Jugando Fuego Control (Leyenda de Korra SI)

Capítulo 11

Capítulo 11

Chen se paró frente al armario. Estaba hecho de titanio puro y grueso. Ni siquiera un maestro metal puede abrirlo. Y por supuesto, si no recuerda mal, necesitó alrededor de 1668 grados para derretirlo.

Ahora puede usar fuego o rayos para lograrlo. El titanio no era un buen conductor de la electricidad. Significa que tiene una alta resistencia, lo que significa que la energía eléctrica se convertirá en calor.

Apuntando su mano hacia él, desató un rayo que atravesó el armario. Se puso rojo en muy poco tiempo, antes de derretirse, creando un pequeño agujero.

Chen se detuvo por un segundo y se dio cuenta de que era tonto. ¿Por qué intentaría guardar el dinero si podía guardar todo el armario? siempre podría abrirlo más tarde.

Puso su mano sobre el armario, que parecía tener un metro cúbico de tamaño, y abrió su almacenamiento. Movió la mano y apareció una pequeña imagen en 2D junto a las ranuras de la pantalla. Chen podía colocarlo donde quisiera, lo dejó. El armario desapareció de la realidad y ocupó un espacio de los 64 del almacenamiento.

El Agni Kai realizó muchas actividades criminales. Una de las cosas por las que eran famosos era el lavado de dinero.

Chen no sabía de quién era ese dinero. Pero sabía que ahora le pertenecía.

Chen sacó una camisa de su almacenamiento y se la puso. Sintió una sensación de ardor proveniente de su espalda. El dolor fue causado por una lesión. Sabía que esa mancha ya estaba roja y necesitaba comprar algunas cremas para tratarla.

Chen se acercó a la ventana y saltó de ella. Mientras caía, apuntó con sus puños al suelo. Se encendió un chorro de fuego, ralentizando su movimiento. El fuego era de color amarillo oscuro y alcanzaba el edificio por donde pasaba. Cuando Chen llegó al suelo, puso su mano sobre el cuartel general del Agni Kai. Sabía que lo buscarían si dejaba alguno.

Necesitaba destruirlos, no derrotarlos.

Al activar la habilidad Generación de llamas, redujo la calidad del fuego a una común. Sin embargo, aumentó la cantidad al máximo. Con sus habilidades actuales, la llama voló de su mano y se elevó a todo el edificio.

A Chen no le gustaba matar. Él siempre lo odiaría. Pero dada la naturaleza del trabajo de su vida anterior, no era la primera vez que lo hacía.

Para proteger su vida, estaba dispuesto a llegar al extremo con sus enemigos. Incluso traicionaría a su jefe si fuera guardaespaldas.

Era y seguiría siendo leal a sí mismo.

Chen retiró la mano, le dio la espalda al edificio y se alejó. Dejó el fuego extendido. Quemará a todos hasta convertirlos en cenizas muy pronto.

Chen desapareció en las oscuras sombras de las calles de Ciudad República. Los ciudadanos comenzaron a salir de sus casas. Observaron el enorme incendio que devoró el edificio del Agni Kai.

Algunos tenían sonrisas en sus rostros. Algunos estaban enojados y otros estaban tristes. Los Agni Kai eran humanos. Tenían familias, tenían clientes.

-xXx-

Chen llegó a la farmacia. Soportó la sensación de ardor y compró algunas medicinas. Analgésicos, esterilizadores y cremas. Actuó como si estuviera bien e incluso coqueteó con la recepcionista.

Cuando se fue, Chen llegó a su apartamento. Lo primero que hizo al cerrar la puerta fue gemir.

"Joder, eso duele." Se quitó la camiseta lo antes posible. Se comió los analgésicos y caminó hasta el baño. Dando la espalda al espejo, giró la cabeza. Vio una gran marca roja en su espalda. Tardaría aproximadamente una semana en sanar por completo. Había pocas otras heridas que había sufrido por accidente. Pero eso tomaría un par de días.