Capítulo 02: Inevitable encuentro

376 35 24
                                    


Tirado entre objetos para maquetar y otras cosas que Levi no recordaba haber tomado, fue inevitable para él no frustrarse.

—¡Carajo!— soltó Levi observando que el brazo de su cara camisa estaba manchado de algo negro.

No valdrá la pena el gasto para limpiarlo así que deberá comprarse otra camisa. Pero se extrañó de esa mancha porque entre sus compras no llevaba nada para pintar así que empezó a observar el desastre que había ocurrido.

Había una persona recogida sobre sí misma. Levi deducía que era una mujer por el vestido enredado entre sus largas y seductoras piernas. Mentalmente maldijo a Erwin, que le había recordado su largo tiempo de abstinencia.

Extendió una mano para ayudar a aquella mujer a levantarse, pero ella parecía abstraída totalmente y ni siquiera se atrevía a levantar la mirada del piso.

¿Se habrá golpeado la cabeza?

—Oe... ¿Estás bien?

Aquellas palabras parecieron encender algo en ella, levantando la mirada hacia la persona que extendía la mano.

Lo primero que a Levi le llamó la atención, aparte de sus hermosas piernas, fueron sus ojos brillantes y largas pestañas. No sabía si estaba usando maquillaje o eran falsas, pero embellecían su mirada. Inevitablemente bajó la mirada encontrando el desastre de su vestido con una gran mancha atravesándola. Si hubiera sido rojo hubiera parecido un macabro escenario de una mujer asesinada brutalmente.

Volvió sus ojos hacia el rostro de ella, aparte de ese peinado que no le favorecía, tenía una preciosa boca. La mejilla izquierda parecía raspada y rojiza pero no sangraba. Levi sintió remordimiento por si alguno de sus implementos le ha causado esa herida.

—Sí... Estoy bien....— dijo en un murmullo aquella mujer. Quizá por nervios ella se rascó involuntariamente sus brazos, manchando más su ropa. Ella observó todo lo que se había dañado y la angustia se formó en su rostro. —No creo poder pagar todo esto...

Levi frunció el entrecejo, extrañado por sus palabras.

—Los grandes almacenes contratan seguros para estos accidentes, así que es más que probable que esté cubierto...

Aquello no pareció calmarla, más bien pareció poner más peso en sus preocupaciones.

Ella sacudió con la cabeza.

—Fue mi culpa... Yo no tapé bien...— Los ojos castaños mostraron más angustia al ver la notable cara camisa del hombre arruinada. ¿Acaso eran señales del universo para que se quede encerrada en casa a la espera de su esposo y termine de aburrirse de ella entonces la deseche como un trapo inservible? Hanji quiso llorar, pero anoche se había prometido que no volvería a derramar una lágrima más por culpa de Zeke. Y pelearía contra el destino si fuera necesario. ¡NO IBA A DARSE POR VENCIDA! Ella carraspeó, asombrando a Levi por esa determinación que notó en su mirada, era una mujer bastante atrayente. —Soy Hanji.— dijo, negándose a usar el apellido de Zeke. —Y si me permites, quítate la camisa.

Levi sonrió inevitablemente.

—Al menos permíteme antes invitarte a tomar un té.— le respondió. Hanji pareció no entender cómo él se estaba burlando. —Soy Levi. Y no acostumbro a desvestirme en lugares públicos.

La vio sorprenderse y sonrojarse al mismo tiempo. Dios, Levi rogaba no estar tratando con una virgen temerosa porque tan seguro como el sol arde, así mismo se encendieron las ganas de Levi por pasar con ella un rato de placer y no será agradable si ella todo el tiempo llora de dolor.

El fin de un mal inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora