Krieger es el piloto más dominante de Fórmula 1.
Es conocido por ser despiadado y letal al conducir; razón por la que ha sido 5 veces campeón del mundo.
Pero su reinado se verá amenazado con la llegada de un misterioso piloto que al parecer, es el ú...
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Gran premio de Arabia Saudita.
Circuito jeddah.
10:30 A.M.
Mis ingenieros están verificando los últimos detalles técnicos del monoplaza para asegurarse de que ninguna falla perjudique mi carrera, y mientras ellos hacen su trabajo, yo intento mantener la calma dentro del auto.
En la clasificación obtuve la cuarta posición, y eso me preocupa, ya que la última vez que inicié desde ahí ocurrió el accidente.
—Revisión de radio —dijo Harris.
—Te escucho bien.
La duda amenaza con intervenir en la seguridad que tengo sobre la estrategia que mi equipo me ayudó a crear para la carrera de hoy, pero hago todo lo posible para que desaparezca.
«Cabeza fría, Lilith. No lo olvides»
—Es hora; ve a formarte —ordenó.
Cuando me integro al circuito, doy la vuelta obligatoria antes de reunirme con los demás pilotos en la parrilla de salida.
Mi cuerpo tiembla y trato de respirar profundamente para calmarme, pero el resultado no es inmediato, porque mientras observo los monoplazas que hay enfrente de mí, me siento mucho más nerviosa. El hecho de volver a enfrentarme a Krieger es abrumador, sobre todo cuando tengo una gran responsabilidad con Andrew y mi equipo.
Esta situación me provoca una terrible sensación de náuseas que intento reprimir porque la carrera está a punto de iniciar.
Cinco segundos y las luces se apagan.
¡Avanza!
Krieger tiene un buen inicio y va a la cabeza, pero aún estoy muy lejos de él como para llevar a cabo la estrategia del equipo, así que mantengo mi línea y continúo.
Por ahora solo voy a sobrevivir a la avalancha de autos que se aproximan detrás de mí e intentan adelantar desesperadamente.
Durante las primeras tres vueltas, todos tenemos una fuerte lucha para obtener una mejor posición y mejorar nuestros puntos. Por suerte, durante el inicio de la sexta vuelta, logro obtener la tercera posición, lo que me provoca una gran satisfacción.
—Tienes un buen ritmo. Sigue así —mencionó Harris.
Pero ahora es momento de enfrentar a Tom, la muralla excepcional de Krieger. Mientras lo persigo y busco un hueco para adelantar, él se interpone en mi camino antes de que pueda intentarlo.
Me acerco peligrosamente a Tom en la curva 12, pero el piloto de Catalyst se niega a ceder, así que se pone en posición defensiva, cerrando la línea de paso y obligándome a intentar un adelantamiento por el exterior.