¿Qué pensaría la sociedad al saber que alrededor suyo conviven el hambre y la maldad como uno mismo?
Muchos se alejarían al instante. Si tuvieran la oportunidad de ver al Diablo frente a sus ojos, huirían de inmediato.
Lastima que ese no era el cas...
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"Se desconoce el origen completo del cuerpo, más sin embargo, se sabe que el asesino extirpó los músculos intercostales de quién ha sido identificada cómo Marisa Ruiz"
Louis apagó la televisión.
Eran las dos de la mañana y acababa de terminar un trabajo importante en su ordenador. Fue un día agotador y lo único que quiso era dar por hecho su desarrollo de software; prepararse una hamburguesa e irse a sentar al sofá para ver Friends. Lastima que cuando prendió la televisión, estaba en las noticias.
No quiso ver mucho. No le agradaba para nada conocer las muertes de dónde sea que fuera, menos si estaba comiendo carne. Sí le quitó un poco el apetito haber visto las imágenes irreales que colocaron en el noticiero; mostrando cómo aquella mujer fue crucificada en una extraña cruz de caña con los pliegues de su piel como si fueran rosas abriéndose y fue dejada en el suelo a la orilla de un río. Hubo censura, pero el estómago se le revolvió lo suficiente como para no querer ver más ni terminarse su hamburguesa.
Se levantó con el plato a medio comer y se fue directo al lavado de la cocina. Al dejarlo, como cada noche; la luz del comedor de su vecino estaba encendida, por lo que se recargó en la barra en la oscuridad, todo con la intención de mirar.
Una semana llevaba viviendo en ese lugar y de esos siete días, solamente en dos de ellos no vió que el tipo trajera una mujer a cenar. Podría llamarse entrometido o chismoso, pero su obsesión intratable, lo obligaba casi a estar puntual a cada noche para ver qué hacía. No sería bueno contárselo esta semana a su psiquiatra, pero no podía evitarlo y estaba bien para él.
Si no lo hubiera hecho, no se habría percatado de lo guapo que era su vecino.
Se había aprendido sus rutinas de todos los días desde que se levantaba hasta que la luz se apagaba. Llegando del trabajo ponía música clásica a un nivel considerable y se iba a su oficina a continuar los temas del trabajo. A las ocho de la noche veía que salía, tardaba un rato, pero después volvía con una chica diferente. Cuando daban las diez; o estaba solo en su cocina o una de las chicas lo esperaba en el comedor. Una hora más tarde después de cenar bailaban y a las doce se apagaban las luces. De ahí, Louis no volvía a saber nada de su vecino hasta pasadas las seis de la mañana en que salía nuevamente a su trabajo.
Al menos con el hecho de haberlo espiado, mínimo no tenía idea dónde trabajaba. Era un consuelo, porque estaba seguro que si sí, ya se habría instalado allí también para saber qué hacía. No creía que estuviera mal. Después de todo, ¿En qué afectaba conocer a un hombre tan apuesto como él? No es como si fuese a ir hasta para hablarle. No poseía la capacidad mental para hacerlo porque le ganaba la ansiedad y estaba seguro que se derretiría antes de llegar.
Mejor, disfrutaba verlo desde la distancia con gracia desde su cocina o el comedor. Empezó a notar que su vecino todo el tiempo se encontraba con mujeres, porque además de cenar y bailar con ellas, en ocasiones, Louis incluso podría asegurar que lo veía por la ventana. No imaginaba si era verdad, pero se hacía la ilusión de que era así y lo notaba. Era su fantasía.