00008 | méxico

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martina
☆ ☆ ☆

Hoy contra los mexicanos que se la pasaron riéndose de nosotros pensando que pueden ganarnos. Pobres, que alguien les diga.

Bajamos de la camioneta en el estadio y agarro de la mano a Thiago para comenzar a caminar juntos, que mi mamá se haga cargo de los otros dos terremotos que yo me quedo con el más tranquilo.

-¿Vas con las chicas? -pregunta mi mamá y asiento-. Bueno, pero cuídate... igual podrías venir con nosotros.

-No, ver desde allá arriba no me gusta.

-No insultes ni nada que todos te ven ahí, ojo.

La mayor preocupación de ella es que yo me vaya de boca y todo el mundo después hable de como puteo, en realidad de como insulto a los contrarios como lo hace todo el mundo pero yo por ser hija de no puedo.

Entro por la puerta donde todos y me dirijo hacia mi lugar detrás del banco de suplentes donde están mis amigos de Argentina... los otros colonizadores prefirieron ir a ver a los Franceses que acompañarme a mi.

No pasó mucho tiempo antes de que los jugadores salieran al campo. Si busqué a Enzo entre ellos, y lo encontré mirando hacia algún lado de la tribuna supongo que buscando a su familia que al encontrarla les sonríe y los saluda con la mano.

Por otro lado, estaba mi papá saludando a mi familia menos a mi. Ok.

-¡Papá!

Yo no iba a dejar que no saludé a su hija preferida.

Inmediatamente buscó mi voz y al encontrarme me mira mal por el lugar que tomé hoy, él queria que este en los palcos pero no me gustaba nada.

-¿De quién es? -me señala la camiseta y mi amigo me da vuelta-, es mía... está bien.

-Dedicame un gol.

Niega con la cabeza y se va a la entrada en calor. Bueno si, igual les digo que soy su preferida y me ama mucho.

El juego comenzó y el que yo quería ver estaba en el banco así que ni sentado podía verlo porque me tapaba el banco.

-Que lindos son los hombres, quisiera decir que no pero lo son.

-¿Y ahora quién te gusta? -mi amiga me mira ya cansada porque cada mes cambio de obsesión-. Todo el mundo te calienta a vos.

-Mentira, pero Enzo...

-Y si es villero le gustan más -mi amigo ríe.

-Con la plata de papi cualquiera es millo, sin papi también serías un villero, cállate y dejá de usar modismos argentinos.

-Ese tiene una hija y la mujer anda por ahí.

-No es la mujer, no está con ella.

-Todo lo que un hombre te diría para estar con vos, después de repente te das cuenta de que tiene familia y un pibe en camino.

-No me importa igual si es o no, si a él no le importa -me encojo de hombros.

El partido volvió y a los 19 minutos mi papá anotó pero no me lo dedicó así que ya lo voy agarrar.

Casi quince minutos después entró Enzo y ahora sí miraba con atención y con todo el entusiasmo del mundo.

A los 87 minutos Enzo pateó y la pelota se estrelló en la red del arco rival. Un rugido de alegría estalló en las gradas y con ellos el festejo de los jugadores festejando el fin del marcador y de la esperanza de los contrarios de ganar.

El partido finalizó y luego de unos minutos dejé a mis amigos y subí hasta los palcos. Agarré a mi hermano mayor y juntos, de la mano, bajamos hasta los vestuarios para ir a saludar a papá.

Encontrándonos con algunos periodistas y jugadores entrando al vestuario que nos saludan esperamos al que vinimos a saludar que viene detrás de todos.

-Estoy muerta de hambre, Titi -miro a mi hermano mientras más o chicle.

-Y si te despertaste dos minutos antes de venir, dormís todo el día por salir a la noche.

-Mi culpa no es que acá no te vendan un pancho, un choripán, a la salida.

-¿Y ustedes?

Mi papá nos mira riendo y nos abraza a ambos pero mi mirada se va al que viene metros atrás sin camiseta y abdomen al aire. Dios perdone mi mente.

-Golazo, ¿No?

-Si, puede ser, pero no dedicado a mi.

-¡Golazo! -dijo Thiago mirando a Enzo.

-Amigo -él le sonrió saludandolo con un corto abrazo-. Mar.

Puso una mano en mi hombro para saludarme con un beso en el cachete y a este punto no me interesa ni la transpiración que tiene encima.

-Titi, veni un toque, Marti esperanos.

Mi papá se aleja sin esperar mi respuesta y dejándome con Enzo mientras yo ruego que alguien me salve de la situación porque yo me hago la viva cuando lo tengo lejos y me da vergüenza y tiemblo cuando lo tengo cerca, si soy mas virgen y no sabria que hacer ni que hablar.

-¿Me vas a seguir clavando visto o vas a responderme y no correr de mi?

Dijo mientras me miraba fijo, citando lo que yo le dije días antes sobre que no me saludaba en la visita pero si me miraba.

Soy débil.

-Quedé pensando si era verdad que no era tu mujer o me estabas jodiendo.

-Vino de colada, ella no es mi mujer, a veces juega a botinera y madre pero no ese... pero no importa eso, quiero que me respondas los mensajes y no me claves visto.

-No te clavo más visto.

Los dos nos quedamos mirándose por un segundo, y yo sentía que moría mientras él parecía que le gustaba verme tiesa.

-Al vestuario y lejos de la nena, negro -Angel pasa por atrás señalandolo.

-Nos vemos.

Me deja un beso en el cachete mientras yo sigo tiesa y se va mientras pone su camiseta en el hombro.

Urgente busco a mi hermano y salimos de ahí, él feliz y yo con todo el calor que me generó la situación de hace minutos.

iconic ; enzo fernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora