-Eres tan hermosa – digo sin dejar de admirarla, sus mejillas se sonrojan ante mi mirada, lo que me hace sonreír.
-Tú también sácate el jean – me dice cuando ve mi intención de volver hacia ella. Me paro a lado de la cama y obedezco, mientras ella mira atentamente cada uno de mis movimientos.
Cuando quedo solo en ropa interior, vuelvo hacia ella, a sus besos. Con una mano toco uno de sus pechos y ella suspira, al ver lo receptiva que está hacia mi tacto no dudo en llevar mis manos hacia su espalda y deshacerme de su corpiño, liberando sus pequeños y perfectos senos, no lo puedo evitar y mi boca va a uno de ellos, lamo, chupo y muerdo, mientras Amira suelta fuertes gemidos, una de sus manos va hacia mi nuca y aprieta mi pelo con fuerza, logrando que me excite aún más. Cuando cambio a su otro seno, hago el mismo trabajo, mientras que con mi mano atiendo el otro.
-Ki – gime ella, me separo para mirarla a los ojos y comprobar que todo va bien, y como si ella leyera mis pensamientos me pide – No pares.
Obedeciendo a su orden no dudo en bajar y terminar de desnudarla, abro sus piernas para ver su hermoso sexo, brillante de excitación y no dudo en probarla. Paso mi lengua por toda su vulva y ella grita mientras levanta su espalda de la cama, lleva ambas manos a mi nuca y me empuja más hacia ella, sonrío por un breve segundo y me dedico a chuparla y lamerla, escuchando sus hermosos gemidos, cuando creo que está lista, llevo uno de mis dedos hacia su vagina, muy suavemente, siento como se tensa.
-Meteré solo un dedo, pero te estaré estimulando todo el tiempo, si quieres que pare me dices y lo haré, ¿entendido? – ella asiente con su cabeza – Ami necesito oírte.
-Lo entiendo, pararás si te lo pido, pero ahora continúa por favor – asiento con mi cabeza y vuelvo a chupar y lamer su clítoris mientras voy introduciendo lentamente mi dedo, enseguida noto como su himen no me deja avanzar, llevo mi otra mano a uno de sus senos y comienzo a chupar con más énfasis, cuando muevo mi dedo con mayor agilidad, logrando pasar esa capa, ella chilla de dolor y yo dejo mi dedo quiero, mientras no paro de chupar y lamer su clítoris, mientras mi otra mano trabaja su seno.
-Ki – murmura – muévelo – y lo hago, realizo movimientos lentos y pausados, y cuando siento que el dolor está pasando, lo muevo más rápido, incluso me atrevo a meter un segundo dedo, hago nuevamente el mismo proceso, me quedo unos minutos quieto, para que se acostumbre y luego vuelvo a moverlos, ella se estremece y no deja de gemir. Yo siento que en cualquier momento me voy a venir como un puto púber, se siente tan apretada entre mis dedos y sus gemidos me están llevando a otra dimensión, pero me concentro en ella y continuo con mi labor. Sus gemidos comienzan a ser más escandalosos, y cuando siento que su vagina aprieta aún más mis dedos, sé que está por acabar.
-Kilian – grita y se deja ir, ver cómo llega a su orgasmo tiene que ser la octava maravilla del mundo, su espalda arqueada, sus labios entreabiertos mientras gime con fuerza, sus ojos sobre los míos. Sin dudas quiero verla así una y mil veces.
Saco mis dedos de ella y subo dejando pequeños besos por su abdomen, cuando llego a su cara me quedo a centímetros de ella, mirándola a los ojos.
-¿Estás bien? – le susurro.
-Muy bien – me da una perezosa sonrisa y yo dejo un suave beso en sus labios – No dolió tanto como pensé – sonrío de lado.
-Peque solo te metí dos dedos, no se compara – digo mirando hacia abajo, ella sigue mi mirada y veo como amplia sus ojos con sorpresa, traga saliva y yo tengo que contenerme para no reírme.
-Por la Diosa – la escucho susurrar, me tumbo a su lado y la acerco a mí, para mimarla y darle un tiempo para recuperarse - ¿qué haces?
-Te mimo.
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Una Loba para el Cachorro
Kurt AdamKilian es el futuro Alfa de la manada White Moon. Amira es la única hija mujer del Alfa de la manada Red Blood, por lo que es la princesita de la familia. Kilian quiere al Alfa y la Luna de la manada Red Blood como si fueran sus tíos, y a los hijos...
Treinta y ocho
En başından başla