Cap.6: Conociéndote

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Draco soltó un suspiro y se dejó caer sobre el borde de la fuente central del jardín, se sentía cansado y aún no estaba por la mitad del evento. Elevó la mirada, observó las luces y las siluetas de los invitados moverse en el interior del salón y al mismo tiempo se escuchaba en la lejanía el sonido de la orquesta tocar.

Soltó de nuevo un suspiro de alivio, se pudo librar de todo ese caos gracias a un pequeño  descuido y logro escapar al jardín. Después de terminar el primer baile, muchas familias se acercaron al mismo tiempo para presentar a sus hijos alfas y betas.

Draco creía que su vista estaba cansado y comenzaba a ver borroso, porque no podía concebir como se podía conocer a tantas personas en unos escasos minutos. Pero hubo algo bueno y fue que pudo encontrar entre las caras nuevas a su padrino en compañía de su esposo, Sorvolo Dumbledore; el profesor le dio un fuerte abrazo y le deseo un feliz cumpleaños, y el alfa le dio un suave apretón en su hombro mientras le prodigaba bendiciones.

Severus le comento que su regalo llegaría el día siguiente, que por situaciones de políticas internacionales se había retrasado y Draco se cuestionó cual sería el regalo que debía ser enviado desde otro país.

Sin embargo, aunque quisiera quedarse más tiempo hablando con su padrino, varias personas se acercaron a hablar con él y llamar su atención. Aún así, tanta atención llegó hasta un punto que se volvió asfixiante, no podía dar un solo paso en el salón sin que algun alfa desconocido lo detuviera para conversar y halagar su belleza.

Así que, Draco decidió huir.

No sería por mucho tiempo, solo necesitaba un momento a solas y preferiblemente rodeado de silencio

Paseo su mirada por el jardín y sonrió al ver lo magnífico que se veían los rosales esta noche. Los elfos se habían esmerado mucho para hacer que todo se viera perfecto, debía decirle a sus padres que le diera postre en sus comidas como recompensa.

Bajó la cabeza cuando algo le llamo la atención. En el suelo, cerca de las bases de la fuente, un pequeño capullo de rosa estaba creciendo y Draco frunció levemente el ceño en confusión. Es muy extraño que una rosa creciera en un lugar tan peculiar como ese, se era sabido que los arbusto de rosas estaban estratégicamente colocados, su padre así lo hacía decidido.

¿Un elfo habia dejado caer alguna semilla en un descuido?

Abrió los ojos, al caer en cuenta que si ese capullo estaba creciendo ahí no debe estar recibiendo los suficientes cuidados. Giró el torso y tomó agua de la fuente con sus manos, después se arrodilló y vertió el agua en la tierra donde estaba la rosa.

Un sonido a sus espaldas asustó, rápidamente se puso de pie y dio media vuelta para descubrir que había provocado el ruido.  Abrió los ojos al ver que a unos metros se encontraba un hombre alto de cabellos oscuros y vestido de manera elegante.

¿Quién era ese hombre?

¿Por qué estaba en el jardín y no es el salón de baile?

¿Sería un invitado?

—¿Quien es usted?— preguntó con recelo al desconocido.

Draco observó como el hombre se ajustaba su postura al escucharlo,  movía su cabeza para ver a ambos lados y procedió a acercarse, acortando la distancia que los separaba. El omega dio dos pasos hacia atrás y le dirigió una mirada llena desconfianza, si el hombre se atrevía a hacer algo podía correr hacia el laberinto y llamar a uno de los elfos para pedir ayuda.

— Disculpe haberlo asustado, pero usted también me tomo por sorpresa — la voz grave del hombre se escuchó y la expresión de Draco pasó a ser un ceño fruncido. Estaba en su casa ¿Como podía asustar a alguien?— Es un gusto conocerle, joven. Mi nombre es Harry Potter, hijo mayor de las casas Potter y Black— llevo su mano derecha hacia su pecho e hizo una reverencia.

El Omega de la Familia Malfoy (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora