TEARRLAD "La vida de un demonio"

salvación de Scorpio PT1.

El desespero de no lograr nuestro propósito es el origen de nuestras lágrimas.

Así, en la oscuridad de la noche, nuestros protagonistas salieron de la antigua biblioteca. Un hombre, sentado en un banco y cubierto por la sombra de un imponente árbol en movimiento, observaba a los tres alejarse con una sonrisa en su rostro. Sus ojos morados brillaban en la oscuridad como un bombillo a punto de apagarse. Con gesto de profunda desolación, cerró los ojos y se sumió de nuevo en la oscuridad, su respiración constante y las marcadas ojeras ocultas por la sombra del árbol de hojas verdes.

- Aunque las piezas del rompecabezas parecen desordenadas, poco a poco irán revelando su verdad, ¿no es así, Maestro Brandon? - murmuró el hombre en voz baja, dirigiéndose al vacío. Sin embargo, una repentina respiración y un aplauso a sus espaldas lo tomaron por sorpresa.

"Para ser el héroe del mañana, debes encontrar el pasado deseado".

El hombre se giró rápidamente para encontrarse con una figura enigmática, con una sonrisa misteriosa en los labios. La oscuridad de la noche parecía envolverlos, creando un aire de misterio y profecía en el ambiente.

La figura se acercó con elegancia, extendiendo la mano y hablando en voz baja:

- El tiempo es un río que fluye en direcciones desconocidas. Solo aquellos dispuestos a explorar sus pecados tendrán redención ¿No, Scorpio?

"Desgraciadamente tienes razón David Ugedark"

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De esta manera arribamos con nuestros dos protagonistas despertaron de manera diligente y comenzaron su jornada en una espléndida mañana, rebosante de felicidad. Mientras se encaminaban a su exclusivo centro educativo para cumplir con sus clases, Rita inició una serie de comentarios incongruentes, tal como era su costumbre, en tono burloso.

- TEARRLAD debería adoptar un sistema comunista, eso nos sacaría de la miseria - bromeó Rita, tratando de contener la carcajada. No obstante, su compañero (yo) la contemplo con seriedad y replique:
- ¿De veras piensas eso? Solo nos conduciría a la miseria absoluta. Todos seríamos iguales, pero igualmente pobres.

La charla fue abruptamente interrumpida cuando colisione con un individuo de ojos morados, alto e imponente, con una mirada gélida y amenazante. A pesar de las disculpas, me sentí cohibido por la presencia del hombre.

- disculpa Óscar, Rita - hablo el hombre.

- Disculpa aceptada - respondí apresuradamente, tratando de evitar cualquier tipo de confrontación.

Prosiguiendo su camino hacia la escuela, cuando una ráfaga repentina de aire los azotó por la espalda. Rita se volvió para mirar atrás y su semblante reflejó horror. El hombre de ojos morados exhibía unos orbes repletos de un líquido oscuro y su sombrero se desplomó al suelo, creando un instante colmado de tensión y temor.

No obstante, la escena se esfumó velozmente cuando el hombre se presentó de forma afable y recuperó su sombrero. A pesar de la extraña vivencia, todo retornó a la normalidad y el hombre se despidió con una sonrisa, lanzando una broma antes de alejarse.

Perplejo, me gire para avistar a mi hermanastra Betty, quien me había tocado en el hombro para captar mi atención. La comparecencia del hombre de ojos morados parecía una quimera, pero Betty y Rita intercambiaron miradas de asombro antes de continuar su recorrido hacia la escuela.