💋~ 27/04: Francés/Apasionado.

118 16 54
                                    

Fuli debía admitir que la ansiedad la estaba consumiendo.

Cuando la mandaron a llamar a los aposentos del príncipe se imaginó que él quería enseñarle algo. Pero al ver la hora y darse cuenta que casi era medianoche, se preocupó. Ella recordaba perfectamente las veces en que él le hablaba de sus pesadillas. Y en más de una ocasión presenció los hipidos de un niño al recordar los monstruos de su cabeza. A Fuli eso nunca podría olvidársele.

Si el príncipe la llamó a esta hora, quizás era porque no quería estar solo en momentos como este. Y eso solo avivó la preocupación de la princesa.

Hasta que llegó al umbral de la puerta y cruzó luego de un sonido de aquiescencia, esa preocupación cesó. Es más, se desplomó como una muñeca de trapo en el estómago de Fuli. Y en su lugar, vino la ansiedad.

Porque Kion no estaba teniendo una pedadillo. Oh, no. Para nada.

Allí, frente a ella, estaba una hermosa decoración de rosas regadas por toda la habitación. Pero lo que captó su atención fue el enorme corazón hecho de rosas postrado en la gigantesca cama del príncipe. Adentro del corazón estaba una tarta de frambuesas siendo sotenida por Kion.

Porque sí, Kion estaba ahí. Usando algo que...

Las mejillas de Fuli se encendieron y su corazón se detuvo por unos minutos. El príncipe le sonrió desde su lugar y ronroneó un:

—Te dije que esto no se iba a quedar así.

De pronto, Fuli fue consciente de la escasa ropa que llevaba puesta (un camisón de una tela finísima). Pero daba gracias a los dioses por haberse puesto una bata antes.

Algo recelosa, dio un paso hacia la decoración.

—¿Qué significa todo esto?

El príncipe, que ya colocaba la tarta sobre una mesita al lado de la cama, le sonrió.

—Estoy harto de que nos interrumpan cuando logramos avanzar en nuestra relación...

—¿Relación?

—Shh, aún no termino —levantó una mano—. En las tres ocasiones que nos hemos besado tú has tomado la iniciativa, y no me molesta. Pero es mi turno ahora. Lo que quiero decir es que...

—¡No te levantes!

Kion, que había empezado a bajar de la cama, se detuvo en seco y la miró extrañado. Fuli se retorcía los dedos, nerviosa, pero tenía que mantener al príncipe quieto.

—¿Por qué... —Fuli carraspeó y lo intentó de nuevo— qué... estás usando?

Kion frunció el ceño y miró hacia su ropa. Tenía una camisa blanca desabotonada en el área del pecho y unos pantalones holgados. ¿Cuál era el problema? Fuli notó la pregunta en su rostro.

—Yo, eh... yo... —por todos los dioses, que alguien la salvara. Tosió un poco y desvió la mirada—. Solo... abotónate la camisa y no te levantes de la cama. Por favor.

Ahora la cara de Kion reflejaba sorpresa. ¿Fuli le suplicaba? Esto definitivamente era interesante. Y como el buen príncipe que era, desobedeció su petición y se plantó en el suelo. La princesa clavó sus ojos en el suelo.

Kion se acercó a ella y Fuli retrocedió, pero chocó con el borde de un escritorio y ahogó un alarido. Sentía calor, muchísimo calor.

—Fuli...

Escuchar su nombre en sus labios de esa forma... Su garganta se cerró. Notaba las manos sudorosas y...

Otra mano, una grande y llena de callos, tomó la suya y su cuerpo reaccionó en respuesta. Oh, dioses, oh, dioses.

Una fuerza magnética la empujó a alzar la mirada y ver directamente a esas gemas doradas en llamas. O quizás fue su propio deseo.

Y lo que vio ahí le partió el corazón en mil pedazos solo para volver a unirse en una exhalación de emociones contenidas. Amor. Pasión. Ternura. Confianza.

Ella era consciente que lo deseaba, lo quería a él. Desde que eran niños habían sentido una conexión especial, única. Y ahora estando frente a él, frente a ese abdomen dorado y bien cuidado, Fuli iba a perder la cabeza.

—¿Tú... sientes esto? —Kion llevó su mano hacia su pecho y allí pudo distinguir los latidos de su corazón—. ¿Sientes esto, Fuli?

Ella asintió. Lo sentía. Y su cuerpo quería demostrárselo.

—Mi corazón solo late por ti. Y lo único que deseo es que nos demos una oportunidad. Un beso, solo uno que demuestre que no me iré de nuevo. No podría.

Sus palabras... Fuli se conmovió, inevitablemente asintió y cerró sus ojos a la espera. Y Kion cumplió con su palabra. Descendió con sumo cuidado, la tomó de la cintura con tal delicadeza que ella soltó un suspiro. Pronto, esos labios que tanto recordaba en su juventud estuvieron sobre los suyos y el maldito mundo desapareció en un instante

Fue lento, suave y lleno de esos sentimientos que ella leyó en sus ojos. Se relajó ante su contacto y se fundió en la ternura con la que él la besaba a ella. Pero pronto eso no fue suficiente.

Fuli quería un mejor soporte y la mano que estaba libre la llevó hacia su pecho y sus dedos sintieron cada uno de los músculos del príncipe. Las venas de su cuerpo ardieron en llamas.

El beso tomó un rumbo más acelerado, Fuli quería más, deseaba más. Así que abrió sus labios y sintió como el suelo temblaba al sentir el roce de la lengua de Kion. Ella respondió fervientemente a su contacto y le devolvió las caricias con la misma pasión.

De pronto sintió las manos de Kion en su cintura y sin previo aviso la alzó para ponerla encima del escritorio. Fuli gimió y la sangre del príncipe se calentó en respuesta. Querían más.

Fuli besó los labios de su amado y mordisqueó uno de ellos, sacándole un quejido a Kion. Esto la hizo reir en pleno beso y él aprovechó para cambiar de ángulo y profundizar sus caricias. La princesa sentía que le faltaba el aire, pero no quería despegarse de él. En eso, Kion le besó la comisura de sus labios, su mejilla, luego su cuello y se detuvo un instante allí, saboreando la piel de la hermosa doncella.

Con delicadeza, las manos de Kion desabotonaron la bata de Fuli y esta resbaló de sus hombros. El príncipe gruñó al percatarse de su camisón.

—Me vas a volver loco, princesa.

—Bien —fue su respuesta y no siguieron hablando más cuando ella enredó sus dedos en su maraña de pelo rojizo y lo obligó a besarla de nuevo. Lengua con lengua y labios con labios.

Podía dejar de lado su parte racional por toda una noche. Ella quería descubrir de qué se había perdido durante esos once años.

~💋~

Ni qué decir, estaba esperando este día y por fin ha llegado JAJAJAJ

Es que a estos dos les queda bien cualquier universo en cualquier circunstancia, y nadie me va a decir lo contrario.

En fin, espero lo hayan disfrutado y seguimosss con el reto en los próximos días. Ya solo faltan tres. 🫣

Los quiero<3

Besos, Vee.

KISSPRIL | Kiuli Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt