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- ¿Que quieren que diga? _reclama el adulto_ Tu prometida te pregunta, ¿Es la belleza lo más importante? Y tú respondes ¿Que quieren que diga?
- Fui un tonto, padre, lo sé _responde Jude.
- Podrías escribir un libro, "Como ofender a una dama en 5 sílabas o menos" _afirma.
- No supe que otra cosa decir, aunque ahora que lo pienso era mejor si me quedaba callado _admite mientras se deja caer sobre el sofá.
- Tú lo has dicho... _habla mientras lo ve en ese estado_ piensa, hijo, tienes que ver algo más que belleza en esa joven.
- Claro que sí, padre, ella es... _comienza_ bueno, ya sabes... la especie de....es obvio... ¿No lo crees? _finaliza con una sonrisa nerviosa.
- ¿Eh? _cuestiona más confundido que antes.
- No se como decirlo _admite tras un suspiro pesado.
- Pues hasta que este escándalo causado por tu boca se acabe, recibirás un escarmiento ejemplar _decreta saliendo de la habitación_ Ya pensaré en algo que te duela lo suficiente como para que entiendas la gravedad de este asunto.
Jude se cubrió el rostro con sus manos, esperando con ansiedad para saber lo que le ocurriría.
No obstante, Aura no se hayaba mejor, la sala principal de la mansion, donde yacia reunida toda la familia Levine, era inundada por ambiente tan tenso que era difícil respirar.
En esta se hayaban reunidos los esposos Levine, y únicamente sus tres hijas.
- Por más que pienso, no lo entiendo _dice la madre_ ¿Qué más querías que dijera él?
- Necesitaba saber si cuando menos me quiere... solo por mi misma _admite mientras su hermana.
- Tus cursilerias traerán deshonor a nuestro hogar _niega el padre, caminando en medio de la sala_ después de tu escena de hoy será muy difícil que algun joven de buena familia te acepte.
- No seas duro con ella, padre _suplica Othilia.
- Es lo que necesita para entender la importancia de respetar las tradiciones familiares _afirma seriamente_ De momento, comenzarás cambiando de colegio.
- Querido, no creo que haya que ser tan drásticos _interviene Camille.
- Claro que sí, y en adelante se acabaron los lujos, las compras y los caprichos. Hasta que hayas aprendido que con el honor de la familia, no se juega, si quiere algo tendrá que ganárselo _indica con severidad.
- Pero eso es muy injusto _reclama la rubia.
- No discutas más, jovencita _responde con un tono mas fuerte_ Ahora mismo comenzará tu castigo.
Danielle recibió la orden de llevarse a su hermana menor para dejarla en su habitación, Othilia tuvo que volver a su casa y la familia no volvió a tocar el tema.
Al día siguiente, muy temprano, la mayor de las hermanas regreso al hogar paternal para saber si algo más había ocurrido, una ves su esposo se fue a trabajar, claro.
- Y nuestro padre se ha llevado todos sus regalos _narra Danielle.
- Aura _susurra la castaña_ lo mal que lo estará pasando _continua mientras ambas miran la ventana desde el jardín_ No la culpo, en su lugar yo tampoco tendría ánimos de levantarme.
- Y la que le espera, escuché que nuestro padre hablo a su asistente para que se encargue del cambio de colegio _prosigue Danielle.
- Pobre de nuestra hermanita _finaliza en un pesado suspiro.
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- Creo que en verdad estas siendo drástico, querido _aconseja Camille a su esposo.
- No, mujer, no he pagado un colegio tan costoso para que no le hayan enseñado algo de respeto por su familia, Aura sabía que esto es lo que tenía que hacerse y aún así nos defraudó... los Sharp no son una familia condescendiente, y aún así, le concentí a nuestra hija cancelar el compromiso por el amor que le siento _indica mientras lee el periódico.
Camille sabía que no tenía más poder que el de tratar de convencer a su marido, y si eso fallaba, no tenía más que ofrecer.
Al día siguiente, Aura aceptó tomar las cosas con calma, después de un día entero en la cama, se levantó con intensión de retomar su vida, tras asearse siempre tenía el uniforme listo, esperando sobre su cama. Pero esta vez las mucamas se encargaron de colocar ropa diferente a que usualmente llevava.
- No, no, no, no puede ser... _niega mientras abre el closet y comienza a buscar com desesperación_ Esto tiene que ser una broma de pésimo gusto...
Niega mientras mira la ropa en el suelo, sin lograr ver su bonita vestimenta escolar.
- Martha _llama de inmediato_ ¿donde está mi uniforme? _cuestiona seriamente..
- Sobre su cama, señorita _responde mientras comienza a recoger la ropa tirada.
- Estos harapos no pueden ser un uniforme _reclama con una pequeña rabieta.
- Buenos días, señorita _saluda la mucama al ver a Danielle entrando en la habitación.
- Por favor, déjanos solas _indica después de responder al saludo.
La mujer salió dejando a las chicas solas.
- Que graciosa, no estoy de humor, devuélveme mi uniforme _habla la rubia.
- No fui yo, nuestro padre no mintió cuando dijo que cambiarías de colegio _indica de forma calmada, lo más que podía.
- Esto es una pesadilla... _murmura mientras se sienta sobre la cama.
- ¿Sabes? creo que en parte lo hizo por tu bien, para que no sufras _afirma sentándose a su lado.
- ¿Que? _pregunta confundida.
- Piénsalo, si regresabas hoy podrías haber sido blanco de burlas. Muchas de tus compañeras estuvieron en la fiesta. El peor castigo habría sido la humillación de regresar como si nada _indica con inteligencia.
- Pero este... _niega, tomando las prendas que había sobre su cama_ "uniforme", es horrible...
- Bueno, es que esa es la peor parte _admite ladeando los labios.
- ¿Puede haber algo peor que esto? _pregunta con sarcasmo, viendo a detalle su ropa nueva.
- Te enviaron a un colegio... _dice antes de respirar y soltar lo último_ público.
- ¡¿Qué!?
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