La boda es pequeña. Sin invitados. Ni siquiera su padre ha venido a felicitarnos, pero todos lo saben y eso es lo que importa. Escucho los murmullos de los sirvientes que me señalan como el criador que ha conseguido enredar a un alfa en su dedo meñique, soy una arpía, un confabulador.No demasiado lindo ni tampoco majestuoso para ser considerado digno de llevar una marca.
La primera vez que pisé el exterior de la gran casa fue únicamente para casarme. El alfa y yo no hablamos de lo que sucedería a partir de este día, pero hicimos lo que nos pidieron, nos tomamos de las manos y dijimos las palabras que la luna debería escuchar.
Cortaron mi dedo anular, lo llevaron a la frente del alfa y dibujaron con mi sangre la luna menguante, la misma luna que estaba en el cielo esa noche. Su sangre también tocó mi piel, sentí un diminuto hilo de ella recorrer el contorno de mi ceja derecha. El alfa miró el desastre pero no hizo nada para detenerlo.
Xiu vino a decidme que debía arrepentirme, y aunque no empezamos con el pie derecho y estoy algo harto de sus comentarios mordaces, sé que me lo dice de buena fe.
Pero ya es tarde.
Tengo una alianza en el dedo que conecta con el corazón, es pequeña y está hecha de oro. Nunca había tenido algo de oro que me fuese propio, nunca había tocado el oro, hasta el día en que decidí intentar una pequeña revolución.
Por ahora estoy a salvo, no sé cuanto durará esta efímera paz, pero la abrazaré tanto como pueda.
El casamiento es una vieja tradiciones del mundo antiguo, casi obsoleta si me preguntas, pero todavía se seguían disfrutando cuando mis padres estaban vivos. Vi las fotos de ellos dos en medio de un gran banquete, rodeados de las personas que amaban. Mamá dijo que fue uno de los mejores días de su vida, ella dijo que bailaron hasta que la luz del sol comenzó a salir.
No tuvimos una fiesta, mucho menos un baile. Lo que está bien porque no conozco a nadie en el Edén y soy un horror bailando, ya dejamos eso comprobado hace un buen rato.
El matrimonio no cambia nada en mi relación con el alfa. Seguimos siendo extraños el uno para el otro, pero al menos ahora somos aliados. Y ya no debo dormir en la habitación diminuta del pabellón de los criadores.
Él compartirá su recámara y sus demás pertenencias, al menos hasta que consiga las mía propias. En realidad, ya tengo una, se trata de la biblia que me acompañó la primera noche. El alfa no dijo nada cuando la puse en la mesita de luz, pero sé que quiere hablar conmigo, ha hecho varios intentos, pero ninguno ha culminado con él abriendo la boca.
Lo dejo estar, porque es menos incómodo así. ¿Qué podríamos decirnos el uno al otro? Ya bastante malo es jugar a Romeo y Julieta cuando ni siquiera toleramos estar en el mismo espacio por demasiado tiempo. Me di cuenta de que a él le molesta mi olor tanto, o quizás más, de lo que a mí me molesta el suyo.
Me pregunto si mamá habría querido que este fuese mi destino. Seguro que no. Ella estuvo feliz de que fuese un alfa al principio, de esa manera tenía una posibilidad de vivir ante el virus y las bombas. Me pregunto si papá estaría feliz de que alguien me haya dado algo de oro, lo dudo, él habría odiado a Jeno.
No porque fuese otro alfa, no porque fuese de aquí dentro, pero es diferente a nosotros. No sabría explicar muy bien en qué, pero lo es, es completamente diferente a mí.
Reviso la ropa que los sirvientes han traído por la mañana, es normal, casi parece confeccionada por Karina. Paso la camiseta por mi cabeza y me meto dentro de los pantalones. Hace frío ahora que el invierno ha comenzado, lo que me obliga a llevar un suéter a todas partes. El ala este de la gran casa está prácticamente vacía, solo algunos sirvientes vienen a vernos de vez en cuando y no hay nadie más que ellos durante los días y las noches.

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Edén
FanfictionTodo lo que un criador debe hacer es llegar al Edén. •Distopía •Omegaverse Portada: @Doddlemin ✨