O4

343 59 8
                                    

Advertencia +18. Contenido delicado y, de algún modo, terriblemente misógino.



Jungkook terminó recostado sobre el pecho del sultán ambos sobre el sofá que había en la terraza, la luna les iluminaba tenuemente justo como la primera noche que hablaron. Él sabía lo que debería seguir, pero, estaba tan cómodo en el fuerte pecho del alfa que no se atrevía a romper el cálido momento, sentir las caricias del mayor sobre sus rizos mientras se embriagaba en su aroma era lo mejor del mundo

—¿De dónde saliste? —preguntó el sultán de repente.

El omega se incorporó un poco, apenas para verlo de frente, tan cerca que sus cabellos de la frente se unían.

—Siento como si te hubiese buscado desde hace tanto tiempo y teniéndote aquí, recostado sobre mi pecho, siento tranquilidad, es como si...

—Así es como debía ser.

Completo Jungkook, embelesado por las palabras de Jimin. Estaba nervioso, pero no tenía miedo. Se inclinó, muy despacio, apenas un centímetro, cerró los ojos y sus labios se encontraron con los de Jimin. Era su primer beso, no sabía cómo reaccionar ni que hacer exactamente solo se quedó quieto disfrutando de la delicada sensación de sus vírgenes labios tocando los de Jimin. ¿No era eso lo que había deseado? Compartir esa clase de intimidad con alguien a quien él eligiera. Aunque llegó allí de la peor manera, se sentía correcto. Nadie lo obligaba, disfrutaba de las sensaciones que le provocaba el sultán, esperaba con todo su ser, que Jimin sintiera al menos un poco de simpatía por él. No quería ser solo otro omega de su harem.

De repente la posibilidad invadió su mente junto con el miedo. Sintió pánico. A punto de retirarse Jimin percibió el titubeo y sostuvo su mejilla con delicadeza mientras una de sus manos se dirigía a la delgada cintura del omega y la rodeaba. Comparado con él Jungkook era tan pequeño que uno solo de sus brazos lo rodeaba completamente.

Park se enderezó en su asiento sin soltar a Jungkook, con toda la delicadeza que la impaciencia le permitió profundizó el beso, apenas un poco. El omega movía sus labios inseguros, así que él lo abrazó completamente jalando el cuerpo más pequeño y pegándole a él. Por inercia Jungkook separó las piernas y dejó su pelvis unida a la del sultán, sintiendo como los dedos de su majestad acariciaban su espalda desnuda, rodeo el cuello del alfa y movió los labios con más ahínco.

Era intrépido, delicado y romántico. Jungkook estaba explorando las sensaciones y Jimin estaba dispuesto a hacerlo sentir hasta desfallecer. Se separó apenas un poco para abrir los ojos y ver la expresión sonrojada del omega, que ni flojo ni perezoso le sonrió y tras ver sus labios hinchados volvió a unir sus bocas.

Jimin tomó al omega por los muslos y lo cargó consigo dentro de su habitación.

Jungkook se sentía intrépido y divertido, tanto así que comenzó a reírse cuando el sultán tropezó ligeramente con el borde de la cama. Él le devolvió la risa justo antes de colocarlo sobre el edredón.

Jungkook extendió los brazos hacia arriba y le sonrió. Su rostro sonrojado y su respiración errática dejaba ver lo ansioso que estaba. Jimin sonrió de vuelta, ese omega sería suyo, por esta noche y las siguientes, si el destino y los dioses se lo permitían, por el resto de la vida.

Cuando el sultán beso su cuello Kook cerró los ojos y gimió despacio, solo se dejó hacer, maravillado por todo lo que Jimin le producía. Beso su cuerpo, de pies a cabeza con una delicadeza que le hacía exasperar. Lamió y beso sus pezones mientras Jungkook enterraba sus dedos en los rubios cabellos. Acarició el bien marcado abdomen del alfa cuando este se colocó entre sus piernas y se aferró a su ancha espalda cuando se unieron. Dolió, si dolió, mucho. Jimin se mantuvo quieto tanto como pudo, aguardando, esperando a que Jungkook se acostumbrara a la forma y el tamaño y cuando sus ojos esmeraldas lo miraron de vuelta Jimin no se contuvo más.

el sultán 𓍢 ִֶָ  jikook Where stories live. Discover now