuerza de un caballo y lo regresó a la realidad.

—.Tch. —se levantó sin tener otra opción mientras chasqueaba la lengua porque dios o quien quiera que lleve el control del mundo, como le gustaría tener otra opción.

Pero no la tenía.

Nunca tuvo nada de lo que quiso.

Así que caminó a paso lento hacia el responsable de emitir tal sonido, se puso delante de la cuna y vio como el niño que se encontraba dentro de esta se removía inquieto mientras pequeñas lágrimas caían por sus mejillas. Era pequeño, era muy pequeño para estar sufriendo de esa manera que hacía que su cuerpo se sacudiera en busca de atención que le diera alivio a su llanto y por un momento, Levi se lamento profundamente, pero se quedó quieto sin saber que hacer realmente y tal vez no lo haría nunca. Su alma no estaba hecha para esto.

—. Oi mocoso, ¿Qué te pasa?.—preguntó inútilmente al pequeño bebé como una forma de dejar salir su paciencia y como era de esperarse, no recibió respuesta. Si lo hiciera probablemente perdería la poca cordura que se había arreglado por conservar.—¿Qué es lo que quieres?.—en su lugar recibió el llanto que solo incremento.—Bien, definitivamente eso no fue lo que pregunté.

Sus días siempre eran iguales. Levi se había hecho su propia rutina para no sentir que se hundía cada vez más en la miseria aunque claramente así era. Él hacía su trabajo tranquilamente mientras su hijo dormía, pero todo parecía desmoronarse cuando se despertaba y lloraba porque no sabía que hacer ¿Cómo saberlo? Nunca tuvo que cuidar de alguien más que no fuera a si mismo de niño y apenas había logrado sobrevivir, ¿Que le esperaba a ese niño a su lado? Seguramente no lo mejor y lo sabía, así que solo se paraba frente a él, con las manos moviéndose de impotencia y las piernas ardiendo con deseos de moverse y hacer algo porque su corazón se estrujaba de culpa, de remordimiento, de agonía por no poder alimentarlo siquiera correctamente y con esa impotencia, lo dejaba así hasta que estaba lo suficiente cansado para seguir llorando, pero Levi nunca dejaba de lamentarse, sus pensamientos nunca dejaban de correr y ya estaba cansado. Estaba tan cansado, joder.

Su vida siempre fue un caos.

Pero se convirtió en un desastre hace poco menos de un año.

...

Era un día como cualquier otro. Soleado y lleno de nubes que tenían detrás un futuro prometedor para la legión de reconocimiento. Los novatos se fortalecían y el sol bañando los músculos adormecidos le recordó a todos que siempre habría un motivo para levantarse cada día porque la excelencia se vuelve un objetivo que los soldados ven al final del camino como un algo que deben hacer suyo porque un sacrificio significa entregar el corazón y hoy había sido un día duro para todos.

El hijo de Levi [Ereri] リーバイスの息子Donde viven las historias. Descúbrelo ahora