Krieger es el piloto más dominante de Fórmula 1.
Es conocido por ser despiadado y letal al conducir; razón por la que ha sido 5 veces campeón del mundo.
Pero su reinado se verá amenazado con la llegada de un misterioso piloto que al parecer, es el ú...
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El domingo de carrera finalmente llegó y Juliette se presentó en mi garaje a primera hora del día tal y como Andrew había prometido el día anterior. Mi hermana llevaba puesto un vestido floreado y su mochila de Hello Kitty que le regalé hace un año, también tiene un gorro de lana morado con el logo de nuestra escudería en la parte superior.
Cuando me identifica entre la multitud, corre para darme un abrazo que casi me corta la respiración. Después de esa grata demostración de afecto, rompimos en llanto como cuando éramos niñas. Ninguna de las dos pudo detenerse y me sentí avergonzada de mí misma porque al ser la mayor, se supone que debería demostrar valentía.
Pero hoy no era mi mejor día.
—Si lloras mucho, no podrás ver bien el circuito y perderás frente a tu hermana —dijo Xander con diversión y se inclinó hacia Juliette—. Ven conmigo, linda. Lilith debe prepararse para la carrera.
A Juliette se le iluminaron los ojos.
—¿Vas a competir contra Krieger? —preguntó con ilusión.
—Contra diecinueve pilotos, en realidad —respondí con una risita.
—Pero tu rival principal es Krieger, ¿no? Lo vi en las noticias. Dicen que es malo.
—Así es —dije—. Puede que incluso sea el tipo más difícil con el que he tratado.
—Pero es guapo —comentó y soltó una risita—. En casa, las sirvientas de Andrew están perdidamente enamoradas de él. Dicen que es el hombre perfecto.
—Oh, si lo conocieran en persona, sabrían que es insoportable.
—Pero eso no impedirá que me consigas su autógrafo, ¿verdad, hermaniiiita?
Que ella quiera el autógrafo de mi rival en lugar del mío se siente fatal, pero no puedo negarle nada, porque ella es más importante que mi orgullo.
—Haré lo posible.
—¡Promete que me lo darás!
Suspiré. —Lo prometo, ahora ve con Xander y quédate cerca de él mientras yo me preparo.
Los tres fuimos a los vestidores y mientras ellos hablaban cerca de los lockers, yo me metí al baño para hacer el cambio, y después de despedirme de ellos, regresé al garaje con el traje de carreras puesto.
Los mecánicos revisaron el sistema de frenos antes de que pudiera subirme, y minutos después, me ordenaron salir del garaje para reunirme con los demás pilotos en la línea de salida.